El debate en el PP sobre la conveniencia de una moción de censura contra el presidente del Gobierno reaparece cíclicamente en las filas populares, confusas por un instrumento parlamentario de doble filo. En España, a nivel nacional, se ha usado en cinco ocasiones a lo largo de la historia (y solo salió adelante en 2018 cuando Pedro Sánchez tumbó a Mariano Rajoy tras la sentencia del caso Gürtel), pero a nivel autonómico se ha empleado en muchas más ocasiones. Casi siempre se ha hecho para proyectar que existe una alternativa política al gobierno en curso, pero a menudo el resultado ha sido el de un cartucho quemado y el de un fracaso parlamentario.
Para que una moción de censura prospere en España es necesario el voto favorable de la mayoría absoluta de los miembros del Congreso de los Diputados, es decir, 176 escaños. Adaptado al contexto actual, esto significa que al PP (137 escaños) no le basta con que Vox (33) apoyara esta iniciativa, sino que resultaría imprescindible que el llamado bloque de investidura se rompiese para unirse a los 170 diputados que suman los Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal.
137 (PP) + 33 (Vox) + 7 (Junts)
Y, hasta ahora, la única formación que ha hecho un amago con la moción de censura ha sido Junts (7 escaños), que especuló con esta idea de la moción de censura el pasado mes de octubre. “No descartamos absolutamente nada. Nuestros votos no pueden ser dados por hechos en ningún caso y creo que esto ahora ya está el Gobierno empezando a comprenderlo”, dijo la entonces presidenta de la formación, Laura Borràs, que primero tuvo que matizar sus palabras y luego fue barrida por Carles Puigdemont de la primera línea del partido en el último congreso de Junts.
La vía vasco-canaria con PNV y CC
Existe otra alternativa para alcanzar la barrera de 176 escaños, que consistiría en que el PP atase los apoyos del PNV (5 diputados) junto al voto de la diputada de Coalición Canaria (1). La suma PP + Vox + PNV + Coalición Canaria también alcanzaría la cifra mágica de 176 escaños. Cabe recordar que la formación canaria es socia de gobierno con el PP en las islas, pero también es cierto que apoyó la investidura de Sánchez en 2023.
De hecho, vale la pena fijarse en la investidura de Sánchez al comienzo de la legislatura, que salió adelante con 179 votos distribuidos de la siguiente manera: PSOE (121), Sumar (31), Junts (7), ERC (7), Bildu (6), PNV (5), Coalición Canaria (1) y BNG (1). De esta lista de socios socialistas, el PP sabe que no habría nada más contra natura que contrar para la censura con la izquierda soberanista de Cataluña (ERC) o con Bildu (6).
Así que, en realidad, todos los caminos de desbancar al presidente del Gobierno pasan por dos alterativas: o Junts o PNV. El primer camino tiene una dificultad añadida y no está relacionada con las resistencias ni hipotecas puestas desde Waterloo por Carles Puigdemont, sino que con la oposición interna dentro del PP: la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, fue de las primeras en desacreditar un eventual pacto con los independentistas catalanes.