Gasto militar

Sánchez anuncia un plan sin números y Feijóo le exige Presupuestos

El presidente del Gobierno aboga por un ejército comunitario y por un plan para impulsar la tecnología y la industria de la seguridad y la defensa, sin plazos cerrados. La oposición y sus aliados le reclaman que presente las cuentas públicas

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su comparecencia a petición propia este miércoles en el Congreso para informar sobre el nuevo escenario geopolítico de la Unión Europea Efe

Una gran promesa, esbozos de su hoja de ruta, el verano como único plazo y ninguna cifra sobre la mesa. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha comparecido este miércoles en el Congreso de los Diputados para apostar por la creación de un ejército europeo.

También para anunciar la preparación de un “gran” plan “para el desarrollo e impulso de la tecnología y la industria de la seguridad y la defensa españolas”, que debería estar listo antes del verano.

Es la única aproximación a una fecha en el calendario, junto con la promesa de que en las sucesivas semanas se definirá en Europa el qué, el cómo y el cuándo. Hasta entonces no quiere concretar mucho más, como le reprochan desde el PP hasta sus socios del PNV. 

Sí prometió que “no hace falta elegir” entre este incremento, para llegar al 2% del PIB, y el Estado del bienestar con sus partidas sociales, que se compromete a mantener. “Vamos a apoyar a Ucrania sin tocar un céntimo de gasto social o medioambiental”. No ha pronunciado la palabra “rearme” en su intervención, y esto le ha valido la crítica de propios y extraños. Es el término que utiliza la UE para referirse al plan con el que aspira a movilizar 800.000 millones de euros en Defensa en los 27.

Compara el momento actual al que vivió la UE ante la pandemia del covid19, cuando respondió con los fondos europeos, y trata de promover una reacción similar por parte de las instituciones comunitarias. La idea fuerza es que quiere aprovechar el contexto para promover la reindustrialización y la creación de empleo, relegando las cuestiones puramente relacionadas con el gasto militar a un segundo plano.

En su lugar, prefiere hablar de multilateralismo, cooperación o de la lucha contra la emergencia climática. Y aspira a caminar siempre de la mano con Bruselas. “Lo importante no es cuánto[gastar]”, sino “que lo hagamos juntos”, insistió.

Entre las cuestiones específicas a abordar en primer lugar, planteó “actualizar” el equipamiento de las Fuerzas Armadas, “modernizar” los sistemas de protección del espacio aéreo español y de sus fronteras. Y “desarrollar nuevas capacidades” para bloquear ciberataques y campañas de desinformación de agentes externos.

Sánchez se balancea entre el cumplimiento de sus compromisos con Bruselas y la necesidad de no enfadar a sus socios de Sumar y a los aliados parlamentarios de izquierdas. Es consciente, también, de la tradición antimilitarista de España. “Sé que los españoles quieren ayudar a Ucrania, pero también sé que no quieren contribuir a una carrera armamentística que conduzca a nuevos conflictos”, aseguró.

Sin embargo, la decisión de invertir más recursos ya está tomada, y lo justifica incidiendo en que la seguridad de España y de la UE “no puede depender de un cambio de humor en Washington”. “Ya no nos van a proteger nuestros cielos y nuestras fronteras, tendremos que hacerlo nosotros”; “España no puede quedarse fuera del consenso europeo”, insistió.

Sánchez no tenía límite de tiempo para su comparecencia, y se ha valido de esta ventaja para dedicar buena parte de su réplica a los grupos a arremeter contra Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal. Su primera intervención se centraba en el escenario de incertidumbre actual, pero la segunda le sirvió para cargar contra el líder del PP por muy diversas cuestiones domésticas.

Su comparecencia llegaba tras las críticas de sus aliados y socios por su decisión de que este plan no pase, de momento, por el Congreso. También por la renuncia del Ejecutivo a presentar los Presupuestos para 2025, al constatar que no cuenta con apoyos. Fue especialmente claro en que, si no logran presentarlos a tiempo para este ejercicio -van seis meses tarde-, pondrán el foco en 2026.

