Presupuestos

Sánchez y Puigdemont pactan hacer de La 2 en Cataluña una “nueva TV3”

El acuerdo, al que ha tenido acceso Artículo14, contempla que RTVE dote al segundo canal de "una estructura propia en Cataluña para convertirla, de manera paulatina, en un canal específico con emisión en lengua catalana"

“Muevan el culo y paguen lo que deben a los catalanes”. Así de explícita se mostró el miércoles la portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras, a la hora de exigir a Pedro Sánchez contraprestaciones a cambio de que los independentistas catalanes aprueben los Presupuestos.

El discurso público de la mano derecha de Puigdemont choca con la buena sintonía que existe en privado con los negociadores del presidente. De hecho, en el último mes se han atendido varias de las demandas de Waterloo entre las que destaca un pacto sobre RTVE en Cataluña al que ha tenido acceso Artículo14 y que ha liderado la propia Nogueras.

En el acuerdo se establecen una serie de “compromisos de promoción de la lengua catalana” en el que se incluyen medidas que van desde el aumento del porcentaje destinado a la financiación anticipada de producciones cinematográficas a asegurar la emisión en lengua catalana de los contenidos infantiles propios de su canal “Clan TV” en Cataluña. Para ello, la Corporación RTVE aumentará del 15% al 25% la reserva de cuota establecida en el artículo 118.1 a) 1º de la Ley 13/2022, de 7 de julio, General de la Comunicación Audiovisual.

El objetivo, según consta en el texto, es dotar a La 2 de una estructura propia en Cataluña para convertirla, de manera paulatina, en un canal de televisión específico de esta comunidad con emisión en lengua catalana. La implantación de la programación en lengua catalana, según establece el acuerdo, se realizará de manera progresiva teniendo como objetivo alcanzar el mayor porcentaje posible en función de las disponibilidades del propio centro de Sant Cugat.

Para llevar a cabo cada uno de los puntos en el documento se especifica que se aumentará la inversión destinada al citado centro territorial que cuenta con 800 trabajadores en los próximos dos años.

Puigdemont quiere hacer de La 2 una “nueva TV3” según reconocen a este medio desde el entorno del expresidente catalán. El desembarco de Salvador Illa ha restado influencia a Junts en el ente público autonómico que ha servido de altavoz al soberanismo.

Productoras afines

Junts pretende dar cabida en RTVE a las productoras afines que hasta ahora han estado en TV3 y que previsiblemente verán mermada su presencia si Illa intenta profesionalizar el canal autonómico. El hecho de que se aumente la producción en catalán va directamente ligado a la contratación de empresas audiovisuales “amigas” como Mediapro de Tatxo Benet, para quién el prófugo es un “exiliado”, o Minoria Absoluta de Toni Soler.

Al margen del discurso político de confrontación, Puigdemont necesita ir colocando peones en la administración aunque sea de forma interpuesta, dado que Junts no gobierna ni la Generalitat, ni el Ayuntamiento de Barcelona ni la Diputación.

En clave doméstica el acuerdo con el Gobierno sobre RTVE en Cataluña supone un tanto de Junts frente a ERC. Los republicanos siempre han afeado a Puigdemont que circunscriba sus negociaciones con La Moncloa a “intereses personales” sacando pecho por haber logrado una mayor financiación para Cataluña o la transferencia de Rodalies.

Además del acuerdo de RTVE desde Junts se da prioridad al desembarco en otras instituciones del Estado como Renfe o la gestión del aeropuerto de Barcelona donde esperan nombrar cargos. El modelo es el que se ha hecho con la entrada del comunicador de TV3 Miquel Calçada, “Mikimoto”, en el consejo de la radiotelevisión pública.

También Puigdemont espera cerrar antes de fin de año la transferencia de las competencias de inmigración, que es otra de las exigencias a Sánchez para apoyar los Presupuestos que está previsto se voten en el Congreso en primavera de 2025.

Mientras en el Congreso Junts jalea a los ministros, entre bambalinas se va tejiendo una red de pactos que abren el paso a que los soberanistas catalanes vuelvan a votar in extremis con el Gobierno. Por el momento el principal escollo es como aunar los intereses de Junts y Podemos en el caso del impuesto a las energéticas. Sólo puede ganar uno y eso supone que Sánchez pierda.