Estaba Moncloa achicando el agua que entra por el agujero del caso Ábalos cuando se encontró de golpe con el caso Errejón, otro torpedo en la línea de flotación del Gobierno de coalición. No son dos boquetes cualesquiera, porque los provocan dos políticos de primer nivel que han sido los contramaestres de sus respectivos partidos y porque afectan a la lucha contra la corrupción y el feminismo, dos de las banderas que siempre han lucido en el mascarón de proa del Ejecutivo.
El PP lo sabe y no ha tardado en explotar esa veta. El PSOE y Sumar lo saben también y por eso se están esforzando porque se vea que han actuado con celeridad y contundencia. La salida del hasta ayer portavoz y mano derecha de Yolanda Díaz deja en una posición muy delicada al partido de partidos. No en vano en septiembre la vicepresidenta se borró de lo orgánico tras los batacazos electorales sucesivos y le encargó a Errejón que se pusiera manos a la obra para actualizar la ponencia de Sumar, es decir los códigos que rigen el comportamiento, los objetivos y las señas de identidad de una formación política.
El portavoz era el encargado además de tratar de apaciguar las tensiones internas que afloraron antes del verano tras las elecciones europeas y que se han vuelto a revitalizar en las últimas horas. Izquierda Unida, Compromís o Más Madrid ya dejaron claro que había que cambiar la forma de funcionar dentro de la amalgama de partidos y ahora voces de todos los flancos creen que no hay excusa para poner patas arriba las dinámicas de funcionamiento “que deben de ser más transversales”. Con el muñidor de la ponencia política en su casa y con la asamblea en ciernes (está prevista para mediados de diciembre), la primera pelea será por elegir a la persona que se ponga al frente de la portavocía parlamentaria. Todas las formaciones integradas en Sumar subrayan que habrá que buscar a alguien de consenso tras los fiascos de Marta Lois y del propio Errejón, que fueron apuestas personales de Yolanda Díaz, que está más señalada que antes si cabe.
A Díaz le ha pillado todo en Colombia, aunque desde Sumar desvelan que llevan investigando el asunto desde el martes y que el propio Errejón reconoció conductas machistas al ser cuestionado por los rumores que le apuntaban en Instagram. La cuenta de X del partido se afana en twittear los mensajes de todos los políticos relevantes del espacio que ensalzan la coherencia y la contundencia que han desembocado en la salida de Errejón. Fuentes del entorno de la formación reconocen que eran conocidos “ciertos comportamientos cuestionables”, pero subrayan que nunca pensaron que llegaran a los extremos que están empezando a difundirse.
Todo este terremoto pilla al socio del gobierno del PSOE con la guardia muy baja y casi besando la lona. Tras el rosario de decepciones electorales de principio de año, con debacles en todas las citas de antes del verano, el último CIS les otorgó una intención de voto del 6,3% tras una caída de más de un punto. Algo que preocupa en el cuartel general de los socialistas que ven como su socio se despeña, algo que puede hacer casi imposible reeditar gobierno en caso de adelanto electoral. Para evitar esas urnas anticipadas el Ejecutivo necesita unos Presupuestos que ya estaban caros, pero cuyo precio tras el caso Errejón sólo puede verse incrementado.