“Una declaración ejemplar como investigada”. Así califican las fuentes consultadas por Artículo 14 la comparecencia este miércolesde Cristina Álvarez, la asesora de Begoña Gómez y quinta imputada en el caso que indaga en la vida profesional de la mujer del presidente del Gobierno. El juez Juan Carlos Peinado le investiga por dos delitos: tráfico de influencias y corrupción en los negocios. A su entrada, Álvarez no medió palabra ante los medios de comunicación que la esperaban a las puertas de los juzgados de Plaza Castilla. Pero ella y su abogado, José María de Pablo, tenían muy claro cómo proceder.
En primer lugar, se quejó ante el juez de que no conocía los hechos por los cuales se le imputaban esos dos delitos, debido a la escueta explicación que dio Peinado en el auto en el que pasó de testigo a investigada. Así que el juez envió a la asesora de Moncloa a Secretaría para que se le informara de esos hechos.
Tras ello, y pese a tener su imputación recurrida porque considerar que Peinado le tendió “una trampa”, Álvarez optó por declarar, pero solo respondió a las preguntas de su abogado. Según afirmó, no interfirió en ningún funcionario público para que se valiera ni ella, ni un tercero. Eso sí, reconoció que después de la concesión de la ya famosa cátedra de Gómez, le ayudó con la gestión de la misma.
De hecho, hay correos electrónicos que ella envió a responsables de empresas pidiendo financiación para la Cátedra que dirigía Gómez lo que ella misma calificó en su testifical como “un favor de amiga”.
Sin embargo, como no respondió a las preguntas de más letrados, no se pudo indagar más en sus funciones, tampoco en si su nombramiento fue a dedo. En su declaración de diciembre, aseguró que fue la mujer del presidente quien le llamó para que ella ocupase el puesto cuando éste llegó a la Moncloa.
Precisamente por eso estaba llamado a declarar este miércoles como testigo Alfredo González, el entonces vicesecretario de Presidencia, que se encargó de firmar en julio de 2018 el nombramiento de Álvarez. Curiosamente, González, alto cargo del palacio de la Moncloa, aseveró ante el juez que “nunca se le había visto por las dependencias de Moncloa”. Tampoco recordó quién le ordenó contratar a Álvarez ni recuerda si le entregaron un curriculum.
La hermana de la asesora
Otra de las declarantes de la jornada fue la de Blanca de Juan, la coordinadora de la Complutense encargada de la cátedra y los dos másteres que dirigía Gómez en la Universidad. Peinado vio relevante llamarla porque mantuvo una estrecha colaboración con la mujer de Sánchez y reconoció que muchas reuniones de trabajo se realizaban en la Moncloa para facilitar la logística del equipo de seguridad de Gómez.
En su testifical, en línea con lo que declaró Gómez, aseguró que el software por el que Peinado le imputó un delito de apropiación indebida no estaba ni si quiera desarrollado al 100% para ser vendido. Además, ratificó que ella dejó su puesto en 2023 y su sustituta no fue otra que la hermana de Cristina Álvarez, Esther Álvarez, tal y como avanzó este periódico.
Por último, también estaban citados este miércoles los responsables de Indra, Google, Telefónica. Las tres compañías que financiaron el software que quería usar Gómez como herramienta didáctica. Costó 150.000 euros y el juez sospecha que tras su desarrollo Gómez intentó inscribirlo a su nombre apropiándose ilícitamente de él, pese a que ella negó en su última declaración negó que quisiera “lucrarse” con la herramienta y pese a que hay correos electrónicos de la Oficina de Patentes del centro guiando a Gómez a que inscribiera el dominio a su nombre.
Sergio Oslé, el número dos de Telefónica, fue citado como testigo porque en la declaración de enero de Nicolás Oriol, director jurídico de Telefónica España, dijo que Rosauro Varo -el enlace entre la compañía y Gómez- organizó dos reuniones con Oslé y Pellete en la sede la empresa en diciembre de 2021 y enero de 2022.
Peinado este miércoles, antes de tomar declaración a Oslé, le hizo escuchar todo lo que dijo Oriol. Las fuentes consultadas cuentan a este periódico que ratificó la declaración, pero puso matices. Dijo que José María Álvarez Pallete, hasta el mes pasado CEO de la compañía de telecomunicaciones, se pasó a saludar en aquel encuentro porque intuyó, debido al revuelo de seguridad, que había llegado una personalidad “importante” a la sede de Telefónica. “Fue una testifical medida para respaldar la versión de Gómez”, aseguran las fuentes consultadas . Cabe recordar que la compañía acabó ayudándolos con recursos valorados en 55.000 euros.
Por su parte, las testificales de Google e Indra se volvieron a suspender porque los responsables de las empresas no llevaban los papeles necesarios para poder representar a las compañías en sede judicial.