REPORTAJE

Robles lidera el tridente femenino que lucha contra Pegasus

La ministra de Defensa lidera junto a Casteleiro como directora del CNI, y Gutiérrez al mando del Departamento de Seguridad Nacional la inteligencia de nuestro país. El caso sobre el espionaje al teléfono del presidente sigue sin aclararse

Una imagen de la ministra de Defensa, Margarita Robles
Una imagen de la ministra de Defensa, Margarita Robles Efe

La reapertura del “Caso Pegasus” ha traído a la palestra los dos fallos que demostró tener el sistema español: en primer lugar, la aparente falta de control por parte del Centro Criptológico Nacional (CCN) respecto a la seguridad en los móviles de la cúpula del Gobierno, que permitió el espionaje a los terminales del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; de la ministra de Defensa, Margarita Robles;  y el titular de Interior, Fernando Grande Marlaska, entre otros, a la vez que se espiaba a cargos de la CUP.  Y, en segundo lugar, la falta de claridad en la responsabilidad política del suceso. Tanto Presidencia como Defensa se tiraron respectivamente la pelota hasta que la entonces directora del CNI, Paz Esteban, actuó de cabeza de turco y cesó su cargo.

Con la actual reapertura del caso del juez de la Audiencia Nacional, José Luis Calama, tras recibir información proporcionada por las autoridades francesas sobre la programación espía,  podrán esclarecerse algunas de estas cuestiones, pero ya hay algunos movimientos preventivos sobre el tablero que se han realizado desde algunos ámbitos.

La ministra de Defensa, Margarita Robles, se ha asegurado el control de la Inteligencia nombrando en los dos órganos más representativos, CNI y Seguridad Nacional, a dos mujeres de su confianza.

“Casteleiro es el alter ego de la ministra”

Tras el pulso entre Robles y el entonces secretario General de Presidencia, Félix Bolaños, ganó este último, ya que pese a las insistencias de la entonces directora del CNI en sus declaraciones judiciales respecto a que el control de los terminales correspondía a la secretaría de Presidencia, ésta tuvo que abandonar su cargo. Un gesto también de cara a los socios independentistas del Gobierno de Sánchez. La ministra de Defensa nombró a Esperanza Casteleiro como sucesora, en una eficaz maniobra para colocar a alguien de su absoluta confianza.

Desde que Robles asumiera la cartera de Defensa en 2018, ha peleado porque el CNI dejara de depender de Presidencia ya que, a su juicio, evitaría que se hiciera una lectura más política de la Institución. Objetivo que consiguió, lo que obligó tras siete años,  a crear una estructuración nueva dentro de CIFAS, el propio centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas que se había fortalecido durante ese tiempo. Robles aprovechó la coyuntura del cese de Esteban para nombrar a Casteleiro, “el alter ego” de la ministra, tal y como la describe un ex alto cargo del CNI. “Ella nombró a su jefe de gabinete porque es en quien más confianza tiene. Además de que Casteleiro es una persona muy experimentada profesionalmente”.

Concretamente, fue nombrada en 2004 secretaria general del CNI, cargo que desempeñó hasta junio de 2008. También estuvo en unidades de Inteligencia en el exterior, y hasta la llegada de Sánchez al Ejecutivo ostentó la jefatura de la unidad de inteligencia del CNI contra el Terrorismo y Crimen Organizado, para ser después ser nombrada directora del Gabinete de Robles.  Y, antes de su nombramiento como directora del CNI, ascendió en 2020 secretaria de Estado de Defensa.

Gutiérrez, entre Presidencia y Defensa

El departamento de Seguridad Nacional depende del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, por lo que es una persona de máxima confianza del líder del Ejecutivo quien está al frente. En  el anterior gobierno de Mariano Rajoy, la responsable del área fue una mujer también, Cristina Ysasi-Ysasmendi al dejar el cargo Alfonso de Senillosa.

Al llegar al Ejecutivo Pedro Sánchez, éste relevó de su cargo a Ysasmendi y nombró a Manuel Ballesteros, general de Brigada del Ejército de Tierra y con alta experiencia en el mundo de la geoestrategia. En el caso de Loreto Gutiérrez, en 2023 fue ascendida a general, siendo esta ingeniero aeronáutica la única mujer en ese cargo dentro del Ejército del Aire y del Espacio. A diferencia de Ballesteros, Gutiérrez no ha tenido experiencia dentro de los ámbitos de Seguridad o Inteligencia, pero en cuanto Ballesteros dejó su cargo tras cinco años en noviembre de 2023, Robles se aseguró a una persona de su confianza con la que, pese a depender de Presidencia, mantener un canal de comunicación basado en la colaboración y alejar así la posibilidad de que se repita un nuevo “caso Pegasus”.

“Espero que la investigación llegue hasta el final”

Por su parte, la ministra de Defensa mostró públicamente a comienzos de semana, desde el Senado, sus deseos de que “la investigación llegue hasta el final”, lo que, aseguró, “fue lo que quiso el Gobierno precisamente cuando lo denunciamos y tuvimos conocimiento de la infección”.