El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) señala que casi la mitad de los magistrados en órganos colegiados son mujeres. Un 42,3% que supera en casi diez puntos a las cifras que se desprendían hace una década, tal y como señala un informe del órgano de gobierno.
Más concretamente, de los 1.597 jueces y magistrados que forman parte de las Audiencias Provinciales, Tribunales Superiores de Justicia (TSJ), Audiencia Nacional y Tribunal Supremo -los denominados órganos colegiados-, 676 son mujeres -un 42,32 %-. Cabe señalar que en el Supremo no ha habido ninguna incorporación de magistrados desde el 2021 debido a que el responsable de hacer los correspondientes nombramientos discrecionales, el CGPJ, está en funciones.
En lo que respecta a la distribución por sexos en estos órganos, las Audiencias Provinciales es donde se encuentra el porcentaje de magistradas más alto, con un 44 %. Le siguen la Audiencia Nacional, donde la representación femenina es de un 43,1 % y el Supremo, con un alejado 21,1 %.
Más mujeres en la carrera judicial
Sin embargo, en la totalidad de la carrera judicial el porcentaje de mujeres es más alto. Mientras que ellos representan un 42,8%, ellas son un 57,2%. Una proporción que se traduce de la siguiente manera en cifras absolutas: de los 5.416 jueces que hay en España, 2.315 son hombres y 3.101 son mujeres.
Con respecto a su distribución territorial, el País Vasco se lleva la palma. Esta autonomía concentra el mayor porcentaje de juezas a nivel nacional -un 62,5%-, seguida de Galicia (61,2%) y la Comunidad de Madrid (60,6%). Por el contrario, los territorios que cuentan con el menor porcentaje son Aragón (52,4%) y Murcia (49,7%), la cual es la única comunidad en la que hay una mayoría de jueces hombres.
Teniendo en cuenta estas dos cuestiones -el número de jueces y magistrados y su representación en los distintos órganos- cabe preguntarse por qué esto es así. Fernando Portillo, magistrado y presidente del Foro Judicial Independiente, explica que cuando la discrecionalidad entra en juego, “la igualdad salta por la ventana”. Es decir, cuando el acceso a una promoción se realiza atendiendo a criterios objetivos de mérito y capacidad, “no hay problemas en cuanto a igualdad”.
Además, Portillo argumenta que las mujeres se presentan con menor frecuencia a los puestos que dependen de la discrecionalidad. Y más como una opinión a nivel personal, explica que al ser puestos que son nombrados por “afinidad” y relaciones “previamente construidas” de una mayoría compuesta por varones, esas redes están, mayoritariamente, compuestas por personas del mismo sexo.
Conciliación entre su vida laboral y familiar
En el mismo posicionamiento se sitúa la magistrada Ascensión Martín, portavoz de Jueces y Juezas por la Democracia. Aunque ella señala otro relevante dato en esta cuestión: algunas mujeres, en un porcentaje “poco elevado”, no optan a estos puestos porque prefieren “compatibilizar su vida familiar y laboral”, teniendo en cuenta que lo que más valoran los jueces “es el tiempo libre”.
Ellas, más jóvenes
Por último, el informe releva que las mujeres en la carrera judicial son más jóvenes -50,4 años-. Puesto que la media de edad se sitúa en los 52,3 años, son los hombres -con un promedio de 54,9 años- los que incrementan esa media.
Por autonomías, los jueces y magistrados más jóvenes son los destinados en Extremadura (48,7 años de edad media), mientras que los más mayores son los de la Comunidad de Madrid (56,2 años). A su vez, este territorio cuenta con los jueces y magistrados más experimentados, con una media de 25,1 años en la carrera judicial.
La progresiva feminización de este sector se refleja en los datos por franjas de edad: los hombres solo son mayoría entre los magistrados de entre 61 y 72 años, mientras que las mujeres suponen los son entre los 60 y 30 años o menos. En este último llegan a ser el 70 %.