Silencio absoluto de los primeros espadas de Sumar en el Gobierno, enfado indisimulado entre algunos dirigentes que no forman parte del Consejo de Ministros. La reunión “por sorpresa” del ministro de Exteriores español con su homólogo marroquí en plenas vacaciones, el jueves santo, tensa de nuevo al socio minoritario del Ejecutivo. Especialmente a Izquierda Unida.
El giro de Pedro Sánchez con el Sahara en 2022 no fue fácil de digerir para Unidas Podemos, ni sus derivadas lo son hoy para las fuerzas que integran Sumar. IU advirtió a primera hora del lunes que exigirá al Ejecutivo del que forma parte “que aclare públicamente” si en la reunión entre José Manuel Albares y Nasser Bourita se abordó “el cumplimiento de las sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), que prohíben la explotación económica de un territorio ocupado sin el consentimiento de su pueblo”.
Enrique Santiago, diputado de Izquierda Unida, reaccionó este lunes registrando preguntas escritas al Gobierno, para aclarar si ratificará “las resoluciones de Naciones Unidas sobre la libre autodeterminación del Sahara”. O si reclamará y apoyará la celebración de un referéndum de autodeterminación del Sáhara Occidental.
La formación ha expresado en rueda de prensa y en redes sociales su “firme repulsa” a la posición de Albares; a su “seguidismo” y su “clara subordinación a Rabat”, así como a la “opacidad” de las conversaciones con Marruecos. La actuación del PSOE les desgasta, y su respuesta es la más rotunda dentro de su espacio.
La coordinadora general de Movimiento Sumar (dentro de la coalición Sumar), Lara Hernández, afirmó el lunes que su grupo parlamentario estudiará impulsar acciones desde el Congreso de los Diputados. Sin embargo, evitó concretar a qué fórmulas sopesan recurrir.
El problema es que, más allá de las preguntas orales o escritas que puedan formular al Ejecutivo del que forman parte, de las proposiciones no de ley o mociones, el margen de actuación es limitado. Y todas las anteriores son iniciativas no vinculantes.
Una de sus pocas bazas es la proposición de ley para nacionalizar a los saharauis nacidos bajo la administración española del Sáhara Occidental (antes de febrero de 1976), una iniciativa de IU y de sus compañeros de filas en Sumar. Y permanece varada en el limbo del plazo para presentar enmiendas.
Logró iniciar su tramitación a finales de febrero con 195 síes, gracias al apoyo del PP. El PSOE la rechazó, y fuentes de distintos grupos señalan a Artículo14 que los socialistas no se muestran favorables a que continúe su andadura en la Cámara Baja.
El PP ya se ha valido de la división de la coalición con el Sáhara
Fue Tesh Sidi (Más Madrid), diputada saharaui nacida en los campamentos de Tinduf quien capitalizó esta iniciativa, idéntica a la que Santiago había presentado en 2022, de nuevo con el PSOE en contra. Y fueron la parlamentaria de Sumar y el portavoz de IU en la Cámara quienes, en un primer momento, pusieron voz al rechazo de su espacio político a la reunión de Albares, a los gestos de cercanía con Marruecos.
Ninguno de los ministros de Sumar escribió siquiera un mensaje en sus perfiles en redes sociales, lo que contrasta con los esfuerzos de Díaz en las últimas semanas para tratar de desmarcarse del PSOE.
“Nadie se explica el viraje constante hacia las tesis de Rabat”, espetó Sidi en una entrevista en Radio Nacional, antes de pedir “coherencia” al Gobierno, para que adopte una posición similar a la que mantiene ante los conflictos en Ucrania y Gaza: “Si nosotros comercializamos con Israel, con Marruecos o con Rusia, al final lo que estamos haciendo es una inversión económica que perpetúa la ocupación de los territorios. […] Todas las ocupaciones se deben absolutamente por un interés económico”, reprendió.
