Pedro Sánchez sufrió una nueva y dura derrota parlamentaria en el primer aniversario de las elecciones del 23-J. El Gobierno trató hasta el último minuto que el Partido Popular no se opusiera a la toma en consideración de la reforma de la ley de extranjería. Pero los de Alberto Núñez Feijóo se mantuvieron firmes en su rechazo ante “la negativa” del Ejecutivo a estudiar sus exigencias. “Era solo admitir a trámite”, se lamentaban desde el equipo de Ángel Victor Torres, que estuvo en contacto con Miguel Tellado, el portavoz popular.
En paralelo, Junts, socio parlamentario del Gobierno, asestó otro golpe que Sánchez no se esperaba. Además de rechazar la reforma de la ley de extranjería, también votó en contra de los objetivos de déficit, el primer paso para la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Un golpe parlamentario muy duro en víspera de que el jefe del Gobierno se vea con Pere Aragonés, con la vista puesta en la investidura de Salvador Illa.
El presidente del Gobierno no apareció en el pleno. Ni tan siquiera votó la renovación del Poder Judicial. Fuentes populares señalaron que este “podría ser el peor día de Sánchez en su mandato a nivel parlamentario”. “Y todo ello en el aniversario de las elecciones que ganó el PP. Es evidente que Sánchez consiguió los votos para que otro no gobernara, pero no tiene los votos para gobernar él”, apostillaron.
Respecto a las votaciones, la primera fue la toma en consideración de la reforma de la ley de extranjería. Esta reflejó un esperado resultado de 171 síes -PSOE, Sumar, PNV, Bildu, ERC, Podemos, José Luis Ábalos, BNG y Coalición Canaria- 177 noes -PP, Vox y Junts- y una abstención -UPN-. Un total de 349 votos a los que faltó uno para llegar a los 350 habituales, el del presidente del Gobierno.
La sorpresa llegó cuando Junts anunció que votaría en contra de los objetivos de estabilidad presupuestaria y de deuda pública para el conjunto de las administraciones. El Ejecutivo contaba con aprobar sin inconvenientes la senda fiscal planteada para los próximos años, pero el voto en contra del partido independentista provocó que se complique la tramitación en tiempo y forma de los PGE de 2025.
Cabe mencionar que las fuentes del Gobierno a las que tuvo acceso Artículo14 reconocieron su desconcierto y sorpresa al respecto. Finalmente, el Pleno del Congreso rechazó los objetivos con 178 votos en contra y 171 a favor.
Rifirrafe por la ley de extranjería
Por su parte, el Ejecutivo señaló como falso que no movieran su posición en materia migratoria. “Estábamos en disposición de aceptar muchas propuestas”, afirmaron las fuentes consultadas, como por ejemplo “mecanismos de emergencia” que permitieran margen de maniobra a las comunidades autónomas. “Hemos hecho el máximo esfuerzo”, aseguraron desde el entorno de Torres, que afirmó en los pasillos pocas horas antes de la votación: “No soy optimista”.
El lunes por la tarde, el PP ya avanzó su intención de votar en contra, tal y como informó Artículo14. Si bien, los contactos se siguieron produciendo sin éxito también el martes. El motivo, según portavoces oficiales, es que el Gobierno no ha tenido voluntad real de acuerdo.
Este periódico desveló que, tras la Junta Directiva Nacional, Feijóo almorzó con sus barones y les preguntó por la cuestión. La mayoría opinó que se debía votar que “no” salvo que el Ejecutivo aceptara sus exigencias, como la celebración urgente de la conferencia de presidentes, extremo que el Gobierno no ha aceptado.
En este sentido, y en cascada, los presidentes autonómicos empezaron a anunciar recursos ante el Tribunal Supremo para que ese foro se celebre. El primero en comunicarlo, el presidente de Aragón, Jorge Azcón. Le siguió la madrileña Isabel Díaz Ayuso: “Esto es el comienzo de mucho más porque las mafias ya saben cuál es el camino”, dijo, instando a Sánchez a que les convoque de una vez.
Largo día en el Congreso
En el que fue denominado como un súperpleno -pues había una larga lista de votaciones relevantes- el PP no fue la única formación que mostró sus reticencias a la hora de de reformar la ley de extranjería.
Junts, como ha venido haciendo últimamente, cumplió su palabra y se mantuvo en el “no”. En este sentido, la diputada Miriam Nogueras dijo que la modificación legal no da “tranquilidad, ni da seguridad, ni a unos ni a otros” y añadió que aprobar esta ley es “engañarse”. “Quizás les dará muchos titulares populistas, pero no arreglará el problema”, agregó. Asimismo, acusó al Gobierno de “abusar” de la solidaridad del pueblo de Cataluña. “Con esta ley ustedes no garantizan una vida digna y en condiciones. Y eso a quien está dando alas es a ellos, a la derecha y a la ultraderecha”, apuntó.
En la misma línea se mostró Vox, que subrayó que su “solidaridad” está con sus hijos, con los vecinos donde se encuentran los centros para menores migrantes no acompañados y con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. “Si quieren acabar con el efecto llamada, solo hay una solución, que es cumplir la ley”, expuso la formación liderada por Santiago Abascal.
Incluso la diputada de Coalición Canaria, Cristina Valido, se mostró a favor de retirar la proposición de ley de no conseguir el acuerdo. Algo que no se efectuó pues para ello debían haber estado de acuerdo el PSOE y Sumar, ya que los tres grupos fueron los que registraron la proposición de ley en la Cámara Baja.