Feijóo pide a Sánchez “someterse a las Cortes o a las urnas”

Por su parte, el líder del PP ha acusado al jefe del Ejecutivo de intentar “engañar a la UE”, y le ha reclamado “someterse a las Cortes o a las urnas”. Feijóo ha enfriado la posibilidad de pactar con el Gobierno este incremento del gasto en Defensa –“No seré un socio auxiliar”-, y ha ahondado en las diferencias que separan a los aliados del Ejecutivo en esta materia. “¿Cómo vamos a comprometernos con la OTAN si la mitad de su Gobierno quiere salirse de la OTAN?”, cuestionó, en referencia a Sumar.

En esta línea, preguntó a Sánchez por la cantidad que aspira a invertir en Defensa, los plazos que manejan, o qué partidas se utilizarán para cubrir estos compromisos. Y reclamó, como lleva tiempo haciendo, que todas las decisiones pasen por el Congreso. También le exhortó a que presente los Presupuestos, como exige la Constitución.

Sumar pide actuar al margen de la OTAN y los socios miden las críticas

La portavoz de Sumar, Verónica Martínez Barbero, ha diagnosticado que la OTAN “es una estructura inoperante y obsoleta”, “rota en la práctica por la alianza Putin-Trump”, “un zombie”. Su posición era particularmente compleja, dada la heterogénea composición del grupo de Yolanda Díaz, que sirve de paraguas a partidos como IU, con una larga tradición antiatlantista, con fuerzas como Más Madrid o Movimiento Sumar.

El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, ha protagonizado una de las intervenciones de mayor calado político. Por un lado, ha reconocido su convicción antimilitarista –“jamás un arma ha solucionado nada”-, y por otro ha advertido al presidente de que “hay que interpelar” a quienes tienen miedo a una guerra que afecte a la UE.

“Tenemos que hablar sin manías, la izquierda tiene que hablar de orden, de seguridad y de defensa. Porque la izquierda es orden, seguridad y defensa”, defendió. “El principal problema del rearme europeo es que no será europeo. EEUU no quiere socios, quiere siervos”; “no hay que gastar más, hay que gastar mejor”, insistió.

Miriam Nogueras (Junts) reclamó un “rearme en democracia”, aprovechando para aludir a las principales banderas de su partido. Y para exigir que el plan del Ejecutivo “revierta en progreso para los ciudadanos y el tejido industrial de Cataluña”.

“No podemos resignarnos a aceptar las fórmulas que se imponen desde la UE”, afirmó la portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurua, rechazando una estrategia que pase por el “rearme”. Aitor Esteban, en su última intervención como portavoz del PNV, pidió “concreción” a Sánchez sobre su hoja de ruta: “Para el verano”, dijo, debe estar clara. A diferencia de otros socios, él sí reconoció que una estrategia como la que defiende el Gobierno puede servir de estímulo económico, y dotar a la UE de más autonomía.

La nota más discordante corrió a cargo de Ione Belarra, líder de Podemos, que vaticinó que Sánchez pasará a la historia “como un auténtico señor de la guerra”. En su réplica, el presidente le afeó que, en su etapa como ministra, ella misma apoyó incrementos del gasto en Defensa, y que nunca se refirió a él con estas palabras.

Belarra negó que el aumento de la inversión en Defensa pueda hacerse sin reducir partidas sociales, y le exigió que presente los Presupuestos ante la Cámara, “si no van a hacer falta recortes”. “Harán recortes, como en 2011”, vaticinó. A diferencia de otros aliados de izquierdas, Belarra centró sus dardos en Sánchez; le acusó de poner “a nuestro país en serio peligro”, o de utilizar “un lenguaje orwelliano absolutamente sobrecogedor”.

Tampoco hubo sorpresas en el discurso del líder de Vox. Para su última intervención en tribuna, en respuesta a Sánchez, reservaba su traca final: “Haga el favor de devolver el dinero que su partido se ha gastado en putas, en coca y en saunas”.

Más de cinco horas y media de debate después, Sánchez había logrado el aplauso de su partido y del Gobierno, pero no nuevas adhesiones al plan que hoy apenas puede esbozar.