Dicen sus compañeros de partido que Pilar Bernabé es una política de las de antes, de las de salir a la calle. Y ahora, de las de meterse en el barro. La delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana se ha convertido “en la voz del pueblo” -afirma un dirigente socialista- durante la recuperación tras la devastación ocasionada por la dana el 29-O. Su gestión resuena en el partido y los rumores internos sobre un su futuro se han disparado. Su carrera, que comenzó al calor de las asambleas, entre pancartas y reuniones vecinales, convencida de que el cambio solo podía lograrse desde la acción colectiva y el compromiso social, podría estar cerca de dar nuevos giros.
Una vida de feminismo y lucha política
Nacida en 1979 en el barrio de Patraix, en València, Bernabé siempre estuvo vinculada al movimiento vecinal y a las entidades sociales. Desde sus 18 años soñaba con un barrio mejor, con una ciudad más justa, y con un futuro donde la igualdad no fuese una promesa, sino una “realidad palpable”. Inició su carrera profesional en 2001, compaginando sus estudios universitarios en Filología Hispánica y Comunicación Audiovisual por la Universitatde València con diversas responsabilidades en el ámbito político. En 2006, comenzó a desempeñar tareas en la política valenciana como asesora de la mesa en las Corts, asesora municipal y jefa de gabinete de la actual vicealcaldesa de València.
De 2019 a 2022, Pilar Bernabé fue cuarta teniente de alcalde en el Ayuntamiento de la ciudad. Durante este período, asumió la responsabilidad de cinco concejalías: Desarrollo Innovador de los Sectores Económicos y Empleo, Deportes, Emprendimiento e Innovación Económica, Formación y Empleo, y Envejecimiento Activo. Estas funciones la llevaron a presidir organismos como el Patronato y el Consejo Permanente de la Fundación València Activa, así como la Fundación Deportiva Municipal, además de participar como vocal en entidades como la Junta Central Fallera y la Universidad Popular.
En junio de 2022, Pilar Bernabé fue nombrada delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, un cargo que asumió con el compromiso de servir a los ciudadanos desde “la proximidad y la eficacia”. Desde entonces, ha enfrentado varios retos, como el incendio del edificio de Campanar, donde ya se comenzó a vislumbrar su naturaleza humana y cercana. Pero ha sido en la gestión de la recuperación tras la devastación ocasionada por la DANA del 29 de octubre, cuando cargos consultados por Artículo14 empiezan a susurrar un “muy posible y notorio ascenso”.
Otras voces, en este caso la de Pedro Sánchez, han manifestado a todo volumen su satisfacción con Bernabé. El presidente del Gobierno, tras la rueda de prensa sobre las ayudas a la zona afecta este lunes, 30 de diciembre, manifestaba: “Mi reconocimiento es al trabajo que hace una persona como la actual delegada del gobierno en la Comunitat. Está haciendo un trabajo extraordinario”. Para Sánchez, las instituciones “las componen personas, las lideran personas” y ella, “desde el primer minuto de esta crisis está a la altura de sus responsabilidades”. Por tanto, ha defendido, “representa de manera rotunda al Gobierno de España en cuanto a valores, compromiso y dedicación”. Estas palabras que apuntalan su labor en alza como referente del socialismo valenciano.
Dos son las opciones que más se comentan. O la de candidata a la ciudad de Valencia o incluso a la Generalitat, dejando así sin opciones a la ministra Diana Morant. Aunque no hay una confirmación oficial, el hecho de que ella haya mantenido una posición destacada dentro del PSOE y haya ganado relevancia en momentos de crisis orgánica dentro del partido, hace que se le vea como “una posible candidata a liderar el socialismo valenciano en el futuro”, confirman fuentes del partido.
Su llegada a la Delegación
En el caso de Pilar Bernabé, su nombramiento como delegada del Gobierno se produjo en un momento en el que el Consell cambió de color, lo que incrementó su relevancia como referente del socialismo valenciano. A pesar de los desafíos internos que vivió el PSOE en la Comunidad Valenciana, Bernabé logró mantener su visibilidad y su influencia, consolidándose como una figura clave dentro de su partido. De esta manera, el cargo de delegada, lejos de ser un simple puesto administrativo, se ha convertido finalmente en una plataforma desde la cual ha reforzado su perfil político.
La valenciana se ha convertido en uno de esos casos que, en estas catástrofes, destaca entre el caos, una persona que sin miedo se calza las botas y se lanza al vacío. Así, Pilar Bernabé es una de las únicas caras visibles que, según apuntan las fuentes internas, saldrá beneficiada políticamente tras su papel en la gestión. Hay antecedentes que concordarían con su ascenso, como el de Carmen Calvo, quien comenzó su carrera como delegada del Gobierno en Córdoba hasta que se convirtió en ministra de Cultura con José Luis Rodríguez Zapatero y, más tarde, ocupó el cargo de vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de la Presidencia con Pedro Sánchez. Parecido sucedió con Soraya Sáenz de Santamaría y María José Segarra.
Críticas del PP por su partidismo
En los dos meses de reconstrucción tras la tragedia, el barro ha sido acompañado por una tensión política en la que Bernabé está también en el centro. Principalmente, en el lado menos criticado, hasta que el debate público se ha alzado debido a las palabras de la vicepresidenta primera del Consell, Susana Camarero, quien lamentó la “utilización partidista del dolor por parte de la izquierda” tras la manifestación del domingo y el pleno del Gobierno valenciano. Camarero indicaba que “en las últimas semanas se ve que Bernabé se ha convertido en la portavoz del PSPV, ejerce de jefa de la oposición supliendo a la líder de los socialistas valencianos, Diana Morant, y utiliza su cargo como trampolín partidista para buscar una futura candidatura”.
Ante las críticas de la gestión de Mazón, la portavoz del consell lamentaba: “A Bernabé le debe gustar más la gestión del huidizo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que escapó de Valencia y no ha vuelto a aparecer durante estos dos meses”. “La delegada como codirectora del Cecopi debería dedicar todo su esfuerzo en coordinar las ayudas y las gestiones que desde el Gobierno de España deberían llegar en beneficio de los afectados en lugar de estar permanentemente en la bronca política”, reclama Camarero.