Sánchez salva parte del decreto ómnibus con sus cesiones a Puigdemont

El presidente “suda la camiseta”, descoloca a los suyos y resta importancia a que haya tenido que cambiar nuevamente sus esquemas. Junts gana y la Mesa aceptará su iniciativa sobre la cuestión de confianza

Miriam Nogueras ofrece este martes en Barcelona una rueda de prensa. EFE/ Andreu Dalmau

Esta vez Pedro Sánchez sí sacó un conejo de la chistera, a diferencia de lo ocurrido el pasado miércoles. El pacto con Junts para revivir una parte del decreto ómnibus que los de Carles Puigdemont contribuyeron a tumbar hace una semana supone un balón de oxígeno, pero para ello han tenido que virar el rumbo y retractarse de sus propias palabras.

Donde no iba a haber prisas, las hubo, y las 80 medidas del texto que no iban a trocear se convirtieron en 29. Si en la noche del lunes daban por hecho que el texto no iría al Consejo de Ministros del día siguiente, durante la mañana retrasaron la reunión del Gabinete para dar más tiempo a la negociación.

Sánchez pudo salir a vender, por segunda vez, las medidas que ya había celebrado el 23 de diciembre, esta vez con el respaldo de Junts asegurado. Se cura así del riesgo de ser señalado como responsable fundamental de que se frustrara la subida de las pensiones,  o de que saltaran por los aires las subvenciones al transporte público, que desde este miércoles volverán a aplicarse íntegramente.

Lo logra después de pagar un precio que pasa por aceptar que se tramite la iniciativa de Junts que pide al presidente que se someta a una cuestión de confianza. El texto de la proposición no de ley (PNL) de Junts tendrá que ser retocado, sin que el Ejecutivo ni los neoconvergentes hayan aclarado cuál será su redacción. La portavoz del partido, Miriam Nogueras, ya ha aclarado que modificarán un aspecto “técnico”, y que no habrá un cambio sustancial en su iniciativa.

En el informe de los letrados de la Cámara Baja había algunas pistas sobre por dónde podrían enfocarlo, toda vez que Sánchez ha asegurado que el texto incluirá una mención expresa a que, constitucionalmente, sólo él puede presentar una cuestión de confianza. Este martes volvió a dejar claro que no considera “necesario” activar este mecanismo, por lo que la iniciativa, aún de prosperar, se verá deslucida.

Y esos son los movimientos más claros, en la superficie. Casi pasaban desapercibidas las palabras del secretario de Estado para la UE, Fernando Sampedro, asegurando en Bruselas que el Ejecutivo “mantiene como su prioridad el reconocimiento como lenguas oficiales de todas las lenguas cooficiales”, recogidas por Europa Press.

El Gobierno “suda la camiseta”, dijo Sánchez, y seguía moviéndose para intentar que el catalán sea considerada lengua oficial en la UE, reiterando estos esfuerzos, pero todos los focos estaban puestos en el anuncio del presidente desde La Moncloa. Se habían mordido la lengua estos días para evitar señalar a Junts en público, y el presidente volvió a hacerlo. El enfado ha sido reconocido por dirigentes socialistas y por integrantes del Ejecutivo, pero tocaba contención.

Una semana “para llegar ‘al mismo’ punto”

Fuentes del grupo parlamentario socialista celebraban este triunfo, y recordaban que ha habido quienes durante una semana “casi” han dado “por muerta” a la mayoría de investidura. 

También reconocían cierto estupor por la semana que ha tenido que transcurrir “para llegar al ‘mismo’ punto”. Se ha vivido “con tensión” hasta el momento del anuncio, como reconocía otra de las voces consultadas. El grueso de los ministros suelen restar hierro a los movimientos de Junts, pese a que acostumbra a dar golpes sobre la mesa para llevarles al límite. Este martes tampoco quisieron salirse del guion, aunque el pulso ha sido especialmente obvio.

El jefe del Ejecutivo descolocó a los suyos este martes; el ala socialista pasó de obviar públicamente las llamadas a la actuación urgente por parte de Yolanda Díaz, a presentar un pacto que ayuda a reconstruir los puentes con Puigdemont.

Sumar lo celebró, y restó importancia a la medida “adicional” de crear ya los avales inmobiliarios que harán que el Estado se haga responsable de posibles destrozos en viviendas e impagos, tras volver a prorrogar los desahucios de personas vulnerables. Dejar fuera del nuevo real decreto ómnibus la cuestión de los desahucios era una “línea roja”, aseguraron. En los últimos días, Junts había rechazado su inclusión.

Por su parte, la respuesta de los aliados parlamentarios, aunque positiva en el fondo, iba desde la cautela a la crítica. EH Bildu celebró que Junts “rectifique”. ERC, por su parte, criticó “este exceso de escenificación” con el que se ha hecho “perder a la gente casi una semana”.

Fuentes del partido republicano trasladaron a Artículo14 que cada día con los precios del transporte más altos “hacemos más difícil el día a día de la ciudadanía”. “Estamos aquí para trabajar para la gente, no para crearles problemas para luego simular que las soluciones”.

“Es humo, pero es humo que vende en Cataluña. Y es un mal mensaje: joder a la gente tiene premio”, escribió su portavoz, Gabriel Rufián, en su perfil en X.

El PP, que votó en contra del decreto en el Congreso junto con Vox y Junts, también ha criticado la “teatralización” que atribuye a Sánchez y a Puigdemont, pero no ha aclarado aún qué votará cuando el texto llegue al pleno.

No se prevén reuniones de la Mesa esta semana, sí en principio durante la próxima, afirman fuentes parlamentarias. Previsiblemente, será entonces cuando el órgano de gobierno de la Cámara adopte la decisión de tramitar la iniciativa de Junts sobre la cuestión de confianza.

Junts no da tregua

La portavoz de Junts, Miriam Nogueras, que había mantenido estos días la presión sobre el Ejecutivo, ha pasado de afirmar que el Gobierno mentía cuando afirmó que inicialmente contaba con su voto para el decreto ómnibus ya derogado, a escenificar el fin de la “suspensión” o “congelación” de sus relaciones con Moncloa.

En una rueda de prensa desde Barcelona, Nogueras no dio tregua al Gobierno, y dejó claro que tendrán que seguir pagando, votación a votación, por cada uno de sus siete votos. “Ninguna presión tiene efecto en nosotros”. “Cuando un Gobierno no tiene mayoría, tiene que negociar”, advirtió.

No dejó de señalar que el decreto ómnibus es ya “historia”, y que Sánchez “ha rectificado el error que él mismo, y el Gobierno, cometieron la semana pasada”. Por si alguien tenía dudas.