A partir de mañana, la gestión de la crisis de la DANA en la Comunidad Valenciana entra en una nueva fase: la asunción de responsabilidades políticas. El presidente Carlos Mazón comparecerá en las Cortes autonómicas por primera vez desde que la gota fría arrasó con la práctica totalidad de la Huerta Sur de la región. Según las fuentes consultadas, su intervención se dividirá en dos ejes: en primer lugar, la debida rendición de cuentas sobre la actuación del Govern, para poner los puntos sobre las ies y acallar el alud de críticas y, en segundo lugar, el anuncio de una remodelación del Consell para llevar a cabo “la reconstrucción” de todo el territorio arrasado.
Según ha podido saber este periódico, Mazón “ampliará el gobierno y reforzará el área de emergencias”, talón de Aquiles en las riadas del pasado 29 de octubre. La falta de prevención y, sobre todo, de respuesta, es uno de los agujeros negros de la gestión de esta catástrofe.
Por el lado de los cambios, hay tres nombres que están en el alero: Nuria Montes, responsable de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, muy señalada por la insensibilidad que mostró con las familias de las víctimas, a las que pidió no acudir a la morgue; Salomé Pradas, titular de Interior, uno de los rostros más visibles durante estas semanas; y Ruth María Merino, portavoz y consellera de Hacienda, Economía y Administración Pública. Por el lado contrario, la vicepresidenta Susana Camarero suena como un valor al alza, tal y como avanzó ayer este diario, “tendrá un papel clave”.
Mazón, no obstante, se niega a dar pistas de por dónde irán las modificaciones que tiene en mente. Este martes, mantuvo su visita reglamentaria al Cecopi, el centro de coordinación de emergencias. A su salida, atendió brevemente a los medios, pero eludió avanzar nada. Tan solo quiso desmentir la última información que ha trascendido sobre la relación de hechos el día cero de las riadas: que cuando el agua ya sepultaba algunas localidades, le dijo al presidente del Gobierno que la situación estaba bajo control. Nada más lejos de la realidad, según su versión. Lo que le transmitió fue que “había que coordinar al máximo”.
No obstante, el presidente valenciano mantuvo ayer un tono pacifista con el Ejecutivo. De igual manera, en el Consejo de Ministros tampoco han querido hacer mella contra el barón popular. Al menos, públicamente, ambas partes han guardado las formas. Aunque PP y PSOE sí que se han lanzado ataques cruzados. Es más, en la sesión de control de este martes en el Senado, la bancada popular empezó a disparar contra el Gobierno por su pasividad con la catástrofe. Este miércoles, se celebrará el primer control en la Cámara Baja, habrá que ver cuál es la actitud del grupo que lidera Miguel Tellado con los ministros que acuden al Hemiciclo.
Siguen las críticas internas
En la dirección nacional del PP sigue el cierre de filas con Mazón, aunque sus dirigentes se ponen en guardia de cara a la comparecencia de mañana. A juicio del entorno de Feijóo, “marcará un antes y un después”. Si ha existido una tregua, posiblemente desaparezca. No obstante, crecen las dudas sobre el barón autonómico. En la formación no son pocos los que le ven más que chamuscado y demandan un cambio de cromos. Pero en la cúpula insisten que ahora es una “irresponsabilidad” plantear una dimisión de ese calibre.
Eso sí, Feijóo, este martes, en una entrevista en Antena 3, quiso dejar claro su diferencia de criterio con Mazón. Por primera vez, desveló que le recomendó personalmente que pidiera al Gobierno la declaración de emergencia nacional, lo que equivalía a ceder el mando. Es más, cuando Susana Griso le preguntó si él hubiera hecho lo propio, respondió: “Sin duda”. En todo momento, el presidente popular trató de hacer un equilibrio para defender su postura y, a su vez, respaldar al barón valenciano: “Mazón bastante tenía con la situación y el panorama que se estaba viviendo en Valencia”. Y, en contraste con el Gobierno, recalcó: “Ha dado la cara desde el primer instante. Sigue dando la cara y es el único que ha hecho autocrítica”.