Sin apoyos

Sánchez pide tiempo a sus socios y piensa ya en los Presupuestos de 2026

Moncloa reconoce que Sánchez no pudo precisar en defensa porque no sabe si contará con dinero de la UE para el incremento. Podemos rompe los puentes pero el grueso de los socios miden sus palabras

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, interviene durante la sesión de control al Gobierno celebrada este miércoles en el Congreso de los Diputados, en Madrid. EFE/ Sergio Pérez

Pedro Sánchez no logró sumar una sola adhesión a su plan para aumentar el gasto en Defensa con su comparecencia en el Congreso de los Diputados. Pero tampoco hubo sorpresas en las posiciones de sus aliados en el Congreso, ni siquiera entre los que se han manifestado muy críticos con este incremento. Sánchez expuso algunas ideas de sus planes, y salió del hemiciclo sin que registraran “cambios” en las posiciones de los grupos, como admite un ministro a Artículo14.

El presidente del Gobierno ha ganado tiempo para aterrizar más su plan, a la espera de que las conversaciones a nivel europeo permitan alumbrar si habrá fondos comunitarios para sufragar la movilización de parte de esos 800.000 millones destinados a mejorar la seguridad y las capacidades defensivas de la UE.

En lo que toca a los tiempos, hay voces del Gobierno que esperan que las posiciones de Bruselas puedan conocerse en pocas semanas, pero esto no quiere decir que las intenciones del Ejecutivo vayan a trascender en esas fechas. De hecho, si hasta este miércoles el Gobierno señalaba como fecha límite para aterrizar sus planes el mes de junio, cuando está previsto que se celebre una cumbre de la OTAN, hoy distintas fuentes de Moncloa no son tan rotundas.

Por un lado, hay quienes señalan que el plan podría desarrollarse “en fases”, y que parte de ellas se perfilen tras esta cumbre. Y, por otro, advierten de que el calendario puede ser aún más laxo, dependiendo de cómo se desarrollen las negociaciones a nivel comunitario.

Estrictamente, el presidente sólo ha verbalizado que “antes del verano” debería estar listo su “gran plan para el desarrollo e impulso de la tecnología y la industria de la seguridad y la defensa españolas”, y no ninguna otra iniciativa concreta. El ejército europeo que planteó asumir está, además, por definir.

Tampoco ha podido dar cifras sobre cuánto le costará a España dar este salto, que ahora no quiere definir usando la palabra “rearme”. Tampoco cuantificarlo, porque aún no hay números con los que trabajar: “No hay montante porque no sabemos ni si habrá dinero europeo”, reconocen desde Moncloa. Ni saben “qué se puede contabilizar y qué no, y cuál será el proyecto”, el grado de implicación de los 27 o las líneas que marque Bruselas.

A este respecto, fuentes de Defensa desmienten que España sea el país que menos invierte en esta materia en la UE. Lo es con respecto a su PIB, abundan, porque su producto interior bruto es superior al de la mayoría de los Estados, y mantienen que “invierte mucho” en esta materia.

Apuntan que sobre la mesa está también un posible cambio de metodología que refleje mejor el esfuerzo real de cada país, aunque ni siquiera aclaran si el Ejecutivo promueve el uso de nuevas métricas. Con las cifras de 2023, España destinó el 1,28% de su PIB a la Defensa, según la metodología de la OTAN que está en vigor.

Sí avisan de que la hoja de ruta, tal cual está concebida hoy, “no tendría por qué pasar por el Congreso”, por ser una “iniciativa política” del Gobierno. Podría pasar por la Cámara, como prevén que ocurra con el plan para impulsar la tecnología y la industrialización, pero en un formato parecido a la comparecencia de este miércoles. Con debate, pero sin votación.

Y, pese a las críticas del PP y de parte de los aliados del Ejecutivo, sin que la posición del pleno sea vinculante. En las últimas semanas, los socios han exigido al presidente que reconozca el papel de la Cámara Baja, y el propio Sánchez se ha defendido insistiendo en que el PP no hizo lo propio con la Guerra de Irak (2003).

Como se esperaba, ERC y Bildu han mostrado su rechazo a una “carrera armamentística”; el PNV ha pedido concreción “en verano” y Junts ha pedido que el plan repercuta en la industria catalana. Y todos ellos han cuidado el nivel de decibelios a emplear con el Ejecutivo. La excepción estaba en el diputado del BNG, Néstor Rego y, muy particularmente, en Podemos.

La líder morada, Ione Belarra, cargó con dureza contra Sánchez, un “señor de la guerra” al que acusó de poner al país “en serio peligro”, o de usar el lenguaje de George Orwell para engañar a propios y extraños. Sánchez la reprendió con gesto serio, recordándole que como ministra permitió incrementos del gasto en Defensa sin considerarle un “señor de la guerra”. Podemos dejaba claro que los puentes estaban rotos.

“Los Ayuso, Abascal, Putin y Miley son los señores de la guerra”, lanzó Gabriel Rufián (ERC) al debate, antes de la intervención de Belarra. Un dardo preventivo que no frenó a Belarra. La portavoz de Sumar, Verónica Martínez Barbero, también hizo equilibrios para expresar una posición compleja: reclamó que los planes se desarrollen fuera del marco de una OTAN “zombie”. Y dio portazo a apoyar un mayor gasto en armamento -la UE lo está reclamando-, pero sin golpear con excesiva dureza al Ejecutivo del que forman parte.

Feijóo exige Presupuestos y Sánchez apunta a 2026

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, reprochó a Sánchez que no ofreciera concreción sobre sus planes, y le exigió que presente los Presupuestos Generales del Estado para 2025, como es la obligación constitucional del Gobierno. Después de que el Ejecutivo haya enfriado las cuentas, sin llegar a confirmar su defunción política, Sánchez ha ido un paso más allá para transmitir que está dispuesto a resistir con los Presupuestos prorrogados, al menos, hasta el próximo año.

“Si nos da tiempo a sacar unos mejores Presupuestos este año, lo haremos. Si no, nos pondremos a negociar los de 2026. Esa es nuestra obligación y lo que haremos”, afirmó el presidente. Nunca había sido tan explícito.

Ni le dan los números hoy para sacar unas cuentas que disparen la inversión en Defensa -el pacto con el PP se antoja muy difícil-, ni creen tener obstáculos para mover partidas. “Hay más dinero en la caja del que tienen previsto los Presupuestos vigentes”, avisan fuentes de Moncloa. Por lo pronto, la idea es resistir, tirando de las cantidades que en su día se presupuestaron pero no se ejecutaron, y sacar adelante sus planes paso a paso. Con o sin apoyos.