Carlos Mazón coge aire. Al menos, así lo interpretan sus apoyos en el PP. Pese a la presión política y judicial a la que se enfrenta por la gestión de la DANA, el presidente de la Generalitat Valenciana sacará adelante los presupuestos gracias al apoyo de Vox. Un acuerdo que refuerza su posición y le permite esquivar, al menos por ahora, los movimientos internos que buscan su caída política. “Lanzamos el mensaje de que vamos a agotar la legislatura, ahora no hay dudas”, en palabras de un miembro su gabinete.
Tras el pacto en la Comunidad Valenciana, ahora la dirección nacional da vía libre al resto de comunidades autónomas pendientes de sacar sus cuentas públicas. En especial, a Aragón y la Región de Murcia, cuyos líderes mantienen canales de comunicación con los de Abascal. “Hay opciones de aprobar los presupuestos”, destacan las fuentes consultadas, tanto en la dirección nacional como en las regiones. En las Islas Baleares el contexto es bastante más complicado, al igual que en Extremadura, aunque María Guardiola logró recientemente un acuerdo con Vox en materia fiscal. En Castilla y León, Alfonso Fernández-Mañueco ya tiró la toalla y prorrogó sus presupuestos.
Mazón saca pecho
Aunque su futuro político sigue ligado a la evolución del caso judicial, o al menos eso dicen en Génova, con los presupuestos desbloqueados, Mazón deja aún más claro que no piensa tirar la toalla. “Debemos ser ambiciosos con el futuro de nuestra tierra”, afirmó tras anunciar el pacto con Vox. “Damos un paso adelante para adoptar medidas realistas y eficaces”, dijo en otro momento de su intervención, en la que no admitió preguntas. Desde el Consell son conscientes de que aprobar las cuentas en un momento tan delicado, a pesar de las cesiones a Santiago Abascal, es todo un “balón de oxígeno” para el president. “Se hace fuerte”, resumen las fuentes consultadas en su entorno.
Ha sido, precisamente, la buena sintonía entre el barón valenciano y el líder de Vox la que ha permitido sellar los presupuestos. Tal y como ha podido confirmar este periódico, la interlocución entre ambos partidos ha sido constante y, pese a las diferencias iniciales, el pacto ha terminado cerrándose sin grandes sobresaltos. “El acuerdo es nuestro, pactado desde aquí con Abascal”, reivindican desde el entorno del barón, donde se atribuyen el mérito de haber conseguido cerrar las cuentas en un momento clave para la estabilidad de la Generalitat.
Lo cierto es que en el partido de Abascal nunca han ocultado su intención de mantener a Mazón el cargo. Desde hace semanas insistían en la necesidad de “dotar de estabilidad” al gobierno valenciano, descartando cualquier maniobra que acelerara su caída. “No nos van a ver en este tipo de artimañas”, aseguraban desde la dirección de Vox. De hecho, han llegado a sugerir que si se ha retrasado la aprobación de las cuentas públicas ha sido por las reticencias de la dirección nacional.
El discurso migratorio y climático
Desde Génova aseguran que han estado “al tanto de las negociaciones”. Y Borja Sémper, al término del Comité de Dirección del PP, no dudó en respaldar públicamente el acuerdo, que calificó de “buena noticia”. Si bien, en privado, fuentes de la dirección nacional aseguraron que “frenaron” bocetos de pacto mucho más duros que el que finalmente ha salido a la luz. “El planteamiento verbalizado no es el primero que nos trasladaron. Hubo otras versiones que, por inaceptables, frenamos”, sentencian.
De “barbaridades” llegan a calificar los planteamientos iniciales de Vox, aunque el PP asume ahora algunos de los mensajes de Abascal sobre el cambio climático o la inmigración ilegal.
Si bien, desde Génova insisten en que no hay ninguna contradicción con el discurso del PP: “El acuerdo del que habla Carlos Mazón no cambia en nada nuestras posiciones en materia migratoria o climática”, recalcan. “Los planteamientos que han permitido avanzar en la configuración de los presupuestos son consecuentes con nuestra forma de pensar y con las posiciones que venimos defendiendo”, aseguran a este periódico fuentes populares.
Para reforzar esta idea, desde Génova recuerdan que Feijóo ha utilizado los mismos argumentos en varias ocasiones. “El propio Feijóo ya dijo en su discurso de investidura que ‘no puede haber una transición ecológica que se haga de espaldas a la sociedad y al tejido productivo, sino acompasándola al esfuerzo que vienen haciendo ya ciudadanos y empresas. Transición ecológica, sí. Dictadura activista, en ningún caso’”, enfatizan fuentes de la dirección.
También citan declaraciones recientes del líder del PP en el Congreso de los Diputados: “La agricultura no aguanta el dogmatismo ambiental de su Gobierno (de Sánchez). El problema de los agricultores españoles no solamente está en Bruselas”. Y recuerdan su reunión con el comisario de Agricultura de la UE, donde Feijóo recalcó “su compromiso con el campo español y compartió su preocupación por la alta fiscalidad que sufre la industria agroalimentaria y sus trabajadores en España”
El enfado interno sigue latente
A pesar del cierre de filas público, en el PP hay sectores que continúan viendo con enorme preocupación la situación política en Valencia. Algunos dirigentes consideran que está asumiendo demasiados postulados del partido de Abascal y que esto podría tener consecuencias para Feijóo en el ámbito nacional. “El problema es que esto ya estaba empezando a pasar factura al liderazgo de Feijóo”, reconoce un dirigente popular. “Se blinda para seguir adelante” pese a que “no es bueno para el partido”, aseguran un segundo barón con mando en plaza.
Aunque Mazón ha logrado ganar tiempo con la aprobación de los presupuestos, la presión sigue ahí. Génova insiste en que, pese a los presupuestos, su futuro está ligado ahora a la evolución judicial de la gestión de la DANA. “Nada ha cambiado”, avisan.