“Mis días de cárcel”. En el documental con este título el expresidente del FC Barcelona Sandro Rosell relata su paso por Soto del Real. El dirigente, que fue absuelto por la Justicia tras permanecer más de dos años en prisión preventiva acusado de blanqueo de capitales, narra desde cómo fue comprar un televisor hasta su relación con un asesino que sólo hablaba en catalán.
Esos días también le sirvieron a Rosell para forjar en prisión una amistad con el empresario Javier Pérez Dolcet, procesado por fraude en subvenciones. La relación se ha mantenido en los últimos años hasta el punto de que Pérez Dolcet, según ha podido saber Artículo14, le puso en contacto con el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, con quien mantuvo “varias reuniones” dentro de la presunta conspiración para desprestigiar a la Unidad Central de Operaciones de la Guardia Civil (UCO) y a los jueces que investigan los casos de la esposa y el hermano del presidente, así como el que afecta al presunto entramado creado por el exministro de Transportes, José Luis Ábalos.

El interés del número tres del PSOE por el expresidente del FC Barcelona, según fuentes conocedoras de los encuentros, residiría en la búsqueda de información para ahormar una serie de pruebas que desacrediten a los investigadores de las causas que afectan al partido del Gobierno. Rosell ha denunciado ser víctima de una campaña de las “cloacas del Estado”, dentro de la bautizada como “Operación Cataluña” que atribuye al Gobierno de Mariano Rajoy un intento de acabar con el independentismo.
Pérez Dolcet habría ido tejiendo una red de “damnificados” a los que se denomina en círculos próximos “La asociación” entre los que, además del expresidente del Barça, estaría Higini Cierco, exdueño de Banca Privada de Andorra que fue intervenida en 2015 dentro de una operación de blanqueo de capitales. La familia Cierco ha reclamado, al igual que Rosell, una indemnización millonaria al Estado por los “daños causados” y ha demandado en los tribunales andorranos a Rajoy.

La sed de venganza o reparación -según quién sea el interlocutor- es el nexo común de este grupo de empresarios en los que Cerdán habría visto una oportunidad de noquear al rival: agentes de la UCO, jueces y periodistas que conforman la “fachosfera” a la que Moncloa atribuye una “campaña feroz” contra Sánchez.
En esta cadena de favores sería clave el papel de la militante socialista, María Leire Díez Castro, que según desveló El Confidencial se reunió en febrero con Pérez Dolcet y un investigado en la Audiencia Nacional por una trama de hidrocarburos para recabar información comprometedora del teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Balas, jefe del Departamento de Delincuencia Económica de la UCO.
Como Rosell o Pérez Dolcet el industrial Alejandro Hamlyn, también aduce ser una “víctima” de una trama corrupta dentro de la UCO quién le incriminó en un fraude en la venta de combustible que dejó un presunto agujero fiscal de 154 millones de euros y cuya vista oral comienza este mismo lunes.
En las grabaciones de aquel encuentro queda en evidencia que Leire Díez trató de sacar partido de las quejas del empresario: “Tú has sido víctima de la Camorra, pero de la Camorra de la Guardia Civil. ¿Vale?”, preguntó a Hamlyn.
En Ferraz, donde se acumulan los fuegos para desesperación de sus cuadros, intentan marcar distancias con Leire Díaz. En síntesis, sus portavoces niegan, una vez más, las informaciones publicadas aunque no pudieron responder el pasado lunes todas las preguntas de los periodistas. “Cacería”, es la palabra de moda en el PSOE.
El PSOE marca distancias
La trayectoria profesional de Díez desmiente el papel de “outsider” que le otorga el PSOE. Fue teniente de alcalde por el PSOE en Vega de Pas (Cantabria), entre 2011 y 2014. También tuvo dos cargos de designación directa en la empresa pública Enusa y en Correos (2018-2021, y 2022-2024).
“Si tiene alguna vinculación con el PSOE, será de afiliada”, abundaron. Si bien se negaron a confirmar oficialmente que lo sea, amparándose en que Díez podría denunciarles por incumplir la ley de protección de datos. “Este partido tiene 170.000 militantes”, afirmaron, antes de insistir en que no pueden “estar detrás de cada uno”.
Los portavoces del PSOE no precisaron cuántas veces ha visitado la sede madrileña de Ferraz, ni tampoco por qué llegó a reunirse con un empresario procesado. “A lo mejor tiene unas amistades muy mejorables”. Quizás Cerdán también.