Caso del novio de Ayuso

Sánchez Acera se deshizo del teléfono que usó los días de la filtración sobre el novio de Ayuso

Las acusaciones populares pedirán al juez la imputación de la hoy número dos del PSOE madrileño por su papel en el caso que afecta al fiscal general del Estado

La ex asesora de Moncloa Pilar Sánchez Acera a su llegada al Tribunal Supremo este miércoles. EFE/ Mariscal

Pilar Sánchez Acera, la actual número dos del PSOE madrileño, está más cerca de la imputación por el caso de la filtración del Fiscal General del Estado. Así lo interpretan fuentes jurídicas después de su paso por el Tribunal Supremo, en el que reconoció que ella también se deshizo de su terminal teléfono. De una “mentira soberana” han calificado algunas fuentes su declaración.

En concreto, Sánchez Acera llegó al Tribunal Supremo en calidad de testigo por el caso del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, al que se le investiga por un presunto de revelación de secretos, en concreto por filtrar datos fiscales de Alberto González Amador, la pareja de Isabel Díaz Ayuso.

El juez quería aclarar con las respuestas de Sánchez Acera si fue García Ortiz quien envió el polémico correo al Palacio de la Moncloa antes de que se publicara en prensa. Pero lejos de arrojar luz, sus respuestas enmarañaron aún más el caso. Dijo no conocer a García Ortiz y aseguró que a ella le llegó “una fotografía del correo”, pero dijo desconocer quien se lo envió, aunque sugirió que fue un periodista.

Luego, esa imagen se la envió a Juan Lobato, entonces secretario general del PSOE de Madrid, y precisó que no había ningún tipo de plan para “desprestigiar a Ayuso”. Pese a ello, instó a Lobato a usar esa información en el pleno de la Asamblea madrileña que se celebraba ese 14 de marzo.

Cambio de móvil

Sánchez Acera admitió ante el juez que ella también ha cambiado de terminal de móvil, motivo por el cual “no conserva los mensajes” de los días de la filtración. Explicó que un técnico se los borró y que no conserva la tarjeta SIM del anterior teléfono.

Su versión de los hechos contrasta por lo dicho y probado por Lobato, que en su testifical aseguró que le presionaron para hacer público el correo, que le llegó antes de que lo publicara la prensa y que Sánchez Acera le llegó a decir que estuviera tranquilo porque se iba a publicar antes de su intervención en la Asamblea. Es por ello que las acusaciones populares del caso ya preparan pedir al juez cambiar su condición de testigo a investigada, algo que estiman “no es disparatado”, dada su actuación. Así lo avanzan a Artículo14.

Los mensajes entre Lobato y Sánchez Acera

La versión de Lobato la sustenta en las conversaciones que mantuvo con Sánchez Acera y que entregó al juez. En el dispositivo, se constata que el 14 de marzo, día de la filtración, a las 7:03 de la mañana, Lobato recibió los primeros whatsapps de para indicarle la línea a seguir en el Pleno de la Asamblea de Madrid.

El entonces secretario de Estado de Comunicación, Francesc Vallès, a las 8:20 envió también le envió un mensaje con un tuit que contenía la noticia del Diario.es en la que se reproducían entrecomillados del mail de la filtración.

Nueve minutos después, Sánchez Acera envió directamente un pantallazo con el correo íntegro del dos de febrero y advirtió a Lobato que tuviera cuidado con los datos personales. Una imagen, a la que ha tenido acceso Artículo14, que la UCO presentó en su informe y que, evidentemente, no es una fotografía tomada de un papel impreso ni nada por el estilo, como pretendió atestiguar este miércoles.

En el correo, Alberto González Amador, la pareja de Ayuso, le ofrecía a la Fiscalía un pacto mostrando “la voluntad de alcanzar una conformidad penal reconociendo íntegramente los delitos cometidos contra la Hacienda Pública”. Sánchez Acera no recibió respuesta e insistió a Lobato: “Se puede sacar. Sácasela en la primera pregunta. Un ‘¿Quién miente señora Ayuso, usted o su novio? Parece que usted’”.

Y añadió en la conversación con Lobato: “La imagen con la carta es potente”. A lo que el entonces secretario general del PSM contestó: “¿La carta cómo la tenemos? ¿Se ha publicado en algún sitio?”. “Va a parecer que me la ha dado la Fiscalía”, le dijo en otro momento. Ante las dudas, Sánchez Acera fue escueta con la explicación. Le intentó tranquilizar y le dijo que la carta “la tienen los medios”.

La UCO concluyó en su informe que este hecho podría ser “indiciario de que lo facilitó Moncloa a algún medio de comunicación para que lo divulgara antes del inicio de la sesión del pleno”. En ese momento, Lobato trasladó las dudas a su director de Gabinete, David del Campo, que le reconoció que otros tres altos cargos de Moncloa le estaban insistiendo con que sacara la información: “En Moncloa y en Ferraz quieren el máximo ruido y jaleo para tapar el máximo tiempo posible las elecciones de Cataluña y que no hay presupuestos”, le señaló Del Campo.

A las 9:06, El Plural publicó el correo electrónico. Sánchez Acera le rebotó la noticia a Lobato para que se sintiera seguro de sacárselo a Ayuso en la Asamblea. Además, Sánchez Acera le advirtió que Miguel Ángel Rodríguez, el jefe de gabinete de Ayuso, estaba tratando de vender una versión contraria: “MAR está intentando colar la respuesta de la Fiscalía como prueba de que el trato no lo pidió el novio”, le dijo.

Por su parte, Francesc Vallés, también implicado en la sucesión de mensaje, también declaró como testigo ante el Supremo, justo después de Sánchez Acera. Ante el juez, el que fuera secretario de Estado aseguró que él no tuvo el correo litigioso, que no tuvo conocimiento hasta que se supo en la prensa y que no habló con la hoy número dos del PSOE ni instó a nadie a que usara el famoso correo con los datos de González Amador.