Choque en la coalición

Sánchez evita desautorizar a Montero y Díaz le advierte: “Decidirá el Congreso”

“Estupor” en el ala socialista del Gobierno por el comportamiento de Díaz mientras Sumar cree que rectificarán. Sánchez niega el cisma y gana tiempo

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, durante la primera sesión de control al Ejecutivo del año, este miércoles en el Congreso. EFE/ J.J.Guillen

Esperar a que la herida deje de sangrar para hacer balance de daños y tomar decisiones. Pedro Sánchez evitó este miércoles respaldar o desautorizar la decisión de María Jesús Montero, que el martes resolvió que no modificarán el umbral para que los trabajadores tengan que pagar por IRPF, y por tanto que hasta un 20% de quienes cobran el salario mínimo tendrán que tributar tras la nueva subida (del 4,4%).

Sánchez, que reconoció en la sesión de control que existe un “debate” en el seno del Gobierno, rechazó que se trate de una “crisis”. A pesar de que esta pelea fue televisada en directo el martes, cuando Yolanda Díaz reprochó a sus socios no haberle informado de la decisión de Montero, directamente desde la sala de prensa del Consejo de Ministros. Y de que el entorno de la vicepresidenta primera lanza una nueva advertencia: si Montero no recula, “decidirá” el Congreso.

La ministra de Hacienda, que inicialmente preveía asistir a la sesión de control en la Cámara Baja, excusó su ausencia por estar con fiebre. El jefe del Ejecutivo presumió de gestión, sacando pecho por haber subido el SMI en un 61% desde que llegó a La Moncloa. Pero evitó entrar en la polémica que desde el martes impide al Gobierno lucir logros como la propia aprobación del incremento del salario mínimo. O de la convalidación del decreto ley que consolida la subida de las pensiones o los descuentos al transporte.

Todo se ve oscurecido por la polvareda generada con el SMI, y día y medio después nadie sabe argumentar por qué Montero hizo trascender su decisión escasos minutos antes de la rueda de prensa del Consejo de Ministros. “Error comunicativo”, asumen en el PSOE. El martes ya reconocían sorpresa por esta decisión, y acabó convirtiéndose en caos. Figuras de peso en el partido y fuentes de Moncloa reconocieron haberse enterado por la prensa de que Hacienda había tomado la decisión.

El margen de actuación que tienen hoy es escaso: si bien hay ministros que inciden en que no habrá rectificación, hay otras voces del PSOE que se muestran menos convencidas. Por lo pronto, esperan que las aguas vuelvan a su cauce antes de dar más pasos, pero el resto de fuerzas parlamentarias se lo están poniendo difícil.

Al frente de Sumar, Podemos o Bildu, se unieron el miércoles ERC y el BNG, elevando la presión sobre un Gobierno que también se ve presionado por la derecha, por el PP. El enfado es mayúsculo en una parte del PSOE con Díaz, toda vez que entienden que ha dado alas al partido de Alberto Núñez Feijóo, facilitándole un nuevo blanco al que disparar.

Por el registro de la Cámara Baja ya han pasado cuatro proposiciones de ley para modificar el umbral que marca quiénes quedan exentos de tributar por IRPF (Podemos, PP, Sumar y ERC-BNG).

El Gobierno tiene en su mano pulsar el botón del veto parlamentario (artículo 134.6 de la Constitución), al entender que el cambio en el umbral de tributación le haría recaudar entre 400 y 2.000 millones de euros menos (hay diferentes cifras sobre la mesa). Pero esto supondría visibilizar que está solo en su decisión de que los perceptores del SMI, tengan que pagar IRPF. Es un escenario que habían evitado con las anteriores subidas, aunque hubiera posiciones encontradas a la interna.

Es un desastre en el que reconocen haberse metido solos, sin margen para explicar su posición. Básicamente se asienta sobre el incremento registrado por el SMI desde 2018 hasta hoy, un 61% -de 735 euros a 1.184-.

Hay voces convencidas de que el planteamiento de Montero tiene sentido, y de que las rentas de 16.500 euros que no soportan cargas familiares sí pueden asumir que parte del incremento salarial se vea derivado a las arcas públicas. Pero saben que la temperatura actual no permite este debate, y asumen que es difícil que descienda hasta el punto preciso.

Díaz cree tener la sartén por el mango

La vicepresidenta segunda, que este lunes ocupó el escaño vacío de Montero para situarse junto a Sánchez, mantiene el pulso, empujada también por los suyos. Por el momento, en su entorno sostienen que no es necesario recurrir a Sánchez para allanar el camino hacia el entendimiento con Montero.

Después de que Díaz denunciara en directo que le mantuvieron a oscuras, ahora los suyos insisten en que respetan las “competencias” de Hacienda. Se muestran convencidos de que Montero rectificará, y toman como un “avance” que Sánchez no haya apoyado explícitamente su decisión sobre el IRPF.

También se ofrecen a darle “una salida política” a la ministra de Hacienda. Esto es, una forma de amortiguar el daño que prevén que sufrirá si finalmente tiene que recular. Y le advierten de que, si no lo hace, ellos no tienen “margen” para actuar, pero “las formaciones parlamentarias sí”. “Decidirá el pueblo español que se sienta allí”, apostillaron. Si no hay reconfiguración de posiciones, este será el siguiente escenario de batalla.

Moncloa avisa: Sánchez no fue tan rotundo por no agravar la polémica

Por su parte, fuentes de Moncloa sostienen que el presidente no fue más explícito este miércoles a la hora de apoyar a Montero por estar presente Díaz. Para no escalar aún más la polémica, aseguraron. Desde el PSOE reconocen que van a esperar unos días para intentar que el polvo se asiente, aunque se muestran preocupados porque pueda calar el discurso contrario a pagar impuestos, incluso en la izquierda.

Hay voces del Gobierno que consideran “viscerales” y “tendentes al populismo” las reacciones de Díaz. Sostienen que existe “estupor” ante la actuación de la vicepresidenta el martes, y cuestionan que desde el ala socialista se renuncie a “explicar las cosas”.

Durante la tarde, desde Moncloa difundían un comunicado con las razones por las que justifican su decisión de que “algunos perceptores” del SMI paguen IRPF: porque aún cuando paguen IPRF “todos recibirán un salario neto” mayor que el de 2024; “porque es necesario para que el SMI pueda seguir subiendo”; y porque hay que “impulsar una cultura fiscal responsable”, para “desplegar políticas públicas más eficaces”, esgrimen. Y lo hacen, a pesar de reconocer que sus propios errores han hecho casi imposible afrontar el “debate” de fondo.