Podemos proclama, pero no concreta su contundencia respecto a las denuncias internas por acoso sexual que recaen sobre su coordinador autonómico en Castilla-La Mancha, José Luis García Gascón. A la pregunta de si en el partido se ha tomado alguna decisión con respecto a estas acusaciones, el secretario de Organización, Pablo Fernández, se limitó a señalar en la rueda de prensa del pasado lunes: “Hemos trabajado, trabajamos y seguiremos trabajando en el futuro para que nuestra organización sea un espacio seguro para todas las mujeres. Y siempre que ha habido una denuncia hemos actuado y actuaremos“.
Estas explicaciones, sin embargo, se tornan silenciosas cuando a la formación morada se le consulta por un compromiso de confidencialidad que, según ha podido conocer Artículo14, aprobó en mayo de 2018 para evitar fugas de información entre el personal empleado, personal autónomo o los cargos públicos e internos que pudieran tener acceso “a los datos de carácter personal contenidos en los ficheros del partido, a cualquier tipo de información y documentación confidencial”. Una norma interna, cabe mencionar, que también se aplicaba cuando se accedía a los sistemas informáticos, a los correos electrónicos o a la mensajería instantánea del partido.
Pero, ¿qué consideró Podemos como confidencial? “Toda la información relacionada con la organización y actividad interna y electoral, esté o no identificada como tal, y que sea susceptible de ser revelada por cualquier medio o soporte, salvo aquella que expresamente sea calificada por PODEMOS como información de libre uso y/o divulgación pública”.
Cabe destacar que algunas voces autorizadas reconocieron a Artículo14 haber firmado este compromiso de confidencialidad, mientras que otras se desmarcaron. Asimismo, este periódico consultó a la estructura nacional y castellanomanchega de Podemos sobre la vigencia del citado documento, sin obtener ninguna respuesta.
El efecto sobre las víctimas
Entre las personas que suscribieron este documento se encuentra una de las tres militantes que denunció internamente a García Gascón por, supuestamente, acosarla sexualmente. Así lo aseguró el entorno de la mujer, que además transmitió que se encuentra muy afectada por la situación y teme que el partido tome alguna represalia legal en caso de que desvele más información de la debida.
En lo que respecta al compromiso, fuentes jurídicas consultadas por este diario señalan que “falsearía su interés”. Especifican que el Reglamento de Protección de Datos, como concepto legal, regula el tratamiento automatizado de esa información contenida en ficheros. “Nada tiene que ver con un deber de confidencialidad omnímodo“, agregan. Que es a lo que la organización se refirió cuando mencionó aquello de “cualquier tipo de información”.
Confidencialidad y delito
Cabe destacar que Podemos circunscribió la extensión de este secreto a aquellas informaciones que los firmantes del escrito conocieran a raíz del puesto que desarrollaban en el partido. Es decir, en el caso concreto del supuesto acoso sexual cometido por García Gascón contra tres mujeres militantes, la aplicación del acuerdo, si es que todavía sigue vigente, podría ser invalidada.
Es más, el hecho de activar el mencionado compromiso podría ser, incluso, constitutivo de un delito de encubrimiento. A este respecto, resaltan las fuentes jurídicas consultadas, no hay deber de confidencialidad para tales comportamientos.
“Carácter indefinido”
Con respecto a la duración de dicho acuerdo, la formación morada señaló que “tiene carácter indefinido”. Es más, Podemos indicó que si, previamente a su firma, la persona hubiera tenido acceso a “cualquier tipo de información”, esta sería considerada como “confidencial” salvo aquella, volvió a precisar el escrito, que “expresamente” fuera calificada como “de libre uso y/o divulgación pública”. Es decir, aplicó un carácter retroactivo a aquello que consideraba confidencial.
¿Y qué ocurría si la persona conocedora de una información reservada, y que suscribió este acuerdo, se marchara de Podemos? La respuesta es que no podría revelar nada que la organización calificara como secreto.
El partido lo explicó de la siguiente manera: “Al finalizar la relación laboral, de prestación de servicios o de colaboración militante con los órganos internos de PODEMOS o al cesar la autorización de acceso a datos personales, el/la firmante de este documento se obliga a guardar secreto respecto a toda la información confidencial y datos personales a que haya tenido acceso y devolverá a las personas responsables del partido toda la documentación que haya recibido, comprometiéndose a la destrucción o devolución de cualquier copia de información confidencial, datos personales, documentos internos, mensajes de correo, claves, llaves o tarjetas de acceso que hubiera recibido o creado durante su colaboración, independientemente del soporte o formato en el que se encuentren almacenados”.