Sánchez vende la creación de una “gran empresa pública” que construirá viviendas

El presidente del Gobierno llama a sus filas a resistir y cierra el 41 Congreso Federal, en Sevilla, prometiendo que volverán a ganar elecciones en 2027. Las bases avalan a la nueva dirección con un 90% de los votos

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez durante el 41º Congreso Federal del PSOE reunido en Sevilla este domingo
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez durante el 41º Congreso Federal del PSOE reunido en Sevilla este domingo EFE/Julio Muñoz

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, refuerza los guiños a la izquierda que el PSOE llevaba vendiendo desde el arranque del 41 Congreso Federal, en Sevilla, y lanza al partido a una fase de ofensiva ante los ataques de los “odiadores profesionales”. En su discurso de cierre del cónclave, el líder del PSOE ha anunciado la creación de una “gran empresa pública de vivienda”, con capacidad para construir nuevas viviendas.

Es la fórmula para responder, aún por aterrizar, que ha encontrado el jefe del Ejecutivo ante quienes “atacan” la ley de vivienda aprobada hace año y medio. Será capaz de “construir y de gestionar viviendas”, una reivindicación clásica de las formaciones a la izquierda del PSOE durante años. También ha prometido “impulsar la construcción de vivienda en alquiler asequible como nunca antes se había hecho en España”, de nuevo sin concretar.

En un congreso en el que el PSOE ha vendido el eslogan “España adelanta por la izquierda”, y el partido ha aprobado una hoja de ruta política en la que llama a reducir la jornada laboral desde las actuales 40 horas semanales a las 36 en 2030, Sánchez busca pescar en el caladero de votantes de su socio minoritario Sumar. Lo hace en la retórica, pero también en el contenido de su discurso. 

Disputa así la bandera de la reducción de la jornada laboral a Yolanda Díaz, que prevé aprobar la rebaja de 40 a 37,5 horas semanales a partir de 2025. Y busca capitalizar la respuesta a los problemas de acceso a la vivienda que fueron prioritarios para Unidas Podemos en la anterior legislatura. Sánchez vende que quieren ser “referencia progresista en todo el mundo”, y esto supone también disputar el espacio a los compañeros del PSOE en el Consejo de Ministros, que siguen cayendo en todas las encuestas.

“¿Quién va a defender el derecho a la vivienda si no lo hace el Partido Socialista?”. “¿Quién va a defender la democracia si no lo hace el Partido Socialista?”, mitineó.

En la recta final del cónclave, Sánchez ha arengado a los suyos y ha protagonizado el esperado discurso de resistencia inmediatamente después de renovar su liderazgo. Fue el único que se postuló a la Secretaría General del PSOE en un congreso sin apenas oposición interna, y que también ha catapultado a la dirección a figuras como la concejal madrileña Enma López, o la flamante secretaria de Igualdad, Pilar Bernabé. Junto con figuras como Santos Cerdán (secretario de Organización) u Óscar López (ministro de Transportes), Bernabé ha recibido una sonora ovación al subir al escenario. 

La actual delegada del Gobierno en Valencia se ha visto reconocida por su gestión tras la destrucción provocada por la DANA del 29 de octubre, que impactó particularmente en esa región. Y releva en esta cartera a la ministra de Igualdad, Ana Redondo, que ha visto como la corriente clásica del feminismo socialista ha logrado que el partido se pronuncie a favor de expulsar a las mujeres trans de las categorías deportivas “destinadas a mujeres”.

Arranca su cuarto mandato tras haber logrado un 90% de los apoyos para su nueva Comisión Ejecutiva Federal, algo menos de los que consiguió en el anterior congreso, en Valencia (95% de votos a favor).

Volverá a presentarse en 2027: la “prioridad” es volver a ganar elecciones

Antes de subir al escenario, el secretario general del PSOE ha disfrutado de un baño de masas entre los cerca de 7.000 militantes y delegados concentrados en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla (FIBES). Por si había dudas, ha confirmado lo que es un secreto a voces en un PSOE en el que apenas cuenta con contestación interna: su voluntad es repetir como candidato en 2027: “Tengo más fuerza que nunca”.

Y su “prioridad” es volver a ganar al PP en las urnas, después de ser adelantados por los conservadores el 23 de julio, y de asistir a un mayoritario cambio de color en el mapa de poder autonómico y municipal en mayo de ese mismo año.

Esos “gobiernos negacionistas” del cambio climático, “durarán lo que dure esta legislatura”, vaticina. “El PSOE es un partido de ganadores y volverá a ganar las elecciones municipales, autonómicas y generales en 2027”, prometió. Por un lado, ha denunciado los ataques que reciben, “que no hubiéramos podido imaginar en 45 años de democracia”.

Por otro, ha defendido que estos actos de “acoso”, donde aglutina los actos vandálicos contra distintas sedes socialistas, y los frentes judiciales que tienen abiertos, responden a que el PSOE “se ha convertido en una fuente de esperanza para millones de personas en nuestro país”.

“Sé que nos van a golpear, que nos van a calumniar, sé que elevarán aún más el ruido, las revoluciones de esa máquina del fango que ya trabaja con mucha fruición”, dijo. Y se mostró emocionado al aludir a su familia: “Ellos, como todos nosotros y nosotras, también son víctimas del odio de los odiadores profesionales”. 

Pese a esos frentes judiciales, que afectan a su esposa, Begoña Gómez (sentada en primera fila), a su hermano (David Sánchez) y a excargos del partido del a talla del exnúmero tres, José Luis Ábalos, Sánchez ha reivindicado que el suyo es un Ejecutivo “limpio”. No ha habido autocrítica -no se esperaba-, pero sí una férrea defensa de que “el Gobierno de España funciona”, es “un éxito” y “hay que reivindicarlo”.

“Lo que no perdonan es que estemos gobernando mejor que ellos”. “A cada ataque suyo, les digo que habrá una nueva política progresista aprobada en el Boletín Oficial del Estado”, afirmó. También consideró “negligente” al Ejecutivo valenciano de Carlos Mazón.

El escenario que puede abrirse en la causa que instruye el Tribunal Supremo, y en la que ha declarado como testigo el dimitido líder del PSM, Juan Lobato, ha sido el elefante en la habitación durante este cónclave, en el que los primeros espadas socialistas han evitado entrar en materia.

La estrategia de presentar al Gobierno como “víctima”, como principal respuesta ante estos frentes judiciales, no se entiende, según el  presidente de Castilla La-Mancha, Emiliano García Page. Le secundan otros dirigentes del partido, aunque hoy no quieren verter sus críticas en público. Incluso hay una parte que matiza este discurso, sin enmendarlo del todo. Sin embargo, el número tres, Sántos Cerdán, la número dos, María Jesús Montero, y el propio presidente del Gobierno, han apostado por revalidarlo.

Y Sánchez es rotundo en esto. “Si algo toca, nos toca a todos a todas, en el ámbito de las responsabilidades”, “y a mi el primero”, es “dar un paso al frente. No un paso al lado, ni un paso atrás”.

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