Volvió… y desapareció. Carles Puigdemont ha logrado escapar de la vigilancia de los Mossos d’Esquadra, dejando en evidencia la planificación y ejecución del dispositivo de seguridad diseñado para su detención durante el pleno de investidura de Salvador Illa. Este hecho ha generado una gran polémica y cuestionamientos sobre la efectividad de la policía catalana. Y también ha suscitado una retahíla de memes en las redes sociales que ha sacado más de una sonrisa.
Los Mossos d’Esquadra, liderados por el comisario jefe Eduard Sallent, habían diseñado un dispositivo de seguridad que contemplaba múltiples escenarios. Sin embargo, según fuentes oficiales, no se esperaba una huida de Carles Puigdemont. El sentimiento de “devastación” entre los policías refleja la magnitud del error. Ahora la opinión pública está llegando incluso a dudar de la legitimidad de sus actos.
Carles Puigdemont apareció a las 9:00 horas en la calle Sant Benet, rodeado de una multitud que lo acompañó hasta el Arco del Triunfo barcelonés. A primera vista, solo se veían uniformes de la Guardia Urbana controlando el tráfico. Sin embargo, había un número considerable de policías de paisano de la comisaría general de Información de los Mossos vigilando de cerca al dirigente.
¿Cómo huyó Carles Puigdemont de los Mossos?
Tras una breve intervención de cinco minutos, la organización del acto pidió a los asistentes, aproximadamente unas 2.500 personas, formar una cadena humana para acompañar a Puigdemont y otros dirigentes políticos hasta el Parlament. En este punto, se desplegó la estrategia de huida. El expresidente catalán aprovechó un panel blanco colocado estratégicamente en el escenario para salir por detrás y subir rápidamente a un coche blanco que lo esperaba. Por lo visto, ese coche blanco, modelo Honda, era propiedad de un agente de los Mossos que ha colaborado en la huida de Puigdemont. Este agente de la policía catalana está detenido en estos momentos.
Mientras las cámaras y los medios de comunicación se concentraban en seguir a otros dirigentes políticos como Josep Rull, Puigdemont ya estaba dentro del vehículo. Este se movió en varios tramos en dirección contraria y pasó por delante de la comisaría de la Guardia Urbana en la estación del Norte antes de perderse en la calle de la Circunvalación a la altura de Rodalies.
Los Mossos d’Esquadra iniciaron inmediatamente la persecución del coche, pero no lograron mantener el rastro. La situación se tornó crítica en el centro de mando de la comisaría de la calle Bolivia, donde se empezó a asumir lo que parecía imposible: Puigdemont se había escapado en directo. En estos momentos, a estas horas del 8 de agosto de 2024, nadie sabe dónde está. Ha desaparecido. Se ha volatilizado. Es un truco de magia, el último gran ‘show’ del líder de Junts per Catalunya.