El PSOE se enfrenta a un dilema crucial en el Congreso de los Diputados con respecto al denominado ‘concierto catalán’. Se trata de una propuesta para que Cataluña recaude y gestione sus propios impuestos, similar al modelo del País Vasco y Navarra. Esta situación plantea preguntas sobre la cohesión interna del partido y su capacidad para mantener una postura unificada frente a una cuestión tan divisiva.
La historia reciente muestra que el PSC ha roto en varias ocasiones la disciplina de voto en el Congreso, desmarcándose del PSOE en temas críticos. En 2013, por ejemplo, el PSC apoyó el “derecho a decidir” propuesto por CiU, desobedeciendo la línea oficial del PSOE. Este antecedente resuena ahora con fuerza, ya que el PSC necesita el apoyo del PSOE para implementar el acuerdo con ERC que contempla el ‘concierto económico solidario’. Es decir, el ‘concierto catalán’.
El acuerdo entre el PSC y ERC incluye una propuesta para que Cataluña gestione el 100% de sus impuestos, aportando posteriormente una cantidad al Estado, similar al concierto económico del País Vasco. Para que esto sea posible, se requiere una reforma de la Ley de Financiación Autonómica (LOFCA), la cual debe ser aprobada en el Congreso. Sin embargo, la aprobación de esta reforma tiene por delante serias resistencias, tanto dentro del PSOE como entre otros partidos aliados y opositores.
La resistencia del socialismo y la unidad en el Congreso
Dentro del PSOE, varios barones regionales han expresado su oposición al ‘concierto catalán’. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha sido uno de los críticos más vocales, declarando que su partido no puede apoyar el pacto con ERC en el Congreso. La postura de Page refleja un temor generalizado entre los líderes regionales del PSOE de que conceder un trato especial a Cataluña podría desencadenar demandas similares de otras comunidades autónomas, complicando aún más la gestión de la financiación autonómica.
El pacto con ERC ni me vincula como presidente ni me representa como socialista.
El PSOE se fundó para combatir la desigualdad. Estoy convencido de que mi partido no va a avalar este acuerdo. pic.twitter.com/kFiH4UIdN3
— Emiliano García-Page (@garciapage) July 31, 2024
La aprobación de la reforma de la LOFCA requeriría una mayoría absoluta en el Congreso. Lo que significa que cualquier desmarque dentro del PSOE podría ser fatal para la propuesta. Con 179 votos en su investidura, Pedro Sánchez tendría que mantener a raya cualquier disidencia dentro de su partido y asegurar el apoyo de otros grupos parlamentarios. Un reto considerable dada la oposición ya expresada por algunos diputados socialistas.
La riqueza es compartida y es absurdo plantearse puertas fiscales en las comunidades autónomas.
Los impuestos los paga la gente. Y la fiscalidad que abandera la izquierda en este país y que asumió el conjunto ha permitido que paguen más los que más tienen y que se puedan… pic.twitter.com/eppOMFbcpM
— Emiliano García-Page (@garciapage) July 31, 2024
Además del PSOE, la aprobación de la reforma depende del apoyo de otros grupos parlamentarios como Sumar, Compromís y Chunta Aragonesista, que han mostrado reservas sobre la financiación singular para Cataluña. El PNV, que gestiona su propio concierto económico, también observa con cautela la propuesta, preocupado por el impacto que podría tener en su propio régimen fiscal. La posición de estos aliados será crucial en la votación. Veremos qué acaba sucediendo. Desde luego, la legislatura está en su momento crítico. No ha salido de él, para qué mentir.