¿Puede Pedro Sánchez cumplir con el compromiso de incrementar hasta el dos por ciento del PIB el gasto de defensa sin aprobar nuevos Presupuestos? La respuesta es que lo va a intentar. En Moncloa ya trabajan en el escenario de mantener las cuentas prorrogadas y empezar a esbozar las de 2026.
El acuerdo con Junts en materia de inmigración sirvió para dar una bocanada más a la complicada mayoría parlamentaria pero no es garantía de que los de Carles Puigdemont voten “sí” a unos Presupuestos que aún ni se han presentado pese a ser un mandato constitucional.
Incluso si el Gobierno lograse los siete votos de Junts, con fotografía del presidente con el prófugo mediante, ERC ya ha advertido en público y en privado que no apoyará las cuentas. Oriol Junqueras no está por dejar caer a Sánchez, pero tampoco por ser un salvavidas previsible. La pugna del independentismo pesa. El líder de los republicanos apuesta por ir aprobando decretos que permitan resistir al Gobierno pero no darle la autonomía que supondrían unas cuentas en este momento.
Con el soberanismo catalán instalado en el “no” a Sánchez tampoco se le escapa que Podemos no pondría fácil la negociación. Pablo Iglesias es el único interesado, junto con el PP, en forzar al presidente a convocar elecciones. Los morados calculan que las urnas les devolverán el liderazgo de la izquierda. El crecimiento en las encuestas no es significativo, pero su victoria moral pasa por el hundimiento de Yolanda Díaz a la que los sondeos sí castigan fuertemente.
Sánchez y Zelenski.
A las dificultades patrias se le han añadido al presidente sus compromisos europeos. Las amenazas de Donald Trump han llevado a los 27 a acordar un fuerte incremento en materia de defensa para defender a Ucrania, ahora, y las fronteras comunitarias en un futuro. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció una inversión de 800.000 millones.
Más de 4.000 millones al año hasta el 29
El presidente se ha comprometido a dejar de estar en el furgón de cola de los países de la OTAN en inversión en Defensa. Sánchez tendrá que llegar al menos al 2 por ciento antes de 2029 como tenía previsto. Esto supondría un incremento de unos 4.000 millones extra cada año si fuese en los próximos cuatro. Si se aceleran los plazos el gasto deberá ser mayor.
Sánchez ha subrayado que desde que es presidente el gasto en defensa ha aumentado una media del 10 por ciento anual tras haberse encontrado en 2018 un gasto por debajo del 1 por ciento. Este será el argumento con el que se defenderá en la comparecencia en el Congreso para explicar los acuerdos europeos frente a los ataques del PP.
Ursula von der Leyen, recibe al líder del PP español, Alberto Núñez Feijóo, antes de una reunión este viernes en Berlín.
También le servirá al presidente para presionar a Alberto Núñez Feijóo en la reunión del próximo jueves en la que le pedirá su apoyo para sacar adelante el compromiso comunitario. No es la primera vez que el PP permite al presidente salvar la cara en lo que a gasto militar se refiere. Esta vez Feijóo, según adelanta hoy Artículo14, no garantiza su sí.
En Moncloa temen que el líder del PP busque un golpe de efecto y proponga apoyar los Presupuestos con el gasto de defensa y un compromiso de convocar elecciones el próximo año. La jugada, admiten en el entorno del presidente, sería difícil de gestionar: “Nos romperían la mayoría de investidura”. El plan del presidente pasa por ir aprobando decretos sobre gasto militar con el PP de forma aislada como en otras ocasiones.
En el plano económico las cosas no están mejor. Paradójicamente el crecimiento positivo de la economía española es un hándicap para alcanzar el objetivo marcado del 2% del PIB. Sin Presupuestos a la vista parece complicado, imposible para algunos economistas, poder hacer frente a las demandas de la UE.
¿Unos nuevos Next Generation?
El presidente espera que sea Europa la que apruebe ayudas como hizo con la pandemia para ayudar a los estados miembros a cumplir. Una suerte de fondos Next Generation de defensa. La otra vía es el aumento de la deuda pero ya está comprometido más del 100 por ciento del PIB. Los recortes no son tampoco una opción para quien busca resistir en la Moncloa cada vez con más factores en contra. Las cuentas de 2025 son imposibles y las siguientes pueden nacer muertas por las exigencias de la UE.