En junio de 2024, el Congreso ya aprobó una PNL del PP que pedía volver a la “posición histórica de neutralidad activa de España” sobre el Sáhara, además de avalar el referéndum de autodeterminación. Y hasta apostaba por incrementar la inversión en la cooperación en los campamentos de refugiados saharauis, para equipararla a los niveles de cooperación con Marruecos. Todos los socios de izquierdas del Ejecutivo, pero también Junts y PNV, votaron a favor. El PSOE se quedó solo.
La crítica a Albares no es nueva, pero el gesto de respaldo a Marruecos reabre la herida de la que ha sido una de las cesiones más difíciles de asumir para la izquierda a la izquierda del PSOE. Hace escasos meses, desde las filas del socio minoritario criticaron con dureza la deportación de varios activistas saharauis. No consiguieron torcer el brazo a sus socios.
Movimiento Sumar dice que la posición del PSOE “no es la del Gobierno”
Fuera de cámara, en este espacio político reconocen la frustración por tener tan escaso margen de movimiento. La política internacional la marcan Albares y el propio presidente del Gobierno, por más que la coordinadora de Movimiento Sumar se esfuerce en rebatirlo: “La posición del PSOE no es la del Gobierno de coalición progresista”, afirmó el lunes en rueda de prensa.
También aseguró que rechazarán “siempre” el “plan marroquí sobre el Sáhara”, y afeó al PSOE que se haya “salido” del consenso social “de que hay que apoyar el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui”. “No sabemos por qué, porque nunca lo han explicado”, apostilló.
El cómo y el cuándo también ha generado fricciones. Ni el equipo de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ni el del ministro de Exteriores han querido aclarar si Albares avisó a sus socios de coalición antes de introducir esta reunión en su agenda pública. “No obedece a la transparencia”, dijo Hernández, a la que debe atenerse “cualquier Gobierno elegido democráticamente”.
Sumar, como Podemos -que también salió a criticar al Gobierno-, han tropezado con la misma piedra, Marruecos; nunca consiguieron introducir ninguna mención a la autodeterminación del Sáhara en sus respectivos pactos de coalición con el PSOE, y han tenido que asumir las decisiones unilaterales de sus socios. Como ocurre con el aumento del gasto en defensa, estas posiciones erosionan a Sumar, que sigue a la baja en las encuestas.
En rueda de prensa, el portavoz morado, Pablo Fernández, llegó a afirmar que el Ejecutivo “ha dejado de ser un Gobierno progresista y se ha convertido en Gobierno de régimen de Guerra”. Lo acusó de estar “sometido a los mandatos de la OTAN y de EEUU”, y de actuar con “total opacidad y discrecionalidad absoluta”.
Más Madrid y Los Comunes responden a Podemos
La situación entre las fuerzas a la izquierda del PSOE también es tensa. Los Comunes y Más Madrid han respondido a los dardos de Podemos, que en las últimas semanas había afilado su discurso contra Díaz y contra Sumar.
La dirigente de Más Madrid Rita Maestre reprochó a Pablo Iglesias, Irene Montero e Ione Belarra la “retahíla” de “críticas e insultos” a “todo lo que sea de izquierdas”, frente a su “ausencia de críticas” a la extrema derecha. “Es francamente incomprensible para muchas personas de izquierdas”, recriminó en una entrevista en TVE.
El fin de semana, la portavoz de Los Comunes en el Congreso, Aina Vidal, reclamó “responsabilidad” a los morados en una entrevista en EFE. “Nuestra tesitura histórica y la responsabilidad que nos ha tocado actualmente no es sólo frenar al fascismo, sino dar una alternativa que sea deseable de Gobierno para seguir avanzando”, aseveró.
Sumar no constituirá a su Grupo Coordinador (Ejecutiva) hasta el próximo domingo, un mes después de celebrar su segunda asamblea en un año. Un día antes, IU reunirá a su Coordinadora Federal, máximo órgano de la coalición, y se espera que vuelva a emitir un llamamiento a la unidad de la izquierda de cara a las próximas elecciones generales. A día de hoy se antoja casi imposible. Como tampoco se contempla, por mucho malestar que genere, que el PSOE vuelva a virar en lo que a Marruecos se refiere.