Pedro Sánchez no renuncia a la presidencia del Gobierno de España. Tras amagar el miércoles con tirar la toalla a consecuencia de las polémicas que rodean a su mujer, Begoña Gómez, ha optado por seguir. “Con más fuerza si cabe”, proclamó en una declaración institucional en Moncloa, sin opción a preguntas de los periodistas. Compareció completamente solo tras cinco días sin apenas contacto con dirigentes socialistas. “La decisión la ha tomado en familia. La opinión de su mujer ha sido decisiva”, según las fuentes consultadas por Artículo14.
Sánchez ni tan siquiera se someterá a una cuestión de confianza. Tras su larga reflexión, todo continuará igual. Así se lo trasladó al jefe del Estado a primera hora de la mañana de este lunes, cuando se desplazó a Zarzuela para comunicárselo personalmente. Una vez saltó la noticia de su desplazamiento a la residencia del Monarca, Moncloa optó por adelantar una hora su comparecencia, de las doce a las once. María Jesús Montero, Félix Bolaños y Santos Cerdán se vieron con él poco antes del esperado anuncio. También con ellos Oscar López, su jefe de gabinete, con el que más ha despachado en los últimos días.
El PSOE se apresuró a ovacionar el anuncio de Sánchez. Según el relato de Moncloa, el presidente amagó con dimitir, prácticamente lo tenía decidido, pero el apoyo de su familia y de su partido le han dado energías para continuar. “He decidido seguir. Seguimos con más fuerza si cabe en la presidencia del Gobierno de España”, proclamó. La decisión generó alivio y sorpresa por igual en las estructuras territoriales socialistas. Muchos creían que se iba y los que creían que iba a resistir apostaban por la cuestión de confianza.
“Mi mujer y yo sabemos que esta campaña de descrédito no parará, pero podemos con ella”, avanzó Sánchez. El principal partido de la oposición ganó la apuesta. Desde el primer momento, Alberto Núñez Feijóo auguró que no se iría, aunque su equipo supuso que iría a una cuestión de confianza para buscar el respaldo de la mayoría del Congreso. “No vamos a aceptar el chantaje que ha planteado Sánchez. No ha dado ninguna explicación sobre los vínculos laborales de su esposa. Seguiremos exigiéndoselas”, se reafirmaron fuentes del PP al más alto nivel.
Lo que le espera a Begoña Gómez
Sánchez cuenta con esa presión total del PP. Tal y como publicó Artículo14, Génova sopesa convocarle a la comisión de investigación del Senado y estudia también la vía judicial. No descarta hacer lo propio con Gómez. Para el presidente, todo se debe a una operación de derribo contra su familia para desestabilizarle políticamente. “Estamos hablando de respeto, de dignidad”, se revolvió Sánchez, que habló de “bulos” sin entrar en detalles sobre las informaciones que afectan a su cónyuge o la decisión judicial contra ella.
“Esta decisión no supone un punto y seguido, es un punto y aparte, se lo garantizo”, añadió Sánchez desde la escalinata de la Moncloa, sin los periodistas allí para poder preguntarle. “Por muy alto que sea no hay honor que justifique el sufrimiento injusto de las personas que uno más quiere y respeta y ver cómo se intenta destruir su dignidad sin el más mínimo fundamento”, argumentó. Y, por ello, reclama que una gran mayoría social se una a él para “revertir esta situación” y “se movilice en una apuesta decidida por la dignidad y el sentido común poniendo frenado a la política de vergüenza”.
Según su diagnóstico, la culpa de la política del fango la tiene exclusivamente la oposición. No hubo ningún autocrítica en este sentido. “O decimos basta, o esta degradación de la vida pública determinará nuestro futuro condenándonos como país”, llegó a afirmar. Y sentenció: “Asumo mi compromiso de trabajar sin descanso, con firmeza y con serenidad por la regeneración pendiente de nuestra democracia y por el avance y la consolidación de derechos y de libertades”.
El presidente aseguró que no ha habido tacticismo político en su inédito parón de cinco días. Que se guio por los sentimientos, por el enorme cabreo que le supuso el movimiento judicial contra su mujer. Esto generó el temor generalizado en sus filas, que se manifestó el sábado en los aledaños de Ferraz mientras se desarrollaba el comité federal del partido. “Buena noticia, pero también inesperada. Ahora, a ganar en Cataluña”, fue el primer titular de un líder territorial socialista, en conversación informal con este periódico.
