La secretaria general de ERC, Marta Rovira, ha regresado a Cataluña este viernes a primera hora de la mañana y ha sido la gran protagonista de un acto político celebrado en el municipio de Cantallops (Alt Empordà, Girona) donde se ha fundido en decenas de abrazos con la familia republicana. Entre otros, con el expresidente de ERC Oriol Junqueras, con quien mantiene un duelo a cara de perro por controlar el partido. El duelo entre ambos, sin embargo, ha quedado disfrazado de emoción e incluso lágrimas a pesar de que la una y el otro, el otro y la una pugnan por una dirección a su medida.
“¿Qué día se nos olvidó que juntas somos más fuertes?”, se ha preguntado Rovira en un acto donde los gestos han tenido más significado que las palabras, puesto que tanto los cargos como los simpatizantes desplazados a Cantallops han intercambiado sin cesar gestos de afecto y aplausos sin descanso. La secretaria general de ERC trajo consigo un mensaje político muy estudiado, el de anunciar que su regreso está motivado para “acabar el trabajo dejado a medias” y rehacer la unidad independentista.
La secretaria general de ERC ha tenido un recuerdo para agradecer la solidaridad que ha recibido durante este tiempo en Ginebra y también ha hecho su pequeño homenaje a todos aquellos que la han acompañado en su periplo en Suiza. “Hemos construido familia; gracias, Suiza”, aseguró. Recordó en este punto que tomó la decisión de huir de la justicia española y refugiarse en Suiza porque estaba acusada de delito de rebelión y sedición y ahí la “escucharon”. “Pudimos defender la independencia de nuestro país, hablar de república catalana y poder hablar de derecho a la autodeterminación, un derecho que nos pertenece y nadie puede usurparnos”, dijo.
“¿Me veis cara de terrorista?”
Rovira regresó de Suiza junto a cuatro personas que también se marcharon de Cataluña en distintos momentos: el diputado de ERC en el Parlament Ruben Wagensberg; el vicepresidente de Òmnium Cultural, Oleguer Serra; el periodista de La Directa Jesús Rodríguez y el activista Josep Campmajó. Los cuatro arroparon a la secretaria general de ERC en un parlamento también concebido para elevar la moral de las tropas del partido, después de encadenar un pobre ciclo electoral. Pidió en este sentido celebrar su regreso como una victoria: “Es una victoria absoluta. Hace demasiados días que el independentismo no celebra nada. Lo tenemos que celebrar. Debe ser una dosis de energía positiva para volvernos a levantar”.
Por otra parte, la seceretaria general de ERC quiso reconstruir su lucha contra la justicia española después de ser acusada de rebelión: “Cuando Europa les dijo que se habían equivocado y vieron que países de Europa acogían exiliados, cambiaron de delito”. “Pasaron de la rebelión y la sedición al terrorismo. ¿Me véis cara de terrorista?”, se preguntó irónicamente la dirigente de ERC, que defendió el independentismo como un movimiento democrático y mayoritario en Cataluña que nunca usará la violencia para defender sus ideas.
Pese a todo lo ocurrido, aseguró que está más convencida que nunca de sus ideas, y añadió: “Mientras han intentado hacer callar y vulnerar derechos humanos, civiles y políticos, se han cargado la democracia”. “Cuando traspasas estos límites y líneas inaceptables, empiezas a perder. Y nosotros tenemos las de ganar. Y hemos venido aquí para acabar el trabajo que dejamos a medias”, finalizó.