Legislatura en el aire

El Gobierno gana tiempo con Puigdemont para “que la sangre no llegue al río”

El Ejecutivo escuchará "con respeto" su discurso de hoy, tras posponer el combate sobre la cuestión de confianza. La foto de Sánchez con Puigdemont no se espera hasta que haya un compromiso sobre los Presupuestos

Francina Armengol, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, e Isaura Leal se dirigen a asistir a una reunión de la Mesa del Congreso de los Diputados, este jueves. EFE/ Chema Moya

El Gobierno gana tiempo para reconducir su relación con el partido de Carles Puigdemont. La decisión de PSOE y Sumar sobre si tramitar o no de la iniciativa de Junts sobre una cuestión de confianza se ha visto aplazada sine die, por segunda vez. Fuentes de la Mesa lo justificaron afirmando que, como a los independentistas catalanes no les corresponde llevar nuevas iniciativas a pleno hasta “mediados o finales” de febrero, no hay “prisa” para decidir.

Ponerse de perfil y evitar tumbar la proposición no de ley (PNL) con la que Junts aspiraba a presionar políticamente para retratar la debilidad parlamentaria de Pedro Sánchez, y empujarle a presentar una cuestión de confianza, puede servirles para impedir un nuevo órdago por parte de Puigdemont. O, al menos, para retrasarlo.

Tras conocerse la posición de la Mesa, durante la mañana del jueves, los socialistas esquivaron cámaras y micrófonos y dejaron que fuera el socio minoritario, Sumar, quien capeara el temporal. Desde la coalición de Yolanda Díaz se vendieron como “pacificadores”, como una suerte de mediadores entre el PSOE y Junts.

Al final de la tarde, el portavoz parlamentario socialista, Patxi López, avaló retrasar la decisión en la Mesa. En declaraciones a los medios recogidas por EFE, en Bizkaia, consideró que se trata de un asunto “de mucha relevancia”. También apostilló que, a su entender, “no es urgente”.

Y, aunque hay diferentes versiones sobre el contenido de las negociaciones abiertas con Junts -el grueso de voces las circunscribe a los Presupuestos para 2025-, según Sumar ha habido y hay “consenso” entre todos los partidos por evitar “que la sangre no llegue al río”. Por eso no convenía tumbar su PNL.

El líder del partido independentista catalán reunirá a su Ejecutiva este viernes, y prevé comparecer después.  Esto es, 24 horas después de que la Mesa del Congreso pospusiera decidir sobre la iniciativa de la discordia. El ala socialista, que había hecho público que votaría en contra de su calificación (el inicio de su tramitación), ha tenido que tragarse sus palabras.

El jueves, a escasas horas de la reunión de la Mesa, varios ministros socialistas defendieron su rechazo a esta PNL y apostaron por un pacto que evitara la confrontación. Tras conocerse la decisión de dar patada hacia adelante, que según fuentes del órgano de gobierno del Congreso tuvo el aval de Junts, el ala socialista del Ejecutivo optó por la discreción.

Rechazó vender “tranquilidad” ante el discurso de Puigdemont, y destacó que lo seguirán “con respeto, atención, escucha y trabajo”. “El Gobierno mañana escuchará”, incidieron.

La foto Sánchez-Puigdemont

Por otra parte, fuentes de Moncloa afirmaron el jueves que la esperada fotografía de Sánchez y Puigdemont “no está en la agenda” a día de hoy. Defendieron que la fotografía debe servir “para solemnizar algo”, para ilustrar “un contenido”, “la rúbrica de algo”.

Deslizaron así que el encuentro entre ambos no se producirá hasta que haya un acuerdo que garantice los siete votos de Junts a los Presupuestos Generales del Estado para 2025. Es una de las cuestiones sobre las que están conversando, pero según otras voces hay varias carpetas abiertas.

Desde las dos alas del Ejecutivo confirman que la proposición no ley no es prioritaria en esas conversaciones, a pesar de que se ha quedado enquistada entre ambas fuerzas. Y de que se ha llegado a plantear la opción de pedir a Junts que la “reformule”, aunque el texto, sin la exposición de motivos, apenas pasa de una línea: “El Congreso de los Diputados insta al presidente del Gobienro español a plantear una cuestión de confianza”.

En el Gobierno hay voces que no entienden los quiebros, giros y dudas con una iniciativa que no es vinculante, que podría haberse hecho descarrilar desde el principio -el PSOE lo intentó amparándose en los letrados de la Cámara Baja, sin éxito-. Más desconcierto hay en Sumar, pero celebran que se haya pospuesto la “discusión en círculos”, para pasar a una nueva etapa.

“La PNL no es el centro de nada. Su relevancia es relativamente pequeña”, trasladaron fuentes de la dirección a Artículo14. Como insinuó en abierto la portavoz del grupo parlamentario, Verónica Martínez Barbero, en la formación interpretan que este debate les puede servir como “herramienta en la negociación”. Como palanca para impulsar las conversaciones sobre cuestiones como la reducción de la jornada laboral, además de las que afectan a las cuentas públicas.

De hecho, en las filas del socio minoritario en el Gobierno hay quienes interpretan que buena parte de las actuaciones de Puigdemont se entienden más desde lo “personal” que como parte de una “estrategia”. Entienden que el líder de Junts, que el jueves escenificó en Waterloo su acercamiento a su homólogo en ERC, Oriol Junqueras, aún está buscando el rumbo a seguir.

En el PSOE defienden que toca esperar en silencio. Después de desactivar la última mina, siquiera temporalmente, no quieren arriesgarse a dar motivos a Puigdemont para justificar un nuevo órdago.