El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha reprochado a los grupos parlamentarios que votaron en contra del decreto ‘ómnibus’ -PP y Junts además de Vox- provocar “dolor social” al impedir que suban las pensiones de jubilación, tumbar las ayudas al transporte público y bloquear las destinadas a los afectados por la dana, entre otras medidas. Ningún tipo de autocrítica después de constatar que no tiene la mayoría de la Cámara Baja, tampoco para sacar adelante su denominado escudo social.
En su visita a Valencia, donde ha presidido una reunión con varios ministros y alcaldes de municipios afectados por la riada, ha defendido que “el Gobierno ha hecho su trabajo” tratando de aprobar estas medidas y por tanto ha cargado en la oposición la resposabilidad de revertir las consecuencias.
Sánchez considera que el Gobierno ha cumplido su tarea y remarca que trabajó y “acordó” las medidas sociales incluidas en el decreto ‘omnibus’ con la mayoría parlamentaria en el Congreso de los Diputados. Sin embargo, no consiguió los votos necesarios porque al ‘no’ habitual de la oposición, se sumó el de sus socios de Junts.
“Son los grupos parlamentarios que han votado en contra los que tienen que reconsiderar esta oposición destructiva que está causando dolor social, y tienen que ser ellos los que decidan qué hacer, porque, efectivamente, la convalidación del mismo se tiene que someter a la votación de los grupos y a día de hoy que sepamos, han votado que no”, ha señalado Sánchez al ser interrogado por qué pasos va a dar su Gobierno tras haber perdido la votación este miércoles.
Sánchez se ha dirigido a todos los grupos que votaron en contra en el Congreso, aunque solo ha nombrado explícitamente al Partido Popular. “Causa dolor social porque hoy los jubilados y jubiladas no saben si se va a revalorizar la pensión en los próximos meses. Los jóvenes que van y usan el transporte público no saben si van a poder tener un abono gratuito. Los alcaldes y alcaldesas, también de su partido político, no saben si sus vecinos van a poder tramitar en un mayor plazo esas ayudas”, ha recriminado.
El presidente ha echado en cara a estos grupos parlamentarios que votaran en contra –“podían haberse abstenido”– y ha cuestionado que los ciudadanos que en su día les votaron estén de acuerdo con esta decisión. “¿De verdad les votaron para eso?”, ha cuestionado. En la misma línea, insiste en que la negativa a convalidar el decreto en la Cámara Baja tiene “efectos muy dolorosos” y por tanto son los grupos mencionados los que tienen que responder “cuál va a ser su posición”. Así, ha hecho una apelación a la “responsabilidad” y a la “política útil” porque, a su juicio, no han pensado en el interés general sino en ganar una votación al Gobierno “a costa del bienestar de la gente”.
La situación interna del Gobierno
Tal y com informa Alejandro López de Miguel, el Gobierno acusa el golpe de una derrota parlamentaria sin precedentes en el Congreso de los Diputados. Hasta este miércoles, nunca había sufrido el naufragio de la mayoría de iniciativas sometidas a votación en la Cámara en un solo pleno.
El hecho de que sean normas de calado, en particular el decreto ómnibus que establecía la revalorización de las pensiones, o la prórroga de las ayudas al transporte, lo hace aún más difícil de asumir. Dos de sus tres leyes sometidas a votación han saltado por los aires.
Su enfado con Junts per Catalunya se hacía evidente durante y después del único pleno de este mes, que inaugura el curso peor de como acabó. Lo reconoció un ministro que criticó al partido de Carles Puigdemont por votar en contra de las tres leyes, cuando lo que toca al decreto ómnibus, al menos, “estaba todo negociado”. “Quien diga que no estaba negociado miente”. “Otra cosa es que ellos tengan circunstancias sobrevenidas y digan ‘nos bajamos del carro’”, apostilló.
La misma fuente evitó pronunciarse sobre si esta derrota marca un antes y un después en una legislatura agónica, que el Gobierno sigue hoy decidido a apurar. Esquivó esta cuestión, pero también advirtió a Junts: “Que cada palo aguante su vela”.
Este malestar lo asumieron también varios diputados de los partidos del Ejecutivo. Un dirigente de Sumar tildó esta derrota de “bomba atómica”, y advirtió de que tienen que “reevaluar” sus estrategias, tanto en sus filas como en el marco de la coalición. “Esto complica todo mucho”, apuntó. “Lo veo muy regular, pero con Junts va por días. No sigue una lógica”, aseguraron otras fuentes del Gobierno.
Además, en los partidos del ala izquierda de la coalición consideraron “infumable” la actuación de ambas fuerzas, que junto con Vox sentenciaron los reales decretos. “Nuestra estrategia sigue íntegra, las pensiones van a subir, así como tantas otras medidas previstas en los decretos”, afirmaron, insistiendo en que son Junts y el PP quienes “deben repensar estrategias”.
“Repensar y explicar a los millones de personas que ni se planteaban la posibilidad de perder mejoras que daban por hechas. Es vergonzoso lo que hemos vivido hoy, no se juega con el pan”, apostillaron. La tónica general, sin embargo, era obviar las críticas a los de Puigdemont.