El ala oeste de Moncloa

Sánchez y su equipo echan el resto para salvar la vicepresidencia europea de Teresa Ribera

Moncloa reconoce que las cosas se le han complicado a Ribera mucho más de lo imaginable en Bruselas por la ofensiva del PP

La vicepresidenta tercera del Gobierno de España y y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera
La vicepresidenta tercera del Gobierno de España y y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera

Se acabó la tregua postDANA, si es que alguna vez existió. Llevaba desde la tragedia la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, instando a la paz parlamentaria en estos momentos de zozobra. Tanto PP como PSOE aseguraron con solemnidad que se hacían cargo, pero lo cierto es que el ralentí político duró lo que tardaron en reabrir las cámaras. Todo empezó a malograrse el lunes cuando Feijóo conectó por videoconferencia con Bruselas. Al otro lado del hilo estaban Dolors Montserrat, Esteban González Pons y Manfred Weber. Entre todos urdieron la maniobra para dejar la candidatura europea de Teresa Ribera en el alero.

En la sesión de control en el Senado el martes los ministros socialistas aguantaron los embates de los senadores populares amarrados al “eso ahora no toca”, pero el miércoles en el Congreso se abrió la grieta definitiva en la estrategia de contemporización que estaba desplegando el Partido Socialista. La vicepresidenta Montero apelaba ante Miguel Tellado a la serenidad “para no caer en sus provocaciones”, pero terminó evocando las “mentiras del PP” en casos como el Yak42, el Metro de Valencia, el Prestige o el 11M. El sentido abrazo de dos senadores valencianos fue un bonito espejismo justo antes de que volviera el mambo.

Las hostilidades que durante semana y media se circunscribieron a corrillos e información fuera de micro vuelven a ser tan públicas como siempre y previsiblemente vivirán su momento álgido el miércoles, cuando Teresa Ribera comparezca a petición propia en la Cámara Baja para explicar qué papel desarrolló su ministerio durante la crisis de la DANA. El aperitivo lo hemos paladeado el viernes tras la comparecencia en Les Corts de Carlos Mazón.

En Moncloa siguieron sin despegarse de la pantalla la intervención del president valenciano. Al terminar no tardaron en sentenciar: “La gente está alucinando e indignada”, nos decían fuentes del puente de mando gubernamental que remataban “ha sido de no creer”. El Gobierno no tardó en contraatacar con una propuesta audaz. Si el PP está exigiendo que Sánchez sustituya a Ribera por otro candidato para integrar el equipo de Von der Leyen, Diana Morant compareció tras Mazón para reclamarle a Feijóo que cambie a Mazón por otro perfil “más técnico y solvente”.

La jefa de los socialistas valencianos volvió a ser la elegida por Moncloa para alzar la voz en Valencia: “Le pedimos al PP que destituya al señor Mazón, nombre a ese presidente y Consell técnico de transición y convoque elecciones cuando la crisis finalice. La ministra de Ciencia le ofreció a Feijóo todos los votos del PSPV “para que no tenga que estar sometido al chantaje de Vox”. Eso sí, fuentes de los socialistas valencianos ya han dejado claro que retiran su propuesta de aprobar los presupuestos populares si el que los firma es el propio Mazón.

El PSOE y el Gobierno le ofrecían al PP una cucharada de su propia medicina, conscientes de que Feijóo elegirá no tomarla. Tras este movimiento el interés informativo virará de nuevo hacia Bruselas, donde se libra una batalla que cada vez inquieta más al Ejecutivo central.

Evitar el naufragio

Aunque ahora debería estar enfrascado en la búsqueda de una sustituta con un perfil verde y pensando en los Presupuestos, Pedro Sánchez y su equipo más cercano están desplegando toda su potencia diplomática para evitar el naufragio de Teresa Ribera. Von der Leyen también está haciendo su parte para tratar de salvar el equipo que tiene proyectado desde comienzo del otoño. En el Gobierno siguen confiando en que al final se impondrá la lógica europea, pero también son conscientes de que la UE está amenazada por un cambio de paradigma. La pugna Weber Von der Leyen y el coqueteo del PPE con Meloni y otras formaciones euroescépticas puede trastornar el sistema de mayorías que ha mantenido en marcha la Unión casi desde su concepción.

En ese mar revuelto pueden pescar en la calle Génova, aunque en Moncloa esperan que la comparecencia de Ribera el miércoles terminará de dejar claro de quién es la responsabilidad de todo lo ocurrido en la provincia de Valencia; “por si lo de Mazón este viernes no hubiera sido bastante gráfico”. Hasta entonces no habrá tregua y se seguirán multiplicando las labores de lobby y las llamadas. La otra tregua; la de no hacerse pupa parlamentaria no fue más que una ilusión que ya está completamente enterrada.