Había expectación por conocer el alcance del plan de regeneración democrática que Pedro Sánchez había trabajado durante casi tres semanas, pero lo cierto es que ni el paquete de medidas presentado en el Congreso fue muy concreto, ni quiso seguir el hilo que él mismo abrió cuando se mostró dispuesto a regular el estatus de la pareja de quien ocupa la presidencia del Gobierno. “Yo puedo estar de acuerdo en eso y es un debate que a lo mejor podemos abrir”, dijo a comienzos de mayo, cuando ya había estallado el caso Begoña Gómez.
Pero las palabras de Sánchez se las ha llevado el viento porque, llegado el día de explicar ante los diputados su proyecto de regeneración, se limitó a denunciar los “bulos” que lanza “la ultraderecha” (mediática y política) y centró las futuras medidas de regeneración en dar aplicación al reglamento europeo sobre la libertad de los medios de comunicación. Uno de sus propósitos, dijo, es “reforzar el derecho a la rectificación y al honor” de los ciudadanos frente a las “calumnias” de los “pseudomedios”.
La promesa de transparencia
Así que no hay rastro de nuevas medidas para actuar en circunstancias como las actuales, a pesar de que Sánchez prometió potenciar la transparencia. La mujer del presidente, cabe recordarlo, está investigada por un presunto delito de tráfico de influencias y corrupción, mañana deberá declarar por ello ante el juez y la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha pedido investigar si la cátedra que dirigió Begoña Gómez en su centro generó algún “perjuicio económico”.
No hay tampoco iniciativa alguna para regular los límites que deben tener las reuniones en Moncloa de la pareja del presidente, ni tampoco sobre la conveniencia de firmar cartas de recomendación en procesos de adjudicación de contratos financiados con fondos públicos.
Propiedad y subvenciones
Porque el presidente considera que lo crucial en estos instantes es imponer la obligación a los medios de clarificar quiénes son sus propietarios y qué financiación pública que reciben, ya que así lo establece el mencionado reglamento europeo. Por lo demás, el Gobierno tiene la intención de poner en marcha un paquete de ayudas de cien millones de euros para la digitalización de los medios de comunicación. Con esta cantidad, sostiene el presidente, los medios podrán desarrollar herramientas que mejoren tanto su productividad como su calidad informativa y, además, podrán reforzar su ciberseguridad.
Los cien millones anunciados levantaron suspicacias inmediatas en la oposición, que sospecha una maniobra para premiar a los afines y para dejar sin ese extra a los que Sánchez alinea en la máquina del fango. “El mayor bulo de España es usted”, le dijo el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, a Sánchez.
“Anuncios trampa”
Los ataques, en este caso, no vinieron únicamente de PP y Vox, puesto que la portavoz de Podemos en el Congreso, Ione Belarra, fue de las más duras al criticar los “anuncios trampa” de Pedro Sánchez sobre regeneración democrática: “Por este camino me parece que la legislatura progresista ha quedado tocada de muerte”.
La líder de Podemos no tuvo problema en minimizar las medidas anunciadas por Sánchez en el hemiciclo, puesto que “se iban a aplicar en España con independencia de quien gobierne en España”, ya que están contenidas en un reglamento europeo.