Qué esperar de la gira de Sánchez por Mauritania, Gambia y Senegal

El presidente del Gobierno regresa a Nuakchot seis meses después con vistas a implementar el acuerdo europeo con Mauritania y frenar el repunte de llegadas de migrantes a Canarias

Varias barcas desplegadas unas sobre otras EFE

Tras el paréntesis veraniego, la reunión al fin con el presidente canario Fernando Clavijo y en medio de un repunte migratorio que se ha convertido ya tendencia en el último año, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez retoma su agenda internacional este miércoles con un viaje oficial de tres días -del 27 al 29 de agosto— a Mauritania, Gambia y Senegal.

El objetivo de la gira africana del presidente -prevista desde antes del verano según Moncloa, que no ha ofrecido más detalles de la misma salvo que Sánchez se reunirá con los mandatarios locales— no es otro que reforzar la cooperación con los tres países africanos en materia migratoria con los países de origen y tránsito en un momento en que la zona y, sobre todo, Mauritania es el punto principal de la ruta atlántica -la más peligrosa del mundo — hacia Canarias. El repunte hace semanas que ha desbordado las capacidades de acogida del archipiélago, donde se vive una situación de emergencia humanitaria.

El Sahel vive en estos momentos la tormenta perfecta: crisis alimentaria, inestabilidad política -golpes de Estado, retirada de fuerzas europeas y aumento de la inseguridad como consecuencia del avance de grupos armados -a la cabeza de ellos las franquicias regionales de Al Qaeda y el Estado Islámico—, lo que augura la llegada de más personas procedentes de la región tratando de escapar de ella hasta las costas del oeste del continente en los próximos meses. Un flujo que se suma a los procedentes de otras zonas de África subsahariana y oriental donde se viven situaciones semejantes.

Mauritania: implementar ya el acuerdo con la UE

La de la próxima semana será la segunda gira de Sánchez a Nuakchot en poco más de seis meses: el pasado mes de febrero, el presidente del Gobierno acompañó a la capital mauritana a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. La visita concluyó con la promesa de ayudas de 510 millones de euros de parte de las autoridades comunitarias. Tras un anuncio inicial de 210 millones de euros, a la conclusión de la visita de Sánchez y Von der Leyen la UE prometió 300 millones divididos en un ramillete de materias, con la lucha contra la migración irregular a la cabeza.

“La próxima visita del presidente del Gobierno a Mauritania pone de manifiesto el interés de España por implementar el acuerdo migratorio alcanzado entre la UE y el país africano en febrero, con objeto de frenar a corto plazo el movimiento migratorio actual hacia las islas Canarias y asegurar, a medio plazo, una mayor estabilidad y control sobre la ruta atlántica de la migración africana”, explica a ARTÍCULO 14 el profesor del departamento de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Granada Juan Antonio Macías Amoretti.

“En el caso mauritano, el acuerdo vincula el control fronterizo con la financiación europea y española de programas de desarrollo en diferentes ámbitos, lo que entiendo que pretende tener cierta continuidad en los casos de Gambia y Senegal. No obstante, hasta ahora no ha dado el resultado previsto para España en cuanto a la pretendida reducción del caudal migratorio hacia Canarias, procedente principalmente de Mauritania, lo que puede deberse al ínterin en la configuración del nuevo gobierno mauritano, o bien a la espera de los recursos comprometidos”, explica el especialista en política mauritana de la UGR.

“El mero intercambio de control migratorio a cambio de financiación presenta algunas sombras, tales como los mecanismos de atención y garantía de los derechos humanos de los migrantes, o la eficiencia y sentido último de los programas de desarrollo”, recuerda a este medio Macías Amoretti.

Así las cosas, si el objetivo de la visita de Sánchez y Von der Leyen hace seis meses a Mauritania no era otro que tratar de contener el repunte -entonces el país magrebí representaba el 83% de las partidas de jóvenes en cayuco o patera con destino a Canarias—, lo cierto es que la tendencia no solo no se ha moderado sino que se ha acentuado en los meses de verano.

La eficacia en materia de control migratorio de las autoridades marroquíes, con las que Madrid tiene desde el fin de la crisis bilateral –en marzo de 2022 Sánchez apoyó públicamente la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental distanciándose de la opción del referéndum de autodeterminación que sigue defendiendo Naciones Unidas— una interlocución fluida, han reducido las salidas desde las costas del sur de Marruecos y saharauis.

