La apertura del año judicial del año 2024/25 ha significado un paréntesis de tranquilidad tras un lustro de negociaciones sin llegar a puerto para nombrar presidente del Consejo General del Poder Judicial.
El discurso de Isabel Perelló este jueves, desde el Palacio de Justicia, ha sido recibido por el mundo de la judicatura como un bálsamo de respaldo a su trabajo tras un periodo intenso de ataques por parte del Gobierno tras la imputación de la mujer del presidente, Begoña Gómez. El mensaje de Perelló fue clave: “Ningún poder del Estado puede dar indicaciones ni instrucciones a los jueces sobre cómo han de interpretar el ordenamiento jurídico”. La juez hizo expresamente un “llamamiento a las diferentes fuerzas políticas” en este sentido, y apeló a la “necesidad de evitar ataques injustificados, que pueden llegar a socavar la legitimidad y la reputación de la Administración de Justicia o de sus integrantes”.
Fuentes judiciales del Alto Tribunal, en conversación con Artículo14, expresaban su conformidad con este mensaje de apertura, que definían como un “mensaje firme con guante de seda”. Pese a que el perfil de Perelló se incline más hacia el sector progresista, ha conseguido que, inicialmente, los magistrados de ambos lados estén satisfechos con el nombramiento, para el que fue necesario que 16 vocales -entre 10 magistrados conservadores y otros tantos progresistas- votasen a favor. “Da igual de donde venga, lo importante es la persona“, consideran. “Y ella tiene una alta capacidad de consenso y de tender puentes, es muy recta”.
“Ella es consciente de que vienen años muy difíciles”
La nueva presidenta es consciente del gran reto que tiene por delante. Desde su entorno más íntimo cuentan que la magistrada catalana, que se ha alzado con la gesta histórica de ser la primera mujer en presidir el Tribunal Supremo y el Consejo General del Poder Judicial, sabe que “vienen años muy difíciles”, en los que tendrá que demostrar que su carta de presentación ayer ante el país es una realidad. Al hito histórico se une que, también por primera vez, el Tribunal Supremo podría imputar a un Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, por presunto delito de revelación de secretos sobre el novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Él mismo, en su discurso previo al de la presidenta, advirtió del “peligro” de las acusaciones populares y cargó contra lo que él considera “la desinformación”.
A esta coyuntura en su debut se añade el colapso de asuntos jurídicos en el Tribunal ante la falta de cobertura de las vacantes de plazas de los jueces de Sala, tarea prioritaria que Perelló tendrá que acometer. Según informan desde este círculo, la magistrada ha transmitido internamente que lo hará “con independencia” y atendiendo a “razones de meritocracia”.
‘Amadrinada’ por Robles
Que a Perelló y a la ministra de Defensa les une una gran amistad es un hecho que, la propia Margarita Robles no oculta: “La conozco bien y sé su compromiso con la justicia, con los ciudadanos y con la carrera judicial, es una mujer muy trabajadora y muy competente”, declaró ante los periodistas cuando se conoció su nombramiento a comienzo de semana. No obstante, desde el mundo de la Justicia se transmite que es importante que Perelló aparque esa imagen de estar amadrinada por Robles, ya que va en detrimento de la imagen de imparcialidad que busca Perelló.
Desde el principal partido de la oposición, el Partido Popular, también se transmite conformidad con el nombramiento de la magistrada. “Es un buen día el de hoy”, transmitían fuentes del partido, “ya que es un acto en el que la nueva presidenta no ha seguido el guión de Sánchez, como en cambio sí ocurre en otras instituciones, como el Banco de España, o el Banco de Sánchez”.