El experto Andrés Medina
Actualizado: h
FacebookXLinkedInWhatsApp

Las fronteras electorales de la resignación

Sin novedad en el frente: la suma del PP y Vox en porcentaje de votos sería similar a la de 2023, y podría alcanzar una ajustada mayoría en escaños. El PSOE, a pesar de caer un punto, mejora su representación en una decena de escaños debido a la fragmentación del espacio político a su izquierda.

Según el recálculo alternativo de la estimación de voto realizado con los datos brutos del último barómetro del CIS, publicado ayer, los alineamientos electorales señalan que las dos principales incógnitas de unas eventuales elecciones —el partido ganador y la posible mayoría de Gobierno— siguen aún muy abiertas. El principal motivo de esta quietud electoral es la generalizada desconexión del electorado con la actividad política: la mayoría de los españoles simplemente observa la actualidad desde sus cuarteles de invierno.

A pesar de la estabilidad predominante en el reparto de espacios políticos en los últimos doce meses, las transferencias entre partidos revelan movimientos interesantes en las fronteras de voto más importantes. Son las siguientes:

El muro

Si existe una frontera electoral estratégica en el panorama español, es la línea que separa a los dos bloques ideológicos. La importancia de esta transferencia radica en el doble valor de cada voto: uno más para un bloque es uno menos para el otro. En las últimas elecciones, la suma de una mayoría alternativa quedó a tan solo cuatro escaños, es decir, a un puñado de votos en muy pocos lugares.

En esta frontera entre bloques, bautizada en el último debate de investidura como ‘el muro’, la corriente es claramente favorable a la derecha: actualmente, recibe 400.000 votantes netos de la izquierda. La mayoría de las opciones de alternancia en el Gobierno dependen de este punto clave, que en las pasada elecciones fue el más expuesto a las turbulencias de campaña.

‘Checkpoint Pablo’

El movimiento electoral más transformador de este año es el debilitamiento paulatino de Sumar y el resurgimiento de Podemos tras su escisión a principios de año. Esta fragmentación condena a la izquierda a la ineficiencia electoral: aunque el espacio en conjunto solo perdería un punto, el coste en escaños supera los quince. Sumar apenas retiene hoy a la mitad de su electorado (con una fidelidad del 46%) y cede casi 700.000 votos a Podemos y 350.000 al PSOE.

El vehículo electoral está gripado, y Pablo Iglesias lo sabe. Por eso, este fin de semana esbozó en la ‘Uni de Otoño’ algunas líneas estratégicas para trazar el camino de la reconquista. De momento, los vetos cruzados y el marcaje mutuo entre las fuerzas de izquierda prevalecen claramente sobre cualquier ilusión de unidad. Desde las elecciones europeas, los desencantados de Yolanda Díaz migran más hacia el nido de Podemos que hacia el del PSOE.

‘Checkpoint Santi’

Más de 1,2 millones de votantes de la derecha han cruzado durante el último año la frontera electoral que separa al PP de Vox. Actualmente, ese flujo es menor (alrededor de 750.000), pero con un cambio sustantivo en los últimos meses: el saldo neto del intercambio entre ambos partidos vuelve a ser claramente favorable a Vox, con más de 300.000 votantes netos a su favor. Esta corriente de voto, cada vez más caudalosa, ha cambiado de sentido desde que se produjeron las rupturas de los Gobiernos autonómicos entre PP y Vox.

Por su parte, el “polvorín electoral” de Alvise parece haber precipitado el final de la luna de miel tras el verano, al menos en lo que al PP respecta. Aunque, a pesar de su caída, aún disputa cerca de medio millón de electores, en su mayoría provenientes de Vox.

En definitiva, el equilibrio entre bloques mantiene la incertidumbre electoral. Crece la resignación, tanto en la derecha, por la dificultad de provocar la alternancia en el Gobierno de España, como en la izquierda, por la paraplejia parlamentaria del Ejecutivo. Y cuando las urnas no se divisan en el horizonte, la resignación se refugia en la identidad, es decir, el centro de gravedad se desplaza hacia los extremos.