De igual manera, la colaboración con Dakar consiguió frenar el número de salidas desde las costas senegalesas, que batieron récords en 2022.  A la eficacia de la cooperación con Senegal y Marruecos se une el férreo control que llevan a cabo las autoridades tunecinas -sobre todo—, libias y egipcias en el Mediterráneo central y oriental, lo que ha bloqueado en parte el resto de rutas para las mafias en las últimas semanas.

El reto de Sánchez es, en definitiva, lograr con las autoridades mauritanas un escenario de cooperación parecido al que se mantiene con otros países. El presidente del Gobierno, que viajará ahora en solitario, tendrá la ventaja de no tener que cambiar de interlocutor, toda vez que Mohamed Ould Ghazouani volvió a jurar el pasado 1 de agosto su cargo tras ganar las elecciones presidenciales del 29 de junio.

Desde Nuakchot se advierte de que los prometidos 500 millones de euros -que no han llegado aún a las arcas del Estado—no bastan para los retos ingentes del país en todos los ámbitos. “El paro es muy elevado, casi del 40% en mujeres jóvenes, más del 35% entre los jóvenes en general, el deseo de todos ellos es emigrar, por lo que la gente tiene mucha esperanza en la visita de Sánchez para que España muestre más apoyo y solidaridad con Mauritania”, explica a ARTÍCULO 14 el médico y consultor especialista en cooperación internacional Ahmed Bakar Teiss. “Cuando se anunció que la UE iba a dar 500 millones de euros a Mauritania, mucha gente aquí comenzó a protestar al Gobierno porque se creía, somos un país con cuatro millones y medio de personas, que iba a servir de efecto llamada y se iba a llenar el territorio de campos de refugiados”, recuerda.

Por otra parte, Teiss recuerda la consolidación de la nueva ruta migratoria por vía aérea desde Mauritania con destino a Estados Unidos y otros países americanos pasando por Madrid. Al hacer escala en el aeropuerto de Barajas, en los últimos meses decenas de ciudadanos de países de la región aprovechan para solicitar protección internacional. La imposición de visados de tránsito aeroportuario es la única solución, avisan los sindicatos policiales, pero el Gobierno ha evitado por ahora exigirlo a las autoridades mauritanas.

Senegal: cooperar con las nuevas autoridades

No es tampoco la primera vez que Sánchez viaja a Senegal, pero será la primera vez que lo haga tras la llegada a la Presidencia del país el pasado mes de abril de Bassirou Diomaye Faye. El pasado mes de junio el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, anunció en Dakar la firma de un nuevo marco de cooperación con Senegal por valor de al menos 180 millones de euros en los próximos cuatro años, una cifra récord para la acción española en el país africano.

“El caso de Senegal es un caso muy diferente al de Mauritania: hay un nuevo Gobierno y el presidente pretenderá estrechar los lazos con él y para ello lanzase nuevas líneas para cooperar y frenar la migración desde allí”, recuerda el consultor en materia de política migratoria José Carlos Cabrera Medina. “La experiencia de Mauritania, país con el que no ha servido para absolutamente nada la ayuda de los 500 millones prometida en febrero si nos remitimos a la situación que se vive en Canarias, demuestra que solo el dinero no arregla las cosas”, recuerda.

Primera visita a Gambia

Sí será la primera vez que Sánchez visite Gambia, el país más pequeño de África occidental y en cuya capital, Banjul, se entrevistará con su presidente, Adama Barrow. En Gambia, Cabrera Medina espera que el presidente del Gobierno lleve a sus autoridades “el montón de pasaportes falsos de gambianos que han entrado en nuestro país y con los que se están declarando mayores de edad”. “Desde Canarias son trasladados a otras comunidades donde hay que atenderlos como supuestos adultos”, recuerda el consultor y profesor.

En resumen, el problema migratorio en África occidental y saheliana se acentuará en los próximos años, lo que obliga a las autoridades españolas y europeas a concebir estrategias a largo plazo. “Si España quiere lidiar con la cuestión migratoria debe comprometerse a estar con las poblaciones africanas a la hora de solucionar sus problemas estructurales, atendiendo sobre todo a las necesidades propuestas y lideradas por la sociedad civil africana en toda su diversidad, más allá de atender exclusivamente a las cuestiones securitarias”, afirma Macías Amoretti.

A juicio del profesor de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Granada, España ha de “poner el foco también en otros aspectos fundamentales como la protección de los derechos humanos, la educación, la formación y la cultura. En el caso mauritano, aunque se viene hablando de ello hace tiempo, la inauguración por fin en Nuakchot de una sede del Instituto Cervantes sería un paso simbólico pero importante en ese sentido”.

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