El aumento del gasto en defensa no sólo tensiona a las dos fuerzas del Gobierno, PSOE y Sumar. ERC, Podemos e Izquierda Unida (dentro de la alianza de Yolanda Díaz) han intercambiado estos días reproches y dardos a cuenta de sus respectivas posiciones en un debate que, según el propio Pedro Sánchez, aún debe reposar durante meses.
El jueves, en los pasillos del Congreso, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, mandó un recado a Podemos: “No estamos de acuerdo con ninguna guerra, pero tenemos claro que la guerra está aquí y el mundo no es como nos gusta que sea, sino como es. Eso conlleva que tenemos que ser responsables y tenemos que ir más allá de la pancarta”. “En el ‘no a la guerra’ todos y todas estamos de acuerdo, pero el mundo es complejo”.
Rufián acaba de verse con Sánchez en la Moncloa, en el marco de los encuentros del presidente con los partidos políticos, a los que ha aportado contadísimos detalles de sus planes para incrementar el gasto en defensa hasta que supere el 2% del PIB, en un plazo aún por concretar. ERC, como Bildu o BNG, mostraron su rechazo a este rumbo pero modularon su discurso, mientras la líder de Podemos, Ione Belarra, acusaba a Sánchez y a todo el Ejecutivo de ser “señores de la guerra”.
También advirtió de que “cada vez es más difícil cerrar acuerdos” con “un Gobierno con quien tenemos una discrepancia tan profunda, estratégica”. Que el Ejecutivo tenga asumido este incremento es “una decisión que marca profundamente el rumbo de la legislatura”, y “va a influir en otras cuestiones que están sobre la mesa”.
La alerta de la secretaria general morada llegó precedida de su intervención en la sesión de control del Congreso, el miércoles, cuando arremetió con dureza contra la vicepresidenta primera, María Jesús Montero. La acusó estar “lamiéndole las botas” a Estados Unidos, y pronosticó que, si no cambian el rumbo, “van a ser los únicos responsables de que haya un Gobierno de derecha y ultraderecha”.
“Como se le entrega la llave a la derecha y a la ultraderecha es con el discurso y el planteamiento que usted acaba de hacer, desde una izquierda que se siente con la capacidad de repartir carnets de izquierdas al resto de grupos”, le espetó Montero. En el ala socialista del Ejecutivo y en la dirección del grupo Sumar hay voces que expresan su hartazgo. Incluso afirman que Montero, aunque fue contundente, se mostró visiblemente contenida.
Un dirigente socialista recuerda que, cuando estaban en el Gobierno, Podemos tuvo que asumir incrementos del gasto en defensa, y sin el contexto que hoy esgrime Sánchez para justificar sus pasos. Una voz destacada en Sumar sostiene que la “agresividad” de los morados evidencia que van a poner todos los palos en las ruedas, porque quieren que se adelanten las elecciones generales.
La crítica, la cautela y los recelos en la izquierda ante un escenario de mayor gasto en seguridad y defensa son comunes; lo son en ERC, en Bildu o en el BNG. Lo son en la coalición Sumar, especialmente en Izquierda Unida, Compromís o la Chunta Aragonesista.
En el grupo parlamentario de Díaz saben que en el horizonte no hay votaciones vinculantes sobre esta materia, y algunos de los partidos sopesan exigir libertad de voto si llegan a producirse. La hipótesis con la que hoy trabaja el Gobierno es que, en principio, podrán recurrir a instrumentos que puedan burlar el control de la Cámara Baja. “Lo van a hacer vía fondo de contingencia”, aventuran fuentes de la dirección morada.
Iglesias critica la “miseria moral” de Maíllo
El rol más difícil es el que debe desempeñar Izquierda Unida, partido marcadamente contrario a cualquier incremento del gasto en defensa. Nacido, además, al calor de las movilizaciones contra la entrada de España en la OTAN.
La promesa de Sánchez de que no se tocarán partidas sociales no les basta, como sí lo hace -de momento- para Díaz, y como tampoco calma a Podemos. En esto, los dos viejos aliados coinciden, porque recuerdan que los recortes no necesariamente llegarán en una primera etapa. Y están convencidos de que se terminarán produciendo.
Con las elecciones andaluzas como próxima cita electoral en el horizonte (2026), y cuando aún resuenan las palabras de Díaz apelando a la unidad de la izquierda, Podemos e IU intercambian dardos estos días. “Podemos saca un día a un general, que lo tiene, y ahora lo han escondido [Julio Rodríguez, ex jemad y dirigente morado]. Ahora dicen que son anti OTAN, y hace diez años nos decían a Izquierda Unida que eso es una antigualla”, afirmó el coordinador federal de IU, Antonio Maíllo, en Espejo Público (Antena 3).
Maíllo presenta este fin de semana su habitual informe político a su organización, y según Europa Press el texto pide a la vicepresidenta segunda “no ceder” a las “presiones” cuando toque pronunciarse sobre el incremento en defensa. En su intervención en televisión, el líder de IU admitió que es “un debate apasionado”, y fue contestado en X por el dirigente morado Pedro Honrubia, secretario de Análisis Electoral del partido de Belarra.
“La desesperación es muy mala, Antonio. Sobre todo cuando a no mucho tardar te vas a tener que retratar. Que os aproveche el Ministerio inexistente y los cuatro duros que sacáis de él, pero me da que os va a salir bastante caro al final”, espetó. “Mentir es patético pero atacar a Julio Rodríguez es pura miseria moral. Garzón ya defendió en un artículo el envío de armas a Ucrania para no perjudicar a Díaz y criticó a Podemos. Maillo hoy hace lo mismo. Buena suerte”, lanzó Pablo Iglesias, líder histórico de Podemos y hoy director del medio afín a los morados, Canal Red.
La posición de Sumar es particularmente difícil: se ve presionada por la izquierda, pero también por algunos de sus dirigentes, que son abiertamente contrarios a esta deriva. Y todo, a apenas dos semanas de la Asamblea en la que designarán a su nueva dirección. Y en la que deberán definir su camino político. El contexto es grave para todas las formaciones, pero las contradicciones hacen que, para ellos, la situación sea más que compleja.