Allá por 2017 el asunto del pluriempleo de María Dolores de Cospedal trajo cola en el PP. En aquel momento la hoy expolítica aglutinaba un buen fardo de responsabilidades: número dos de Mariano Rajoy en el partido, presidenta de los populares castellanomanchegos y ministra de Defensa. Ese triple desempeño llenó buenos ratos de tertulias en los bares que rodean Génova, en los pasillos de las Cortes y también en los platós de televisión. Ahora Cospedal tiene quien la suceda en eso de ser una parlamentaria multitarea.
María Jesús Montero ha expresado delante de un micrófono lo que llevaba días aventando la prensa y finalmente se meterá en un jaleo que en principio no le seducía nada. La vicepresidenta, titular de Hacienda, número dos del PSOE puede añadir en breve otra medalla a su pechera y convertirse en líder de los socialistas andaluces.
El que puede ser su rival por el puesto, el catedrático de la Universidad de Sevilla Luis Ángel Hierro, ya le ha afeado el acopio de cargos y la ha invitado a despojarse de sus responsabilidades en Ferraz y Moncloa “si de verdad” quiere liderar la federación más populosa del PSOE.
También en Sevilla y provincias aledañas hay quien se pregunta si a Montero le quedará tiempo entre Presupuestos, negociaciones con Puigdemont y cuitas internas para dedicarle algo de cariño a los socialistas andaluces. La que sí la ha bendecido es la última baronesa que tuvo mando en plaza por aquellos lares; Susana Díaz ha asegurado que la apuesta es “arriesgada y valiente” porque supone enfrentarse a una “tarea de reconstrucción del partido ingente”.
Montero y Espadas
De momento, Montero se ha presentado mirando a las próximas elecciones para presidir la Junta que deberían ser en 2026: “Las vamos a ganar”. También ha lanzado un mensaje a los suspicaces diciendo que “no vuelvo porque nunca me marché, siempre trabajé y sigo trabando para y por Andalucía”.
La vicepresidenta tuvo que mover su acto previsto en la sede provincial a un hotel sevillano debido a la gran afluencia de militantes que querían escuchar y dejarse ver en su puesta de largo. Entró en la sala con los bafles a punto de reventar soltando canciones de Medina Azahara y su imagen y su voz denotaron lo que nos cuentan fuentes de su entorno; que está contenta, ilusionada, que la decisión de dar el paso la tomó ella y que en todo momento los movimientos han estado coordinados: “Espadas ha sido un caballero que ha hecho un trabajo muy importante y Montero contará con él”.
Las mismas fuentes descartan que por el momento la vicepresidenta deje la vicesecretaría que ostenta en Ferraz y que la coloca como la segunda al mando por debajo de Pedro Sánchez: “Todos los cargos son compatibles, pero en el futuro ya se verá”.
Su talón de Aquiles
Esa simbiosis con el presidente del Gobierno es para el PP el talón de Aquiles de la candidata Montero. En Génova aseguran que al optar por la vicepresidenta para dirigir la federación andaluza Sánchez se ha lanzado a “una faena de puerta grande o enfermería”. En el entorno de Feijóo ven poco margen para que la vicepresidenta “que ha negociado el cupo con ERC o que va a sentarse a hablar de cuentas con Puigdemont pueda robarle apoyos de centro andaluces al presidente Moreno”.
Así que de momento tanto en Génova como en San Telmo hacen por mostrarse tranquilos, aunque a la vez reconocen que Montero “no es Espadas” y que la vicepresidenta tiene mucho más colmillo político que su predecesor.
Antes de que se meta completamente en harina andaluza la vicepresidenta tiene otro Everest pendiente. Su equipo reconoce que la obsesión que la mueve ahora mismo es lograr los Presupuestos que terminen de solidificar la legislatura. “La tarea es muy complicada, pero antes de dedicarse a Andalucía va a tratar de sacar las cuentas, claro que sí”.