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Puigdemont romperá relaciones con Sánchez si tumba la cuestión de confianza

Si la Mesa del Congreso finalmente no admite la petición de Junts con los votos del PSOE y Sumar, el prófugo planea suspender las reuniones en Suiza y exigir la convocatoria de elecciones

Carles Puigdemont.
Carles Puigdemont Kiloycuarto

Pedro Sánchez afronta una semana difícil en lo judicial que arranca con la declaración hoy de Víctor de Aldama y finaliza con una nueva cita de Begoña Gómez ante el juez. En clave política el horizonte tampoco está despejado. Mañana Carles Puigdemont hará una entrevista en TV3 en la que “romperá relaciones” con el presidente del Gobierno si no acepta someterse a una cuestión de confianza.

Desde el entorno del líder de Junts han avanzado a Artículo14 que su intención es anunciar en la televisión catalana que suspende las reuniones en Suiza, escenificar en el Congreso una mayor distancia con el PSOE e incluso emplazar a Sánchez a convocar elecciones.

El reloj juega en contra para los socialistas dado que en estos momentos es “inasumible” permitir que la Mesa del Congreso admita la proposición no de ley que registró Junts para instar a Sánchez a someterse a una cuestión de confianza.

PSOE y Sumar prevén tumbarla avalados por un informe de los letrados de la cámara que cuentan con precedentes como el de 2013 en el que la Mesa ya vetó una iniciativa de los socialistas que pedía a Mariano Rajoy “rendición de cuentas”. Para los letrados, como en este caso, se interpretaba que era una “moción de censura encubierta”.

Con este horizonte Puigdemont bajará el pulgar como medida de presión sobre Sánchez de cara a la negociación de los Presupuestos. El encuentro celebrado en Suiza el pasado viernes entre las delegaciones de Junts y el PSOE sirvió para constatar el mal momento que atraviesan las relaciones entre los socios.

El prófugo se siente “engañado” por los “reiterados incumplimientos” del acuerdo que firmó para investir a Sánchez hace un año. El último escollo está siendo la transferencia de las competencias de inmigración a Cataluña. Junts quiere que sean los Mossos quienes gestionen la expedición del Número de Identidad de Extranjero (NIE) tras lograr que la policía autonómica tenga presencia en los puertos y aeropuertos donde las competencias son de la Policía Nacional.

El expresidente espera algún “gesto” de La Moncloa antes de su entrevista en TV3. Así se lo ha venido trasladando a José Luis Rodríguez Zapatero a quién considera el “único interlocutor válido” después de dar por amortizado al secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán.

La ruptura de relaciones con el PSOE supondría un paso más en la escalada de tensión en el Congreso donde las votaciones son agónicas para Sánchez. La estrategia de Puigdemont pasa por evidenciar su posición de fuerza sobre el presidente de cara a la negociación de los Presupuestos que aún no habría empezado.

“No” a la moción de censura

¿Apoyaría Puigdemont una moción de censura a Sánchez? En estos momentos se inclina por el “no”. Si hace unos meses el prófugo sondeó al entorno de Alberto Núñez Feijóo para explorar una vía de entendimiento que desembocara en la salida de Sánchez de La Moncloa, hoy el cálculo en Junts es otro.

Los neoconvergentes manejan encuestas en las que no saldrían bien parados si se celebran elecciones generales. La pujanza de la formación ultraderechista independentista Alianza Catalana es una amenaza real. El partido de la alcaldesa de Ripoll podría convertirse en la tercera fuerza catalana. El plan es apretar al máximo a Sánchez sin dejarlo caer.

La vuelta al liderazgo de ERC de Oriol Junqueras tras el congreso de este fin de semana también es un factor a tener en cuenta. Los republicanos quieren desembarcar en la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona y para ello seguirán siendo muleta de Sánchez en Madrid. La prioridad de Junqueras es recuperar poder.

Con una ERC pactista a Puigdemont sólo le queda la baza de “poli malo” e ir arrancando compromisos mayores a Sánchez que su eterno rival. Como ya adelantó este periódico su sueño es una reunión con el presidente del Gobierno que hoy parece imposible pero que visitas a Waterloo como la del líder de UGT, Pepe Álvarez, hacen cada vez más factibles.

 

 

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