Las relaciones entre Moncloa, Vivendi y el Grupo Prisa están bajo el foco mediático tras una nueva polémica. Según ha revelado el medio francés Le Point, el Gobierno español habría presionado al gigante de comunicación francés Vivendi para que vendiera su participación en Prisa a empresarios cercanos al Ejecutivo. La operación, según estas informaciones, se habría planteado como parte de una estrategia política para reforzar el control sobre uno de los principales grupos de medios del país.
Desde el Ejecutivo lo niegan. Sin embargo, las dudas crecen y el Partido Popular ya ha exigido explicaciones. Vivendi, que actualmente posee cerca del 12% del capital de Prisa, vuelve así al centro del tablero político y empresarial en España. La noticia ha provocado un fuerte revuelo tanto en el ámbito político como en el sector mediático. Muchos se preguntan hasta qué punto el Gobierno está interviniendo en la estructura accionarial del grupo editorial.
La presión del Gobierno a Vivendi: el trasfondo del conflicto
El informe publicado por Le Point detalla que fue el propio ministro de Transformación Digital y Función Pública, Óscar López, quien transmitió el mensaje al director general de Vivendi, Arnaud de Puyfontaine. La conversación, según el medio galo, se produjo en París el pasado 12 de febrero durante un congreso sobre Inteligencia Artificial al que asistieron tanto López como el nuevo presidente de Telefónica, Marc Murtra. La reunión con Vivendi, aunque fue breve, habría incluido un mensaje claro: si el grupo francés no vendía su participación en Prisa a empresarios cercanos a Moncloa, podría verse afectado por la retirada de la publicidad de Telefónica que gestiona Havas, una filial del propio conglomerado francés.

Óscar López interviene durante la presentación de su candidatura a secretario general del PSOE de Madrid | EFE
Aunque el Gobierno ha evitado hacer declaraciones oficiales, Vivendi no ha respondido públicamente a esta acusación. Mientras tanto, Óscar López ha desmentido que el encuentro tuviera fines relacionados con cambios accionariales. Aseguró en una entrevista televisiva que “de una reunión breve se ha fabricado un bulo”. Sin embargo, el simple hecho de que se reconozca la existencia del encuentro alimenta aún más la controversia sobre las verdaderas intenciones del Ejecutivo con respecto a Vivendi y su papel dentro del Grupo Prisa.
En este contexto, el gigante de comunicación galo se convierte en una pieza clave dentro de una partida que trasciende lo económico y roza lo político. La presencia del grupo francés en el accionariado de Prisa siempre ha sido incómoda para determinados sectores del Gobierno, que buscan mayor influencia en los medios a través de empresarios nacionales alineados con sus intereses.
Los accionistas afines al Gobierno y el objetivo sobre Prisa
El interés de Moncloa por influir en el accionariado de Prisa no es nuevo. El foco sobre Vivendi es solo una parte de una estrategia más amplia. Según Le Point, los empresarios afines que estarían llamados a tomar el control de la participación del grupo francés serían los accionistas españoles ya presentes en el capital del grupo. Se trata de Global Alconaba, controlado por Andrés Varela Entrecanales y con estrechos vínculos con el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, que ya ostenta un 7,34% de las acciones. A él se suman el presidente de Balearia, Adolfo Utor, con un 5,4%, y el empresario Diego Prieto, con un 3,12%.

Una imagen con todas las marcas que forman parte del conglomerado mediático | Grupo Prisa
Estos accionistas ya habían mostrado su respaldo a un ambicioso proyecto televisivo liderado por Carlos Núñez, presidente ejecutivo de Prisa Media. La propuesta, que incluía una nueva TDT con respaldo gubernamental, fue presentada como una apuesta de futuro en El País. Sin embargo, Joseph Oughourlian, máximo accionista de Prisa a través de Amber Capital (con el 29% del capital), echó por tierra el proyecto en una entrevista en Expansión, afirmando que invertir en una TDT en 2025 “no le parecía una opción viable”. Este desencuentro entre accionistas revela la pugna interna dentro del grupo y muestra la relevancia de lo que ocurra con la participación de Vivendi.
El papel de Vivendi en esta disputa se vuelve aún más determinante si se tiene en cuenta que, en 2021, el grupo francés expresó su intención de alcanzar el 29,9% del capital de Prisa. Algo que fue frenado por el propio Gobierno al no autorizar el movimiento. La negativa entonces ya anticipaba las tensiones que ahora han estallado abiertamente.