El Ala oeste de Moncloa

Moncloa mantendrá sus contactos discretos con Junts: “Nada se ha roto”

En Moncloa y Ferraz respiraron aliviados tras escuchar a Puigdemont y relativizan sus palabras, aunque asumen que se aleja un poco más la aprobación de los Presupuestos

Otra vez pendientes del streaming. Este viernes en Ferraz y Moncloa tenían la sensación de estar viendo una película que se repite hasta la saciedad. De nuevo Carles Puigdemont compareciendo tras una reunión de la cúpula de su partido, de nuevo cantándole las cuarenta al Gobierno, de nuevo apretando, pero sin ahogar de forma definitiva.

Había expectación por ver cómo reaccionaban los independentistas después de que la Mesa del Congreso metiera en el refrigerador su exigencia de que Pedro Sánchez se someta a una cuestión de confianza. El expresident se plantó ante el micrófono y empezó muy a tope, pero luego fue matizando. “Suspendemos las negociaciones políticas con el PSOE en cuestiones sectoriales”, soltaba en un mensaje que parecía cortar de raíz cualquier posibilidad de sentarse de nuevo con los socialistas, pero de inmediato les emplazaba a una “reunión urgente y extraordinaria del mecanismo de Suiza”.

Al escuchar esas palabras en Ferraz resoplaron tranquilos porque constataron que “seguimos en lo mismo”. “Nada se ha roto”, expusieron. La comparecencia de Puigdemont completa sirvió para evidenciar que Junts no se levantará de las mesas que tratan de desbloquear la amnistía, la cesión de las competencias de inmigración o el uso del catalán en las instituciones europeas.

Antes de que acabara la intervención del prófugo ya volaban los wasaps para felicitarse de que la maniobra en el Congreso para bloquear la cuestión de confianza había conseguido lo que perseguía; tiempo. Fuentes del Ejecutivo subrayan que Puigdemont no ha provocado la voladura total que algunos preconizaban. En cualquier caso, los socialistas van con mucho tiento para no provocar el rebote de Junts. El mensaje que se escucha en público es que Moncloa sigue determinada a cumplir todos los acuerdos, a seguir dialogando y a respetar la posición de los exconvergentes.

Para mayor descargo de Sánchez y los suyos el expresident también fue cristalino en sus calabazas al PP: “Una moción de censura sirve para buscar un Gobierno alternativo que genere más confianza, un Gobierno alternativo con Vox, que nos pide decenas de años de prisión, es difícil de explicar”. Tras una semana de cortejo incisivo de Alberto Núñez Feijóo quedaba constatado que Junts no está por la labor de sumarse a una maniobra que podría devenir en unas elecciones que a tenor de las encuestas provocarían que los independentistas perdieran toda su capacidad de influencia en el Congreso de los Diputados.

“Las conversaciones seguirán de forma discreta”, sentencian desde la parte socialista, donde no aclaran si Sánchez se incorporará en algún momento a dichas negociaciones desbloqueándolas con una foto junto a Puigdemont en territorio neutral. Lo único que recuerdan es que el presidente se ha mostrado proclive a hacerlo, pero el expresident le ha quitado importancia a esa instantánea: “Al presidente Sánchez no le hace falta reunirse conmigo para desencallar la situación”. El líder independentista reconoció el viernes que no ha tenido “ninguna conversación, ni directa ni indirecta”, con el jefe del Ejecutivo “ni telefónica ni por mensajería”.

Así que después de la bomba todo continuará como estaba. Habrá reunión en Suiza, algo que no es novedad porque -como recuerdan desde Ferraz- “se han estado celebrando todos los meses”. Los Presupuestos seguirán parados y su aprobación se alejaría hasta la primavera, algo que tampoco es nuevo: “La negociación presupuestaria con Junts estaba detenida a la espera de que resolvieran las cuestiones pendientes”, y se seguirá hablando de las carpetas abiertas después de que Puigdemont evidenciara que no está por la labor de cerrarlas.