Guerra comercial

Sánchez pivota el Gobierno sobre su G4 con Cuerpo y Aagesen como emergentes

Los “ministros subsecretarios” ocupan el espacio que dejó Nadia Calviño. Bolaños y Puente se consagran en un equipo en el que las vicepresidentas están a la baja

Los ministros Bolaños, Cuerpo, Puente y Aagesen.
Kiloycuarto

El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, afronta su primer gran examen desde que llegó al cargo. La crisis de los aranceles desatada por Donald Trump pone a prueba a uno de los últimos fichajes del presidente. Desembarcó desde el equipo de Nadia Calviño cuando ésta fue designada presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), y desde entonces ha ido ganado posiciones en el núcleo de confianza de Pedro Sánchez.

Cuerpo pertenece al nuevo G4 del presidente del Gobierno. El titular de Economía comparte podio con otra recién llegada la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen Muñoz. Entre los cuatro “preferidos” está también el polémico Óscar Puente y Félix Bolaños, que pese a los múltiples frentes que tiene abiertos se consagra, según fuentes socialistas, como el “hombre para todo”.

Este círculo de confianza protege al presidente en diferentes flancos. Cuerpo y Aagesen son los “ministros subsecretarios” en palabras de quien conoce bien a Sánchez. Ambos han ocupado el espacio de Nadia Calviño tanto en clave económica como de relaciones en Bruselas. La sucesora de Teresa Ribera acompaña en cada viaje al presidente. Son la “cabeza” del Consejo de Ministros.

El ministro de Economía, Carlos Cuerpo. EFE
EFE

Pese a su perfil más de despacho Cuerpo ha sabido lidiar las batallas políticas. La más sonada con Yolanda Díaz a cuenta de la jornada laboral. Logró el ministro una posición consensuada pese a que desde el lado de Sumar se le desautorizase en privado. “Es un blandito. Hace todo lo que le manda el jefe”, deslizaban durante aquellas negociaciones desde el entorno de la vicepresidenta.

El rol de Puente y Bolaños es muy diferente. El primero fue el revulsivo del Gobierno que se formó tras las elecciones del 23-J. Entró por la puerta grande con su réplica a Alberto Núñez Feijóo en el Congreso durante el debate de investidura. Desde entonces no ha dejado indiferente a nadie. En la bancada azul ha desatado suspicacias y hay quienes le afean que tenga “aspiraciones de sucesor”. Cuenta con el respaldo del presidente. Sánchez necesita un perfil que juegue todos lo balones. Puente remata todo.

El ministro de Presidencia pasará a la historia del sanchismo como un escudero fiel. Hay coincidencia entre las voces socialistas con las que se construye este análisis en que Bolaños es de los que mejor sabe leer a Sánchez. Ha estado en horas bajas e incluso desterrado del círculo del número uno, pero siempre ha sabido aguantar. Resiliencia.

En los últimos meses navega en el choque con los estamentos judiciales a cuenta de las investigaciones al hermano y la mujer del presidente. Ha logrado que el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, aguante estoicamente en el cargo pese a su imputación. Sánchez le escucha. También a otro de sus guardianes el titular de Exteriores, José Manuel Albares.

El ministro de Exteriores presume de llevar el control de la política de Defensa ahora que el debate está en el rearme. En Moncloa se afea a Margarita Robles que “no quiera desgastarse”, pese a que su agenda siempre está llena. “Es vaga”, apostillan los que dentro del gabinete nunca la han aceptado.

Robles es inquebrantable en su ánimo. Es de las veteranas. Junto al ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska, han estado con Sánchez desde aquel primer equipo bautizado como el “Gobierno bonito”. Marlaska siempre ha ligado en privado su futuro al del presidente. “Saldré el día que se vaya Sánchez”, responde tajante cuando mantel mediante se le pregunta por futuras remodelaciones de la bancada azul.

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Sara Aagesen. EFE

¿Tiene en mente Sánchez cambiar a su equipo? La respuesta es una incógnita pese a que da por amortizados a buena parte de sus ministros. Los llamados “patos cojos” o “ministros candidatos” están de salida. María Jesús Montero, Pilar Alegría, Óscar López o Diana Morant oficializarán previsiblemente sus candidaturas de cara a las municipales y autonómicas de 2027. Un tiempo demasiado largo para compatibilizar cargos.

Pese a que son mayoría tanto en el partido como en el Ejecutivo los que piensan que la estrategia de duplicar funciones acabará pasando factura, asumen que Sánchez tampoco puede sacarles ahora del Gobierno porque el mensaje sería negativo. El caso de la vicepresidenta Montero es el más evidente. La polémica por su cuestionamiento de la presunción de inocencia dejó en evidencia su desgaste.

La otra vicepresidenta y ministra de Trabajo es ya “historia” para Sánchez. En Moncloa ya asumen que con la designación de Montero como candidata por Podemos Yolanda Díaz no estará en la próxima legislatura. Se preparan para volver a negociar con Pablo Iglesias.

El presidente ha encontrado una “ventana de oportunidad” para liderar el discurso en la guerra de los aranceles. Volver a erigirse en líder como en la pandemia. Traje de hombre de Estado. Cuerpo es su ministro templado como Salvador Illa lo fue en la pandemia. Nueva etapa.