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Sánchez, atrapado en el fuego cruzado entre Junts y ERC

Montero sorprende anunciando que el pacto fiscal con ERC solo alude hoy al IRPF y vuelve a desatar los reproches entre boques

La portavoz de Junts en el Congreso de los Diputados, Miriam Nogueras. EFE

El jueves, el Gobierno estaba preocupado porque “nunca se había evidenciado como ahora” el pulso entre ERC y Junts, y fuentes del Ejecutivo aseguraron que en ningún caso les viene “bien” esta “escalada”. Fue tras una larga sesión parlamentaria en la que republicanos y neoconvergentes se dispararon con una virulencia casi inédita. Horas después, el viernes, María Jesús Montero sorprendió asegurando, por primera vez, que el pacto con ERC en Cataluña solo pasará “ahora mismo” por la cesión de la recaudación del IRPF.

La vicepresidenta segunda descolocó con sus palabras durante un acto en Cádiz. El día antes había comparecido por primera vez ante el pleno del Congreso para hablar de la “financiación singular” catalana. No lo acotó a la gestión del IRF, como no lo había hecho ante media docena de preguntas del PP en el Senado solo dos días antes. Ni cuando se vio obligada a comparecer en la Cámara Alta por exactamente el mismo motivo, apenas tres semanas antes.

La número dos del PSOE decidió precisar esta cuestión casi dos meses después de las primeras críticas de sus barones. Después de que el ala socialista del Ejecutivo, y la plana mayor del partido, hayan adoptado su perfil más bajo de sus últimos años en Moncloa, ante las críticas al acuerdo catalán, cuya redacción se conoce hace casi 60 días.

Estrictamente, el acuerdo reza que “el primer tributo en el que se adelantará en la aplicación de los objetivos de la implementación del nuevo modelo de financiación será el IRPF”. Pero también aclara que su objetivo es “que sea la Generalitat la que gestione, recaude, liquide e inspeccione todos los impuestos soportados en Cataluña y aumente sustancialmente la capacidad normativa en coordinación con el Estado y la Unión Europea”.

“Tendremos la llave de la caja”, le había espetado ERC en el Senado. Pero Montero eligió este viernes para acotar el pacto a la gestión del IRPF. Y la batalla entre las dos formaciones independentistas volvió a aflorar. “Va echando más agua al vino”, denunció el secretario general de Junts, Jordi Turull. “Alguien vendió o explicó que había una gran victoria y que esto justificaba un cambio político en Cataluña y justificaba romper la unidad independentista”, insistió, cargando contra ERC.

“A nosotros no nos viene bien que estos dos grupos rivalicen entre ellos”, habían afirmado fuentes del Ejecutivo apenas 24 horas antes. Aprovechando que el Gobierno ha retrasado la votación de la senda de déficit para evitar una derrota parlamentaria casi segura, y para ganar tiempo y convencer a Junts de no rechazarla, el portavoz de ERC reclamó para los suyos una porción del pastel de la negociación. “Que entienda el PSOE que, si la abre para uno, la abre para todos”, afirmó Gabriel Rufián.

Hay pocas cuestiones claras hoy sobre la hoja de ruta de Pedro Sánchez en lo que toca a la senda de déficit y a los Presupuestos para 2025. El Ejecutivo ya ha enterrado su compromiso de llevar las cuentas públicas a la Cámara antes del 1 de octubre, y ha esquivado la votación de la senda, primera piedra de los Presupuestos, antes de arriesgarse a una nueva derrota. Ha sido el propio presidente del Gobierno quien ha asumido que deberán “esperar” a los congresos de ERC y Junts para presentar las cuentas públicas.

Esto solo se aplica a los Presupuestos, y no a la senda de déficit, según fuentes del Ejecutivo. “Tenemos que traerla lo antes posible”; “No podemos esperar a los congresos”. Teniendo en cuenta que el primero de estos cónclaves (Junts) tendrá lugar a finales de este mes, que la próxima semana no habrá pleno, y que el presidente comparecerá ante el Congreso el 9 de octubre, previsiblemente la senda de estabilidad no llegará la Cámara Baja antes de mediados de mes.

Por lo pronto, en Junts admiten conversaciones sobre esta materia, pero no sobre los Presupuestos. Acusan al PSOE de no haber negociado cuando decidió presentar la senda en julio (la misma que aspiraban a votar el pasado jueves, por segunda vez). Y le acusa de buscar un resultado distinto sin moverse de sus planteamientos. “Es un poco infantil”.

Defienden que, durante años, “se ha pintado una imagen de Junts muy injusta”, y apuntan que de momento no se han “levantado de la mesa” de negociaciones. “Se mueven cosas, pero no recibimos una propuesta buena”, apostillan. Incluso sostienen que la decisión del PSOE de reactivar comisiones de investigación en el Congreso, en su día comprometidas con los independentistas catalanes, no permite presuponer un cambio de posición por su parte ante las cuentas. “Cada carpeta tiene su momento”, zanjan.

En el largo pleno en el que compareció Montero, fue Rufián quien afirmó que el Gobierno yerra “al no plantarse frente al chantaje de la derecha”. También dijo tener “la sospecha” de que Junts rechaza el pacto fiscal catalán porque lo consiguieron los republicanos -una convicción compartida por la mayoría de grupos de la izquierda del hemiciclo-. Josep María Cruset (Junts) sugirió que ERC y el PSOE podrían haber “mentido a los catalanes”, “haciendo electoralismo barato”, para que Cataluña “no tenga ni concierto económico, ni financiación singular, ni soberanía fiscal, ni la llave de la caja”.

Después, el republicano recriminaría al neoconvergente su “actitud miserable”, y el segundo respondería criticando sus formas “de chulo de barra de bar”. Ese mismo día, el Gobierno lamentaba las hostilidades. Y el viernes, Montero abría una línea discursiva inédita, tras dos meses recibiendo dardos de propios y extraños, que servía de munición a los dos partidos independentistas.

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