PSOE y Sumar celebran su primer aniversario tras el pacto de legislatura con la vivienda como elemento tensor. De hecho, las discrepancias en torno a este tema están enfriando tanto la relación de los socios que el portavoz de Sumar en el Congreso llegó a verbalizar un fatal desenlace para el futuro de la coalición: “La ministra de Vivienda y el PSOE deben de saber que su Ministerio se encuentra en una verdadera encrucijada de la que puede depender la legislatura”, avisó Íñigo Errejón.
En este sentido, la ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, lamentó que el Gobierno, del que ella forma parte, no esté haciendo todo lo posible para solventar el problema de la vivienda. Eso sí, aseguró que PSOE y Sumar tienen un “diagnóstico compartido”, que la vivienda es el “mayor factoría de desigualdad en España”, y de ahí la obligación de ponerse manos a la obra. Y de ahí que inste al PSOE a que cumpliera con el acuerdo de gobierno en materia de vivienda.
En Sumar no gustan las soluciones que aportan en el PSOE como los 200 millones de euros transferidos a las comunidades autónomas para el bono del alquiler joven. La ayuda trata de ayudar a la emancipación de los jóvenes con 250 euros al mes durante dos años para los menores de 35 años que cumplan determinados requisitos. Pero para los de Yolanda Díaz la medida apenas tiene beneficiarios: “El bono, en lugar de solucionar el problema estructural del acceso a la vivienda, abre la posibilidad de que fondos públicos pasen a manos de los rentistas, que continúan subiendo los precios”, señaló Sumar a través de declaraciones remitidas por escrito.
Además, están muy molestos con los últimos traspiés de la ministra de Vivienda. Por un lado, Rodríguez apeló a la “solidaridad de los caseros” para contener los precios del alquiler. Algo que desde Sumar tildaron como un “insulto a la inteligencia”. También amenazó con quitar ayudas estatales a las “comunidades autónomas insumisas” que no declaren zonas tensionadas de alquiler para poder activar las medidas que recoge ley de vivienda y topar los precios. Luego reculó, tras las críticas de la mayoría de las comunidades del PP: “No se trata de castigar a las insumisas quitándoles fondos, pero sí premiar a las que lo están haciendo bien”. En Sumar no sentó bien este matiz. Son partidarios de retirar ayudas públicas a aquellas comunidades que no cumplan la ley y según aseveró Díaz “esto funciona”.
Por eso, este jueves los socios de Gobierno mirarán con lupa a la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez. Tal y como anunció Errejón esperan mucho de la cita: “Las propuestas en este sentido tienen que ser contundentes, la disyuntiva, muy clara: o con la Constitución o con la especulación, o con el derecho a la vivienda o con el derecho a hacer negocios”. Continuando con el tono desafiante mostró la expectación ante las medidas que anuncie este jueves Rodríguez: “Pero espero que no sean bromas de mal gusto (…) ni globos sonda”, aseveró.
En Sumar son claros: “Ya sabemos lo que tenemos que hacer, sabemos que en el corto plazo hay que intervenir el precio de la vivienda. En el medio tenemos que hacer el diseño de un parque público de viviendas, de alquiler social, que España no tiene. (…) Yo siempre digo que lo que hay que hacer en la vivienda es como una especie de reforma laboral, pero en materia de vivienda”, sentenció Díaz.
Para acrecentar la presión, los de Yolanda Díaz este miércoles se acercaron al PP. Pactaron con los populares abstenerse en una votación promovida por los de Feijóo para que el Congreso tenga que autorizar el envío de armamento militar a países en guerra. A cambio, Sumar contó con el voto a favor del PP para una iniciativa sobre las cláusulas abusivas de las hipotecas. La votación habría salido adelante sin los votos del PP, pero los de Díaz prefirieron contar con los máximos apoyos posibles en la votación y “dar un toque al PSOE” justo horas antes de que la ministra comparezca.
Podemos, también amenazante
Por otro lado, en Podemos también amenazan con retirar los apoyos en la legislatura si no cumple el PSOE con las medidas que ellos imponen. Son más concretos y supeditan directamente su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado a que el Gobierno se comprometa a bajar en un 40% los alquileres de todas las ciudades con más de 200 mil habitantes.
Si cualquier medida que quiera llevar el PSOE al Congreso antoja una negociación escalofriante por la débil minoría en la que gobiernan, en materia de vivienda el reto es aún mayor porque ni si quiera sus socios habituales son garantía. Es más, tal y como están las cosas podría ser un motivo de crisis interna total.