El expresidente del Gobierno Mariano Rajoy aseguró este lunes, después de que Alberto Núñez Feijóo se pusiera “a disposición” de los socios de Pedro Sánchez para derrocarle a través de una moción de censura, que “el problema que tiene el PNV” ahora mismo es que “no puede distanciarse mucho del PSOE porque se queda sin gobierno en el País Vasco”.
Así lo afirmó en un coloquio dirigido por María Dolores Cospedal, su exministra de Defensa, donde, seis años después, recriminó a Sánchez que “la explicación” que utilizó para fundamentar la moción de censura de 2018 fue la “corrupción”. “¿Qué les parece?”, interpeló a los alumnos de un curso de liderazgo político en plena tormenta política por las informaciones del ‘caso Koldo’ y de su esposa, Begoña Gómez.
Rajoy, sin embargo, rehusó ahondar en esta presunta corrupción del Ejecutivo e, incluso, rechazó valorar en una escala del uno al diez la gestión de Sánchez. “No he venido aquí para meterme con nadie”, dijo. Pero sí defendió su relato y censuró que el actual presidente del Gobierno se amparase en “unos renglones de una sentencia luego censurada por el Tribunal Supremo” que no afectaba a ningún ministro.
En estos momentos, José Luis Ábalos, exministro de Transportes de Sánchez, está en el centro de las sospechas del ‘caso Koldo’, pero el PP no cuenta con los apoyos suficientes. Uno de los posibles aliados para una moción de censura podría ser el PNV, pero Rajoy reconoció que es difícil que secunde ahora una moción de censura porque no le produce la “emoción” suficiente como para perder el Gobierno vasco. Sea como sea, aprovechó su intervención para afear a los ‘jeltzales’ su forma de actuar entonces, puesto que apoyó sus presupuestos “tres días”.
Al mismo tiempo, Rajoy presumió de que “ni los españoles” ni su partido, el PP, le echaron de La Moncloa. “Me echó el Frankenstein”. Y señaló entonces que “el verdadero origen” de la coyuntura actual, incluida la amnistía, está en el Congreso Federal del PSOE de 2017, donde Sánchez volvió a auparse como secretario general de los socialistas.
Por otro lado, Rajoy contrapuso a lo largo de toda su intervención su política fiscal y presupuestaria con la de Sánchez, y ensalzó su plan para atajar la crisis económica y financiera y “volver al crecimiento económico y reducir drásticamente las cifras de desempleo”. Todo ello, después de que los cálculos del PSOE desviaran el déficit en cuatro puntos del PIB.
El expresidente del Gobierno presumió de los resultados de su gestión pese a las presiones externas, y puso en valor que no gobernó “a trompicones ni dando marcha y adelante” con “negociaciones en la más profunda de las noches absolutamente desquiciadas y generando una confusión absolutamente insuperable”.
“Probablemente”, prosiguió, “el caso más paradigmático de todo lo que acabo de decir es la última reforma fiscal, por llamarla de alguna forma. Empezó de una manera, terminó de otra, algo parecido al rosario de la aurora, y aún todavía hoy no tenemos claro que es lo que allí ocurrió”, declaró.
Por último, recordó que, con un gobierno en minoría, el PP aprobó los presupuestos de 2017 y 2018, frente a un Sánchez que solo los ha aprobado en tres de sus seis años de gobierno. “Aquí es igual, podemos estar 15 años sin Presupuestos que no pasa absolutamente nada”. Con todo ello, defendió que el presidente del Gobierno no tiene más salida que convocar elecciones si no saca adelante unas cuentas públicas, informa Servimedia.