La reciente suspensión de las primarias en Castilla y León por parte de la dirección del PSOE ha desencadenado una crisis interna que está fracturando al partido. Este conflicto, conocido como el caso Tudanca, no solo tiene implicaciones para el liderazgo regional, sino que también pone de relieve tensiones más profundas entre los barones críticos y el aparato central del PSOE en Ferraz.
El pasado jueves, el comité autonómico del PSOE en Castilla y León, liderado por Luis Tudanca, decidió iniciar el proceso de primarias el 8 de octubre, desafiando las directrices de la dirección del partido. Ferraz, que planeaba abrir el debate de los relevos territoriales después del Congreso Federal de noviembre, optó por suspender estas primarias, alegando que interferirían en el debate de ideas a nivel nacional. Esta decisión no sentó bien a los líderes regionales, que ahora acusan a la dirección de “desestabilizar” las bases del partido.
Tudanca, quien hasta hace poco era considerado un aliado de Pedro Sánchez, ha sido uno de los primeros en criticar públicamente esta maniobra. Según él, la suspensión de las primarias responde a un intento de Ferraz de imponer un candidato alternativo y debilitar su liderazgo en Castilla y León. Desde Ferraz, en cambio, se argumenta que Tudanca está intentando “atrincherarse” en el poder, inventando esta situación como un pretexto para proteger su posición. Así lo recogen en El Español.
Los barones del PSOE más críticos con Sánchez toman el partido
Este conflicto no solo afecta a Castilla y León, sino que ha comenzado a generar un efecto dominó entre otros líderes regionales. Los llamados “barones críticos”, que hasta ahora habían mantenido un perfil bajo, están comenzando a movilizarse. Estos líderes, que incluyen a figuras clave de regiones como Extremadura, Aragón y Madrid, consideran que la suspensión de las primarias es una “obscenidad” y una violación de la autonomía territorial del PSOE.
Uno de estos barones ha declarado en El Español que “el miedo se ha roto” y que ya no temen las represalias del aparato del partido. Según ellos, la militancia en las diferentes regiones apoya sus proyectos políticos y quieren seguir adelante con ellos sin la interferencia de Ferraz. Además, destacan que la dirección del partido está cada vez más cerrada en sí misma y que ven conspiraciones en todas partes. Lo que demuestra una “debilidad evidente” en el liderazgo de Pedro Sánchez.
El futuro del PSOE tras el caso Tudanca
El caso Tudanca es solo un síntoma de una crisis más profunda en el PSOE, donde las tensiones entre la dirección nacional y los líderes territoriales han alcanzado un punto de no retorno. La suspensión de las primarias en Castilla y León ha servido como catalizador para que los barones críticos comiencen a organizarse y desafiar el control de Ferraz sobre el partido.
En un escenario de debilidad parlamentaria para el Gobierno de Pedro Sánchez, cualquier división interna en el PSOE como el caso Tudanca podría tener consecuencias desastrosas para su estabilidad. Si los críticos logran movilizar a la militancia y consolidar su apoyo en las regiones, Ferraz podría encontrarse con una rebelión difícil de controlar.
Mientras tanto, el futuro de Luis Tudanca y de otros barones críticos sigue siendo incierto. Lo que está claro es que el PSOE se enfrenta a uno de los momentos más delicados de su historia reciente. Y la forma en que se resuelva esta crisis podría definir el rumbo del partido en los próximos años.