“Que a nadie le quepa duda. Su familia le apoya en esta decisión”, rematan las fuentes consultadas. Hubo aplausos y lágrimas en Moncloa. Lo que se queda España es sin la primera mujer presidenta del Gobierno. Al menos, de momento. Si Sánchez hubiera dimitido, en el PSOE había consenso en que María Jesús Montero o Pilar Alegría se hubieran hecho con las riendas del país. Ciencia ficción, escuchado al presidente. Los suyos, de subidón, aseguran rotundos: “Hay legislatura. Ahora, a aprobar los Presupuestos y a estar los cuatro años”.
El discurso completo de Pedro Sánchez
“Como saben, el pasado miércoles escribí carta a la ciudadanía. En ella les planteaba si merecía la pena soportar el acoso que desde hace diez años sufre mi familia a cambio de la presidencia. Hoy, tras estos días de reflexión, tengo la respuesta clara. Si aceptamos todos como sociedad que la acción política permita el ataque claro, entonces no merece la pena. Si consentimos que la contienda partidista justifique el ejercicio del odio y la falsedad, entonces no merece la pena. Si permitimos que las mentiras sustituyan el debate racional basado en evidencias, entonces no merece la pena.
Por muy alto que sea el cargo, no hay honor que justifique el sufrimiento de las personas que uno mas quiere y ver como tratan de hundir su dignidad sin fundamentos. Como les anuncié, necesitaba parar y reflexionar. Sé que la carta pudo desconcertar a la gente, porque no obedece a cálculos políticos. En política no se admite el sentimiento. He reconocido ante quienes buscan quebrarme que duele vivir esta situación. También porque, sea cual sea nuestro oficio, se nos exige no parar y mantenernos en marcha. Hay veces que la única forma de avanzar es detenerse y reflexionar, y decidir con claridad por dónde queremos caminar.
He actuado con convicciones claras. O decimos basta, o esta degradación nos condenará como país. He dado este paso por motivos personales, pero son motivos que todos pueden entender porque responde a valores de nuestra sociedad. Esto no es una cuestión ideológica. Estamos hablando de principios que van mucho más allá de cuestiones políticas. Nos definen como sociedad. No tienen que ver con el debate de elegir opciones políticas. Son las reglas del juego. Si consentimos que los bulos deliberados dirijan el debate político; si obligamos a las víctimas de esas mentiras a tener que demostrar su inocencia; si permitimos que el papel de la mujer vuelva a ser doméstico, y si en definitiva permitimos que la sinrazón perviva, habremos hecho un daño irreparable.
Exigir resistencia incondicional es poner el foco en las víctimas y no en los agresores, y confundir libertad de expresión con libertad de difamación es una perversión democrática con desastrosas consecuencias. La pregunta es sencilla: ¿queremos esto para España? Mi mujer y yo sabemos que esta campaña no parará. Es grave, pero no es lo más relevante. Podemos con ella. Lo importante, lo verdaderamente trascedente, es que queremos agradecer de corazón las muestras de solidaridad que hemos recibido. Un agradecimiento especial a mi querido PSOE. Gracias a esa movilización que ha influido en mi decisión.
He decidido seguir. Seguir con más fuerza si cabe al frente de la presencia. No supone un punto y seguido, sino un punto y aparte. Asumo ante ustedes mi compromiso de trabajar sin descanso y con firmeza por el avance y la consolidación de derechos fundamentales. Asumo continuar con la presidencia del gobierno de España. La mayoría social, como ha hecho estos días, debe movilizarse en una apuesta por la dignidad y el sentido común. Llevamos demasiado tiempo sufriendo la desvergüenza. Esto no va del destino particular de un político. Se trata del tipo de sociedad que queremos ser. Creo que nuestro país necesita hacer esta reflexión colectiva.
Creo que ya la hemos hecho. Una reflexión que habrá paso a la limpieza, a la regeneración, al juego limpio. Llevamos mucho tiempo dejando que el fango colonice la vida pública, contaminándose de practicas tóxicas inimaginables. Apelo a la conciencia colectiva de la sociedad española, que supo sobreponerse a las heridas del peor de sus males. Logró vencer todos los desafíos democráticos de forma ejemplar. Hoy pido a la sociedad española que vuelva a ser ejemplo de inspiración. Los males que nos aquejan no son exclusivos de España. Forman parte de un movimiento reaccionario global que trata de imponer sus mentiras. Demostremos al mundo que podemos defender la democracia”.