Moncloa se niega a informar a Feijóo pese a la creciente tensión internacional

En Génova siguen esperando la llamada. Pese a la escalada de tensión internacional, ni Pedro Sánchez ni José Manuel Albares se han puesto en contacto con sus interlocutores en el principal partido de la oposición. Tampoco ningún otro miembro del gabinete. “Nada”, desvelan las fuentes consultadas por Artículo14. “Es una absoluta irresponsabilidad que retrata al Gobierno y que provoca la tentación de convertir también la política internacional en una cuestión partidista”, resume un ministro de la época de Mariano Rajoy.

El cabreo de los populares coincide en una semana marcada con varias reuniones clave en las que se decidirá, entre otras cosas, qué pasos dará Europa después de que Donald Trump esté negociando “la paz” con Rusia, dejando fuera de las conversaciones a Ucrania y Europa. La ausencia de información es tal, que tan sólo dos horas antes de celebrarse la reunión de “urgencia” convocada en París para afrontar la situación, el portavoz del PP, Borja Sémper, reconocía “no saber la posición de España al respecto”.

En estos temas, subrayó el portavoz en comparecencia de prensa este lunes, “lo normal es compartirlo con el principal partido de la oposición, pero aquí no ha llamado nadie”, recalcó ante los periodistas. En el equipo de Esteban González Pons, el responsable de política internacional de los populares, confirmaron este extremo.

De hecho, desde la dirección del PP aseguran a este periódico haberse enterado “por los medios de comunicación” de temas tan importantes como la posibilidad de enviar tropas de España hacia Ucrania. Una opción ya descartada por el ministro de Asuntos Exteriores, pero de la que Feijóo se enteró por la radio. “Nadie está planteando en estos momentos enviar tropas a Ucrania”, afirmó el ministro en una entrevista en Onda Cero, donde reconoció que la paz todavía “está muy lejos” porque Putin piensa seguir con su “guerra de agresión”.

Ante la ausencia de interlocución con Moncloa, Feijóo busca la información a través de sus colegas europeos. Así, el líder de los populares mantendrá una reunión con los líderes del PP europeo “para abordar la situación y la respuesta” a la crisis internacional. La reunión, aseguran desde la dirección, será una “cumbre informal y extraordinaria“, que se celebrará por videoconferencia y será presidida por el alemán Manfred Weber.

Distancia con Vox por los aranceles

El devenir de Ucrania no es la única fuente de tensión internacional. A España también le afecta la guerra arancelaria, declarada por Trump a sus socios comerciales. Y, sobre ello, Feijóo ha tenido que pasar de la ambigüedad a mostrarse contrario a los planes del mandatario norteamericano. De hecho, no ha dudado en distanciarse de Vox al respecto.

Feijóo visitó a agricultores en Lleida y este mismo martes hará lo propio en Librilla, Murcia. “Nosotros hemos defendido siempre un mercado abierto y libre. Estamos en contra de la imposición de aranceles en el mercado internacional”, afirmó Sémper. En este contexto, fuentes del equipo de Feijóo aseguran que lo mejor es abordar este problema “con inteligencia y diplomacia”, que a su juicio pasa por un punto medio entre el “protrumpismo” defendido por Santiago Abascal y el “antitrumpismo” del que, aseguran, hace gala el Gobierno.

“No voy a ser ni de los que faltan el respeto a los presidentes de países democráticos ni de los que callan cuando nuestros sectores productivos están en riesgo”, afirmó recientemente el líder de los populares. “No soy como el PSOE o Vox: ni insulto al presidente de los Estados Unidos ni soy cómplice de algunas de sus decisiones que no compartimos”, subrayó en un intento por situarse a mitad de ambas posiciones.

Para el PP posicionarse respecto a Donald Trump es complicado. ¿Por qué? Porque en Génova son conscientes de la simpatía y de los recelos que, en la misma intensidad, levanta el presidente de Estados Unidos entre su electorado. Hace apenas un mes, González Pons definió al mandatario como “un macho alfa de una manada de gorilas”, lo que obligó a Feijóo a desautorizarle.