Movimiento Sumar cierra su segunda Asamblea en su breve año de vida con cambios de calado, pero con la misma líder de facto. Yolanda Díaz, en calidad de secretaria institucional y líder de la alianza de partidos Sumar en el Gobierno, seguirá mandando sobre el espacio político, y deja la batuta de las cuestiones de partido en manos de Lara Hernández y Carlos Martín, flamantes coordinadores generales.
Los dos han sido ratificados por cerca de 500 delegados con un 93% de votos a favor, junto con los otros 63 integrantes de la cúpula (la mayoría presentes en la etapa anterior), toda vez que la candidatura que aspiraba a competir con su lista decayó por falta de avales. Ya cuentan con una nueva hoja de ruta política, que consolida su transformación en un partido al uso dentro de Sumar, y entierra la hipótesis con la que se concibió, que pasaba por forjar una plataforma aglutinadora de otras fuerzas.
Díaz mantiene su estatus y su influencia en el partido al haber concurrido como número tres de las listas, y Hernández la ha apuntalado como futurible candidata del espacio a unas elecciones generales, aunque la vicepresidenta segunda asegura no haber tomado ninguna decisión sobre su futuro. Dijo lo mismo cuando heredó el mando de Unidas Podemos de manos de Pablo Iglesias, y demoró meses el anuncio de su candidatura.
De hecho, si bien el congreso ha traído pocas novedades en lo que toca a las propuestas políticas -han reforzado las recetas ya conocidas y ahondado en algunas posiciones-, el rol de la vicepresidenta segunda en la vida orgánica ha sobrevolado las dos jornadas, aunque según distintas fuentes no se mencionara en los debates y votaciones celebrados a puerta cerrada.
La cuestión capital en los discursos públicos, resoluciones y documentos aprobados, tiene que ver con el deseo de Díaz y de su organización de reeditar la coalición al 23-J de 2023, cuando concurrieron junto a Podemos. La vicepresidenta vuelve, una y otra vez, a la unión pactada in extremis con la que lograron revalidar la coalición, cuando “nadie daba un duro” por este escenario. Aunque cuatro meses después Podemos la abandonara de forma unilateral.
Díaz, Hernández, la portavoz parlamentaria en el Congreso, Verónica Barbero, y los líderes de los sindicatos, UGT y CCOO (Pepe Álvarez y Unai Sordo) abogaron en sus discursos por un entendimiento en la izquierda ante la “complejidad del momento”. Esa “mistura” (mezcla, en gallego) de fuerzas, más allá de los partidos, a la que apeló la vicepresidenta segunda.
Movimiento Sumar maniobra para trasladar la presión a Podemos, y fuentes de la dirección insisten en que la ley electoral no les dejará revalidar el Gobierno si no concurren juntos: “Si no, no ganamos”, resumen.
La líder de Sumar lleva desde mediados de enero redoblando sus llamadas al pacto con los morados, que en su día hicieron lo posible por frustrar su emancipación política y que mantienen discrepancias con ella por su estrategia, sus formas y por su relación con el PSOE. Pero que también están separados de Díaz por un historial de desagravios y odios cruzados que han volado los cauces de diálogo.
Llevan dos meses desechando estas llamadas, y en la cúpula de Movimiento Sumar no esperan que dejen de hacerlo hoy. Tampoco ven viable, aunque así lo han aprobado en sus documentos, que el acuerdo pueda cocerse a fuego lento. De hecho, temen que el partido de Ione Belarra apurará hasta el último minuto antes de decidir si vuelven a compartir proyecto electoral, o si apuestan por concurrir en solitario, con la eurodiputada Irene Montero como candidata.
“El conjunto de fuerzas que fuimos capaces de construir la coalición estamos llamadas al entendimiento. Dicho entendimiento debe darse sin a priori, respetando la pluralidad de identidades y garantizando la autonomía política como base para la construcción de acuerdos”, reza una de las seis resoluciones aprobadas por unanimidad. Ese entendimiento “sin a priori”, “garantizando la autonomía política”, persigue desactivar los argumentos esgrimidos hasta hoy por los morados para rechazar “caminar juntos”, citando a Díaz.
Que Movimiento Sumar se abra por fin a celebrar primarias para confeccionar sus listas funciona, además, como dardo a la línea de flotación de las justificaciones de Podemos. Las primarias tienen mucha letra pequeña (el censo a emplear es clave) y aún pueden faltar hasta dos años antes de que Sánchez convoque a las urnas. Gota a gota, la presión sobre los de Belarra aumenta.
Díaz, futurible candidata
“Estamos aquí gracias a Yolanda. Estamos aquí con Yolanda. Estamos aquí para avanzar con Yolanda“; “Te empeñaste y has cambiado la vida de la gente, y este espacio te lo reconoce y cuenta contigo”. Hernández glosó este domingo la figura de Díaz, enumerando algunos de sus logros en el Ejecutivo, desde la ley rider a la reforma laboral.
De paso, aprovechó para apuntalarla como “capital político del futuro”, una forma de reconocerla como futurible candidata electoral. “Quisieran algunos que Yolanda Díaz fuera capital política del pasado, pero es capital político del presente. Y mientras sea capital político de la gente, será capital político del futuro de Movimiento Sumar”.
Tres ministros ausentes
Si la ausencia de Díaz fue destacada en la jornada clave de la Asamblea, ni Pablo Bustinduy, ni Mónica García ni Sira Rego asistieron el domingo al mitin de aproximadamente dos horas para el que se congregaron 750 personas en el Teatro Alcázar de Madrid. De los cuatro ministros de Sumar, además de Díaz, sólo estuvo presente el titular de Cultura, Ernest Urtasun.
Urtasun, como Díaz, seguirá teniendo un rol destacado en la nueva dirección, que incorpora peso territorial, pero que en esencia es heredera de la anterior. Destaca el fichaje del juez, exvicepresidente de Baleares y exdirigente de Podemos Juan Pedro Yllanes. Pero la mayoría de caras se repiten.
De hecho, la erosión de los dirigentes de la izquierda alternativa en esta década en la que han logrado llegar al Gobierno fue otro de los fantasmas evocados en el cierre de la Asamblea. “La mayoría de quienes fueron cuadros políticos y militancia en el apogeo del ciclo han dejado de asumir responsabilidades en las organizaciones políticas, en paralelo a una caída drástica de la participación”, reza el documento político aprobado.
Un ejemplo de ese capital lo encarna Nacho Álvarez, exsecretario de Estado de Derechos Sociales y principal cerebro -y arquitecto- económico de este espacio en la última década. También Alejandra Jacinto, exdiputada autonómica de Podemos y candidata a la Comunidad de Madrid en 2023.
Como ellos, exdirigentes morados como Ramón Espinar, Carolina Alonso o Roberto Sotomayor escuchaban desde el patio de butacas. No estuvo Elizabeth Duval, que hasta hace una semana ejercía como Secretaria de Comunicación de Movimiento Sumar. Sí hubo una representación de partidos dentro de la alianza Sumar. Podemos, aunque se le invitó, no hizo acto de presencia.