Carles Puigdemont se prepara para incendiar el escenario político en Cataluña. La incógnita es saber si el movimiento independentista, venido a menos en términos electorales y muy desmovilizado en las calles, está dispuesto a participar en el incendio de verano que están organizando el expresidente de la Generalitat y su partido, Junts.
Parece claro que, esta vez sí, Puigdemont va a regresar por la contundencia y los altavoces que está gastando en anunciarlo. Lo hace él mismo (“volveré cueste lo que cueste”), lo dicen los dirigentes de su partido y lo repite su abogado. Descabalgado de la carrera para ser elegido presidente de la Generalitat (no tiene los apoyos parlamentarios), Puigdemont tiene otra misión: desestabilizar y agitar la escena política a través de su propio retorno y a través de Junts (en el Congreso y en el Parlament).
“Nos tenemos que movilizar para sacar a Cataluña del encarcelamiento de su democracia y sus recursos. Nos tenemos que cargar de energía, acabaremos el trabajo”, dijo el expresident a voz en grito en un acto ante 1.500 personas en Amélie-les-Bains, en el sur de Francia, donde Junts organizó un acto para enardecer los ánimos de su parroquia, ahora que sí que llega el momento de volver. Su regreso podría situarse en la semana que comienza el 5 de agosto.
La flojera en las calles
Necesita antes Puigdemont despertar a la masa social independentista, aunque todos los indicadores muestran que está predicando en el desierto. El nacionalismo/soberanismo perdió por primera vez la mayoría parlamentaria en las recientes elecciones, los partidarios de la independencia caen sin interrupción desde que colapsó el procés y los organizadores de la Diada no han tenido otro remedio que “descentralizar” su celebración a la vista de que las multitudes prefieren dormir la siesta que pasar la tarde haciendo coreografía.
Así que excitar al independentismo no resulta sencillo, pero Junts está intentando que su gente reaccione. Aseguró el secretario general de Junts, Jordi Turull, que su partido “hará todo lo que pueda” para impedir que el líder de los socialistas catalanes, Salvador Illa, sea investido president porque “no es de fiar” y, a la vez, hará “todo lo que pueda” para que el próximo titular de Cataluña sea Carles Puigdemont. Estas últimas fueron palabras al viento porque no hay fórmula posible que facilite su acceso a la presidencia.
Socialistas que “venden el alma”
“Lo haremos tan bien como sepamos para impedir que una persona que no es de fiar, que solo lleva al PSOE en la cabeza y que por una cuota de poder son capaces de vender el alma, pueda llegar a ser investido presidente”, dijo Turull. De momento, “minuto y resultado es independentismo 1, Salvador Illa 0, y no pararemos hasta ganar 2 a 0″, en alusión a un posible acuerdo con ERC. Criticó que el Estado ha entrado en una deriva “muy perniciosa” y añadió que “los herederos del atado y bien atado quieren garantizar que nada cambie desde la muerte del dictador”.