El Ministerio de Sanidad cree que no hay que hacer grandes cambios en los protocolos para prevenir contagios de mpox o viruela del mono, redactados en 2022 y actualizados el pasado año. “El sistema funciona”, es la idea que han transmitido este martes a las comunidades autónomas en una reunión técnica (ponencia de alertas). Y la que pretenden destacar este miércoles, ya frente a la Comisión de Salud Pública, que reúne a los directores generales de cada una de las regiones, para valorar posibles modificaciones en los protocolos de vacunación y reforzar la vigilancia.
Entre las modificaciones que contempla, el departamento de Mónica García sopesa controlar las aguas residuales de los aeropuertos de Madrid y Barcelona, esto es Barajas y El Prat. Es decir, monitorizar la evolución del virus en ambas infraestructuras, de forma “similar” a “como se hizo con el Covid”, precisan fuentes de Sanidad a Artículo14. Hasta ahora habían deslizado que estudiaban hacerlo en las grandes ciudades, no así en los principales aeropuertos del país.
Es uno de los escasos cambios en los protocolos que hoy estudian, junto con la mejora de la coordinación entre administraciones y con un nuevo esfuerzo para informar a los viajeros que visiten las zonas más afectadas. También apuestan por reforzar la vacunación de la población que fue inoculada con la primera dosis (cerca de 40.000 personas), y que no llegó a ponerse la segunda (aproximadamente 20.000).
En el Ministerio se curan en salud y ya advierten de que la vigilancia de las aguas fecales que hoy contemplan “no es lo que pedía” la Comunidad de Madrid. El pasado jueves, Isabel Díaz Ayuso reclamó aumentar los controles en el aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas, si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) no recomiendan de momento implantar restricciones de viaje o controles en las fronteras.
Sanidad anticipa un nuevo choque con el PP de Ayuso y precisa que, si la Comunidad de Madrid quiere adjudicarse el mérito de este planteamiento, tras constatar que los dos organismos internacionales no apuestan por hacer test en fronteras, el Ministerio seguirá “trabajando con rigor”. “No va a haber control de fronteras”, inciden. Este martes, una de las comunidades autónomas volvió a apostar por esta vía, y aseguran que los expertos presentes la desaconsejaron.
La reunión de la ponencia de alertas, según estas fuentes, “fue bien” y no hubo escenificaciones de grandes divergencias. Otra cosa es que, a posteriori, las comunidades autónomas o el Gobierno entren en batalla comunicativa para vender sus respectivas versiones. La semana pasada, la OMS declaró la emergencia sanitaria internacional por el aumento de casos diagnosticados especialmente en la República Democrática del Congo (RDC), debido a la extensión de una nueva cepa “más grave” que la anterior.
No comparecerá la ministra
En una de las semanas de mayor parálisis política del año, en el Ministerio aseguran estar trabajando casi a pleno rendimiento. García, a la que el PP quiere obligar a comparecer en el Senado, participa a diario en reuniones con su equipo, según fuentes de su departamento. Están “en permanente contacto” con la OMS, y siguen de cerca la situación, con informes diarios del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CAES).
Dicho esto, no está previsto que sea la ministra quien comparezca públicamente este miércoles, sino que en principio se optará por un perfil más técnico, como el del director general de Salud Pública, Pedro Gullón. Lo que sí tenía en la agenda García es una entrevista radiofónica.
Sanidad sostiene que puede dispensar un total de 2.000.000 de dosis de la vacuna, pero hoy apenas se estima en 50.000 el número de personas con mayor riesgo. En España, en los últimos 10 días, se han notificado diez casos, todos con el clado de la antigua variante. En todo 2024 se han diagnosticado 268 casos, que suman un total de 8.108 positivos desde 2022. La semana pasada, Suecia confirmó el primer caso de la nueva variante, más grave que la anterior.
La virulencia de la pandemia de Covid-19 cogió desprevenidos al Ejecutivo español y a la mayoría de Gobiernos europeos, y en este caso afirman estar alertas, pero rechazan cualquier comparación entre los dos escenarios. Todas las administraciones miden sus pasos, tratando de evitar el alarmismo, pero todas recuerdan el cruento enfrentamiento entre el Gobierno central y la Comunidad de Madrid durante la pandemia. De momento, todas las partes están muy lejos de acercarse al mismo nivel de decibelios.