El ala oeste de Moncloa

Sánchez deja a sus barones compuestos y sin pedagogía

Lejos de conseguir el Consejo de Política Federal que reclamaban para obtener todos los detalles del trato con Esquerra, los barones se han encontrado con un Congreso Federal que abre la puerta a renovar un buen puñado de liderazgos regionales

Todas las crisis de Pedro Sánchez - Política
Pedro Sánchez se enfrenta a uno de los mayores dilemas de toda su carrera Kilo y Cuarto

Moncloa y Ferraz siguen haciéndose los olvidadizos con su promesa de hacer pedagogía para explicarle a los líderes territoriales del PSOE en qué consiste realmente el pacto de financiación firmado con Esquerra. Todo apunta a que esas explicaciones no llegarán antes de que María Jesús Montero tenga que personarse en el Senado obligada por el PP a dar cuenta del acuerdo. Los barones socialistas estarán muy pendientes de la señal que llega desde la Cámara Alta tratando de desentrañar las claves que hasta ahora les han sido negadas.

Este sábado la vicepresidenta compareció en Andalucía, uno de los territorios en los que más escaman los manejos con los independentistas catalanes y a la vez hogar de una de las federaciones que han cerrado filas con la dirección socialista. Desde allí volvió a centrarse en dejar claro lo que no incluyen los pactos, haciendo a un lado la tarea de detallar en qué consisten en realidad. Montero se esforzó en repetir que todas las autonomías que quieran un modelo como el que se proyecta para Cataluña podrán tenerlo.

Es algo que ya había dicho en sus anteriores intervenciones y que no ha servido para apaciguar a los secretarios generales díscolos. Los socialistas aragoneses ya expresados formalmente que consideran el acuerdo “lesivo”. Otro que ha vuelto a cargar es Luis Tudanca. El jefe del socialismo castellanoleonés fue antaño uno de los hombres más cercanos a Pedro Sánchez, al que seguía a pies juntillas, pero este jueves se plantó ante las cámaras para decir que “defenderá con uñas y dientes una financiación justa para Castilla y León”. Coincidía además con el líder de la diplomacia europea, Josep Borrell, al calificar el papel del PSC y ERC como un concierto, algo que ha negado de todas las formas posibles la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda.

Tudanca y los aragoneses no están solos; Extremadura (que inició el motín), Castilla-La Mancha, Asturias o Cantabria han reclamado, ya que Pedro Sánchez convoque al Consejo de Política Federal. Este órgano de Ferraz es el encargado de “informar y evaluar las políticas que afectan a la cohesión territorial, a las relaciones entre las Comunidades Autónomas y entre estas y el Estado”, según rezan los estatutos del partido. En ese sanedrín se sientan los secretarios generales autonómicos, el Secretario General, Pedro Sánchez, la número 2 y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el Secretario de Organización, Santos Cerdán, entre otros. Los barones prefieren discutir en este Consejo porque además de estar presentes, la representación es más variadas que en el Comité Federal, donde el líder del PSOE está rodeado de todos sus pretorianos.

Lejos de escuchar esa petición, Pedro Sánchez ha convocado otra cosa. Por sorpresa y un año antes de lo previsto, el PSOE celebrará su Congreso Federal. Un golpe de efecto político para reactivar el partido que lleva aparejado la consolidación del secretariado general de Sánchez y de paso la renovación de un buen puñado de liderazgos regionales. El presidente podrá aprovechar para poner en orden una casa que, en los últimos tiempos, centrado como está en la tarea de gobierno, ha lucido descuidada y ahora desmadrada. Tras el órgano nacional llegarán los territoriales y a nadie se le escapa que se avecinan novedades en las federaciones que antes tendrán cita con las urnas (Castilla y León y Andalucía), pero también en las que más están mosqueando al aparato a cuenta de la financiación.

El difícil papel de Diana Morant

Entre las pocas personas que podrá vivir este proceso con relativa tranquilidad está Diana Morant. Ella nunca ha militado en la guerrilla de barones antipacto de financiación singular para Cataluña. La ministra de Ciencia lidera desde marzo a los socialistas valencianos, que hasta hace poco eran muy beligerantes cada vez que se abría la caja de los truenos de la financiación. Ximo Puig clamó durante años en el desierto para que la Comunidad Valenciana fuera compensada por su infrafinanciación, pero ahora ese lamento ha cesado o se ha matizado con el nuevo liderazgo de Morant. La valenciana le debe su baronía y su ministerio a Pedro Sánchez. El presidente se empeñó en que ocupara la secretaría general en sustitución de Puig y le allanó el camino en un proceso que de no ser por el influjo del jefe del PSOE habría resultado todavía más tormentoso.

En esa tesitura, Morant no puede ahora pagarle a Sánchez con críticas al acuerdo con Esquerra, a pesar de las tensiones que pueda generar su silencio en su partido. Cuando ha tenido que calificar el pacto, la lideresa de los socialistas valencianos ha tirado de argumentario: “es positivo porque que avanza por el camino de la convivencia y normalidad constitucional” y ha mostrado su apoyo asiéndose a la cláusula de solidaridad que incluye. El PSPV de momento mantiene prietas las filas, pero hay algunas voces que creen que por ese camino Morant terminará pasándolo mal en las urnas autonómicas: “aquí el debate de la financiación cala muy hondo y el PP o Compromís no van a tener ninguna duda en usarlo para machacarnos”.

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