Sánchez toma las riendas de los territorios y apuntala a Montero como dos del Gobierno

La vicepresidenta anunciará este miércoles que se presenta para liderar el PSOE en Andalucía, un escenario que no contemplaba hace escasas semanas. En el Ejecutivo ven "compatible" ser ministra y liderar un territorio

Pedro Sánchez no ha dejado pasar ni 24 horas desde el día de Reyes para empujar las dos fichas de dominó que han desplazado al resto de piezas de dos territorios de peso, en cascada. La decisión de Luis Tudanca de no postularse a la reelección como líder del PSOE en Castilla y León, y la retirada de Juan Espadas de su carrera por mantener las riendas en Andalucía, allanan el terreno para los desembarcos de candidaturas que sí cuenten con el aval de Ferraz.

En la apuesta del secretario general socialista por poner toda la carne en el asador para las próximas elecciones municipales y autonómicas (2027), había llamado la atención el despliegue de ministros para liderar el partido en los territorios, y previsiblemente (en la mayoría de casos) para ser candidatos. Tras el fallido pulso de Tudanca a Ferraz hace meses, y su retirada este martes, el alcalde de Soria, Carlos Martínez, tiene más sencillo hacerse con la Secretaría General en Castilla y León.

Y, después de que Espadas, Juan Lobato o Javier Lambán replegaran sus alas, es el ministro de Transformación Digital, Óscar López, quien se ha hecho con las riendas en Madrid. Pilar Alegría tratará de hacer lo propio en Aragón. Y María Jesús Montero, la número dos de Sánchez en el Gobierno y en el partido, es quien aterrizará en Andalucía, como ya dan por hecho en el partido y en el Gobierno.

La vicepresidenta segunda y ministra de Hacienda está entre las únicas cuatro personas que han acompañado al presidente en el Consejo de Ministros desde la moción de censura, en 2018. Es, junto con Félix Bolaños (Presidencia y Justicia), quien lleva el peso de las negociaciones más complejas. Hoy  por hoy, intenta sumar apoyos parlamentarios a la senda de déficit y los Presupuestos Generales para 2025.

De hecho, el Gobierno quiere que las cuentas públicas lleguen al Congreso de los Diputados en las próximas semanas. Con el 23 de febrero marcado en rojo en el calendario (es cuando concluye el congreso andaluz), en el Ejecutivo dejan ver que Montero podrá seguir desempeñándose como primera espada.  Ya han dejado ir a algunos de sus pesos pesados en el último año, y la vicepresidenta no se considera prescindible.

En público y en privado, en el Ejecutivo consideran “compatible” ser ministra y, a la vez, líder de una federación autonómica. Incluso de un territorio como el otrora poderoso bastión andaluz, que Sánchez aspira a reconstruir, mientras las encuestas señalan que Juanma Moreno (PP) seguirá gobernando tras los próximos comicios, previstos para 2026. “Habrá que estirar más las 24 horas del día”, afirman.

Fuentes del Ejecutivo inciden incluso en que no hay incompatibilidad entre ser la ministra de Hacienda, que gestiona la deuda de las comunidades y que aspira a promover un nuevo modelo de financiación autonómica, con marcar la línea del primer partido de la oposición en este y otros asuntos.

No ven comprometida su actuación ni tampoco interpretan que puedan colisionar los intereses entre las dos partes. El modelo de financiación lleva más de 10 años caducado, y Andalucía está entre las comunidades infrafinanciadas (Moreno lleva tiempo reclamando un fondo de compensación).

Si Montero vuelve a su región natal, en la que ya se desempeñó en la Junta, su partido tendrá que posicionarse sobre ésta y otras cuestiones, y previsiblemente ella representaría a dos actores con distintas prioridades. En algunas cuestiones, con prioridades opuestas.

En el Ejecutivo se aferran a precedentes como el de María Dolores de Cospedal, que fue secretaria general del PP mientras presidía una comunidad autónoma (Castilla-La Mancha), aunque en el PSOE precisan este discurso.

Una cosa es ser candidata, explican, y otra ser la líder regional y a la vez la número dos del partido. “Es otra pantalla”, admiten, dando a entender que tendría que devolver el cetro de mando de Ferraz.

Espadas la señala, ella confirmará este miércoles

“Doy un paso al lado, para apoyar a otro liderazgo que renueve este proyecto y lo pueda convertir en ganador en 2026″. Espadas anunció su decisión de tirar la toalla con estas palabras, sin pronunciar el nombre de Montero, pero señalándola directamente. Su intención, hasta ahora, era competir por revalidar el liderazgo, salvo si Sánchez apostaba por un perfil de consenso, con bagaje político y gran proyección. Un perfil que pueda convertir en “ganador” al PSOE en 2026.

Esto es, por la número dos del Gobierno, que hasta hace escasas semanas rechazaba este escenario. A mediados de diciembre, desde su entorno incidían en que su papel en el Ejecutivo era demasiado importante como para abarcar más. La perspectiva de tener que coser un PSOE debilitado, y frente a un PP que gobierna, tampoco servía de aliciente. La interpretación más común es que Sánchez le ha reclamado desdoblarse para evitar una batalla interna que lastre aún más las opciones electorales del PSOE andaluz.

La vicepresidenta ha convocado este miércoles a la militancia andaluza en Sevilla, a partir de las 17.30 horas. Será éste el foro que utilizará para lanzar su candidatura. Y lo hará escasas horas después de que Sánchez presente en Madrid los actos de celebración de los 50 años desde la muerte de Francisco Franco y la posterior reinstauración de la democracia.

Hasta entonces, la vicepresidenta y su equipo guardarán silencio, mientras el resto de ministros se deshace en elogios sobre su visión política o su capacidad de trabajo. En el escaparate de La Moncloa, entendido como rampa de lanzamiento hacia las comunidades autónomas, otros cuatro ministros (Alegría, López, Diana Morant y Ángel Víctor Torres), esperan a que Montero se una a sus filas.