Rovira prepara la maquinaria para una investidura exprés de Illa

Las fechas de primeros de agosto apuntan como decisivas para sellar las negociaciones entre PSC y ERC

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se reúne con el presidente catalán en funciones, Pere Aragonès, este miércoles en el Palau de la Generalitat. EFE/ Alberto Estévez

El pacto de investidura de Salvador Illa entre PSC-PSOE y ERC está madurando y Marta Rovira ha comenzado con los preparativos necesarios para convocar a la militancia de su partido si, tal y como todo apunta, las negociaciones culminan en breve. Socialistas y republicanos han dado pasos decisivos en los últimos días gracias a la determinada involucración del Gobierno en firmar cheques y traspasos a Cataluña para demostrar así su implicación a la hora de atender las demandas de ERC.

A Pedro Sánchez le va en ello que los socialistas se hagan con un gobierno como el de Cataluña en un contexto de un poder autonómico completamente decantado hacia el PP. Pero le va también su alianza con ERC en el Congreso en una legislatura que amenaza con descarrilar por la fragilidad de la mayoría de investidura que sostiene al Gobierno de coalición. Así que Sánchez no ha ahorrado ni firmas ni gestos (ninguno tan elocuente como el desplazarse ayer, miércoles, a Barcelona para verse con el todavía presidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès).

De la incógnita al calendario

En paralelo a todo ello, los negociadores siguen dando forma a la llamada “financiación singular” de Cataluña, verdadera clave de bóveda del pacto de investidura, según asegura la propia ERC. Del modelo se sabe poco, pero Esquerra insiste en que la solución llegará a partir de un sistema que permita a la Generalitat la recaudación del 100% de los impuestos de Cataluña. “Soberanía fiscal”, insisten los republicanos. Nadie en el Gobierno da pistas de que exista una oferta en este sentido porque la propuesta que manejaban los negociadores socialistas consistía en dar desarrollo a un consorcio paritario con la Generalitat. Así que este sigue siendo a día de hoy el mayor de los interrogantes.

Pese a la gran incógnita, los socialistas insisten en su optimismo respecto al pacto final y los republicanos ya han comenzado a estudiar qué fecha sería la más adecuada para llamar a consulta a su militancia, que es quien finalmente debe validar el acuerdo de investidura para que sea posible. El calendario marcado por Marta Rovira es claro en este sentido: las negociaciones con los socialistas deben acabar antes de final de mes y, por tanto, a continuación debe convocarse a las bases de ERC a refrendar.

Comunicado sin tensión y almuerzo

Es decir que a principios del mes de agosto podría existir todo lo necesario políticamente para proceder al pleno de investidura en el Parlament, cuya convocatoria querrían acelerar las dos partes para limitar al máximo las maniobras de Carles Puigdemont, quien sostiene públicamente su intención de desplazarse presencialmente al Parlament de Cataluña para presenciar la sesión.

En pocos días, sostienen todos los negociadores, se conocerá el desenlace. Entretanto, Gobierno y Generalitat  emitieron un comunicado conjunto tras la reunión de Pedro Sánchez y Pere Aragonès sin rastro de tensión ni amenaza mutua. Explicaron que los presidentes repasaron los últimos acuerdos alcanzados para “concretar y calendarizar” diversas transferencias y asuntos pendientes y se comprometieron a trabajar para “culminar su cumplimiento en beneficio de la ciudadanía de Cataluña”. Luego, Sánchez almorzó tranquilamente con Salvador Illa en el barrio del Raval de Barcelona.

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