En una coyuntura política especialmente delicada, Carles Puigdemont, líder de Junts per Catalunya, ha lanzado un desafío directo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. La relación entre ambos dirigentes, que ya venía mostrando signos de tensión desde el principio, parece haber alcanzado un punto de no retorno. Puigdemont ha comunicado de manera tajante que no apoyará los próximos Presupuestos Generales del Estado, poniendo en riesgo la estabilidad del gobierno central y abriendo la puerta a un posible final anticipado de la legislatura.
La relación entre Puigdemont y Sánchez ha estado marcada por la desconfianza mutua y la fragilidad de los acuerdos alcanzados. Aunque el apoyo de Junts fue crucial para la investidura de Sánchez en 2023, las diferencias ideológicas y estratégicas han ido erosionando la alianza. El último desencuentro, relacionado con lo que el líder de Junts ha denominado “el 3-0”, ha sido el detonante de una ruptura que amenaza con tener consecuencias significativas para el futuro político de España.
¿Qué es el “3-0” que denuncia Puigdemont en Cataluña?
El término “3-0” alude a la percepción de Puigdemont de que el PSOE y el PSC han logrado monopolizar el poder en tres esferas clave: el gobierno central, la Generalitat de Cataluña y el Ayuntamiento de Barcelona. Según fuentes cercanas a Junts, Puigdemont considera que su partido ha sido excluido deliberadamente de la política institucional, a pesar de su significativa representación en Cataluña.
Salvador Illa (d) saluda a Pere Aragonés (i) tras ser investido president durante el pleno del debate de investidura | EFE/Andreu Dalmau
El líder de Junts ha expresado su descontento por la falta de avance en cuestiones fundamentales como la amnistía y la autodeterminación. Temas que, según él, fueron parte del acuerdo inicial con Sánchez. Además, Puigdemont ha acusado al gobierno de utilizar su apoyo de manera instrumental, recurriendo a Junts solo cuando necesitaba los votos de sus diputados en el Congreso, sin ofrecer contrapartidas significativas.
¿Cuáles son las consecuencias para el Gobierno de Sánchez?
La negativa de Puigdemont a respaldar los Presupuestos Generales del Estado de 2025 pone a Sánchez en una situación de extrema vulnerabilidad. Sin el apoyo de Junts, el gobierno de coalición podría enfrentarse a una parálisis legislativa que complicaría la aprobación de leyes clave y, en última instancia, podría llevar al adelanto electoral. Moncloa, por su parte, ha intentado minimizar el impacto de la ruptura. Sugieren la posibilidad de prorrogar las cuentas actuales. Sin embargo, la realidad es que la legislatura pende de un hilo.
Pedro Sánchez (i), María Jesus Montero (c) y Yolanda Díaz (d) en el Congreso de los Diputados | EFE
Es imposible analizar la situación sin considerar el papel de ERC, el otro gran partido independentista catalán. Aunque ERC ha mantenido una relación más estable con el gobierno central, también enfrenta sus propias tensiones internas. Lo que añade una capa adicional de complejidad al escenario, por supuesto. Los próximos congresos de Junts y ERC serán cruciales para definir la postura de ambos partidos respecto a su apoyo a Sánchez. Veremos qué acaba sucediendo entonces.