En su comparecencia de este miércoles, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha querido dejar claro dos puntos: España tendrá un Plan Nacional, y los gastos en Defensa para llegar al mínimo 2% exigido por la OTAN “no tocarán un céntimo” de las partidas sociales.
Lo que provoca la pregunta inmediata, ¿de dónde vendrá el montante económico, si el país no puede sacar unos Presupuestos? ¿Que, además, la Constitución establece deben ser presentados ante la Cámara Baja para que sean sometidos a votación?
Pero dado que desde el Gobierno se ha tachado de “pérdida de tiempo” cumplir con la normativa, el plan que Sánchez llama Nacional para invertir en Defensa se sufragará con fórmulas como la cláusula presupuestaria que se aprobó en 2021 durante el Covid, para permitir a Hacienda reasignar créditos entre ministerios, o mediante partidas aprobadas en el Consejo de Ministros a través de extraordinarios o del Fondo de Contingencia.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su comparecencia a petición propia este miércoles en el Congreso.
La otra fórmula son los fondos Next Generation que el Consejo Europeo aprobó, en 2020 a causa de la pandemia, como un instrumento excepcional de recuperación temporal de los Estados miembros, dotado con 750.000 millones de euros para el conjunto de los Estados. El propio presidente del Gobierno ha afirmado que su llamado Plan Nacional que presentará antes de verano buscará impulsar el desarrollo de la tecnología e industria de la seguridad y defensa españolas, y que “beberá” del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, enmarcado dentro de los planes nacionales que han elaborado los 27 Estados miembros de la Unión para acogerse al Plan de fondos Next Generation.
PERTES
Estos fondos sufragan, además, PERTES -Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica-. Y, según informan fuentes europeas consultadas por este medio, Sánchez planifica destinar un PERTE Aeroespacial a satélites, drones y aviones. “Este proyecto puede incrementar sus fondos para tecnología militar, tiene margen”, aseguran.
Ya en noviembre de 2022, Sánchez destacó en la inauguración de la cumbre de la industria aeroespacial y de defensa la «apuesta inédita» del Gobierno por el sector aeroespacial, con un plan estratégico. En una intervención virtual en la inauguración de la cumbre Space & Defense Industry, que se celebró en Sevilla, resaltó dentro de esta apuesta el aumento de la contribución de España a la Agencia Espacial Europea y la creación de la futura española.
PERTE Chip
En la plataforma ELISA, que permite dar seguimiento a la ejecución de los fondos europeos, el PERTE Aeroespacial tiene un importe comprometido de 1.490,4 millones de euros. De estos, se han ejecutado 1.336,26 millones, prácticamente el 90% del total; así como 79,96, millones de euros en préstamos. Cuando se aprobó en 2022, se fijó un objetivo de una contribución pública de alrededor de 2.193 millones de euros. Este proyecto se lanzó con el objetivo de movilizar hasta 2025 más de 4.500 millones de euros (4.533 millones) para impulsar la ciencia y la innovación en el ámbito aeroespacial, para dar respuesta a los retos del sector como el cambio climático, la seguridad global y la transición digital.
Sin embargo, el más cuantioso de todos los preyectos es el PERTE Chip, que prevé la movilización de una inversión pública de 12.250 millones de euros hasta 2027. El pasado verano, el Gobierno acordó transferir a la Sociedad Española para la Transformación Tecnológica (SETT) el desarrollo del PERTE Chip, que promueve en España un ecosistema industrial en toda la cadena de valor de los semiconductores. Este PERTE, según los datos de ELISA, sólo ha movilizado 330,5 millones de euros.
Precisamente, en el Consejo de Ministros del pasado 25 de marzo, el Gobierno aprobó una inversión de 13,8 millones de euros en Sateliot, dentro una ronda de financiación de 70 millones para lanzar una costelación de 100 satélites. La ejecución de los PERTE está resultando compleja y así de los 41.182 millones de euros de dotación total, hasta la fecha se han movilizado 21.471,5 millones de euros, con datos de ELISA.
La última Ley de Seguridad Nacional es de 2015
Sánchez llama Plan Nacional a una serie de vías para cumplir con Europa y la Alianza Atlántica mediante un presupuestos prorrogados e inversiones específicas que sumen. Sin embargo, España en estos momentos no tiene una estrategia nacional definida, lo que se consigue a través de leyes como la de Seguridad Nacional. Pero para eso tendría que aprobar una nueva normativa en el Congreso de los Diputados, o hacer un pacto de Estado con el partido de la oposición, como han hecho en otros países europeos y que le exige el presidente del partido de la oposición, Alberto Núñez Feijóo.
La última Ley de Seguridad Nacional se aprobó el 28 de septiembre de 2015, siendo Pedro Morenés ministro de Defensa bajo gobierno de Mariano Rajoy. El Gobierno de Sánchez, a falta de conseguir consenso entre sus socios, aprobó en 2021 un Plan de Estrategia de Seguridad Nacional, mediante Real Decreto en el Consejo de Ministros. Recientemente, Sánchez ha hecho lo mismo para aprobar una partida de 400 millones de euros, destinada a incrementar las retribuciones de los efectivos.
Expertos militares, en conversación con este medio, fundamentan la necesidad de una Ley de Seguridad Nacional que defina la estrategia nacional -en este momento en que Europa se plantea que Putin ataque un país de la OTAN para poner a prueba el artículo 5-, para lo que se necesita poner en marcha la conexión entre los medios diplomáticos, informativos, tecnológicos, industriales y militares.
En la comparecencia de este miércoles, el presidente habló de “un momento muy semejante” al que vivió Europa durante el COVID. “La Unión Europea debe reaccionar como hizo entonces: con una respuesta conjunta, mutualizada y solidaria, que aglutine la fuerza de todos los Estados Miembros”, ha afirmado. Una manera de sustentar iniciativas como la aplicación del artículo 9 de la “cláusula COVID” de 2021 a Defensa y la intención de que los fondos europeos ayuden con el gasto.